Oficinas del futuro: trabajar las 24 horas y sentirse “feliz”

Oficinas del futuro: trabajar las 24 horas y sentirse “feliz”

Por Miguel Jurado
Hace seis meses, muy suelta de cuerpo, una directora de la firma internacional de arquitectura Perkins + Will Global confesó a la revista Fortune que las oficinas ya no se diseñan para jornadas de 8 horas, ahora están pensadas para que la gente produzca durante 24 horas los siete días de la semana. Esto no hace más que poner en negro sobre blanco lo que todos saben en el mundo empresarial: la tecnología móvil disolvió el límite entre trabajo y vida personal, y es hora de ir por todo.
En el mismo sentido, una encuesta de la American Psychological Association determinó que hoy, más del 50 por ciento de los trabajadores estadounidenses revisan sus emails laborales antes de ir al trabajo, después del trabajo y los fines de semana.
En síntesis, la oficina del futuro ya no será un espacio concreto en un lugar determinado de la ciudad, se extenderá a los bares, los livings y la cama de los empleados. Pero para que resulte soportable, esta tendencia se complementará con una gigantesca simulación de libertad y diversión que ya se puede ver en las empresas de tecnología.
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El truco se perfecciona cuando la arquitectura corporativa empieza a imponer la estética de los hogares en las oficinas. El círculo lo cierran los nuevos paradigmas laborales: trabajo colaborativo y espacios flexibles, dos consignas que no resultan nada nuevas si se revisa la historia de las oficinas desde los 50.
Lo que te quiero decir es que aunque ahora todo parezca más cool que nunca, lo que hace que ya no importe si el trabajo lo hacés en la oficina o en tu casa es que existen nuevas maneras de medir tu productividad. Es que las computadoras portátiles, los teléfonos inteligentes y las herramientas de comunicación como Slack hacen más fácil que nunca verificar el rendimiento de los empleados, dándole menos importancia al dónde que al cuándo y al cómo se hace el trabajo.
No te extrañe que la próxima generación de oficinas traiga más variedad de espacios que nunca, disponibles para que los uses cuando y como quieras. Seguramente, combinarán despachos privados, oficinas para reuniones, escritorios en cubículos de paredes bajas y largas mesas abiertas con lugares para computadoras móviles. Pero lo que realmente nuevo serán las áreas informales tipo livings y cafeterías, combinadas con cuartos aislados a los que vas a poder mudarte cuando necesites estar bien concentrado.
Un estudio realizado por la firma internacional Gensler Architects descubrió que en 2013, los trabajadores pasaron el 54 por ciento de su tiempo en tareas de mayor concentración individual, frente al 48 por ciento que destinaban en 2008. El trabajo individual y enfocado parece crecer día a día, sin embargo, las oficinas abiertas de hoy aseguran muy poca privacidad.
La oficina de plata abierta, del tipo Mad Men, que hoy vive una primavera, fue inventada en la década del 50 en Alemania. La idea de crear un espacio de trabajo libre de paredes divisorias se basaba en la presunción de que eso elevaría la productividad y la creatividad. Pero no funcionó así.
Mayores índices de contagio de enfermedades, ausentismo, menor productividad y poca sensación de bienestar entre los empleados condenaron este esquema abierto para dar paso a los famosos cubículos.
Este sistema de paredes bajas que limitan puestos de trabajos fue inventado en 1964 por el director ejecutivo de Herman Miller, Robert Propst. Y parecía la solución perfecta para darle intimidad a los empleados de menor jerarquía.
Si bien la creación de Propst pretendía darle un sentido más humano al trabajo, las compañías tenían otras ideas. A medida que la iniciativa se popularizaba, los cubículos se fueron reduciendo en tamaño y calidad, transformándose en filas infinitas de cajas grises.Irónicamente, para escapar a esa repetición monótona y rutinaria de los cubículos se regreso a las oficinas de los 50. Durante la última década, el revival llegó a las empresas de tecnología como un símbolo del trabajo informal y creativo. Después pasó a las oficinas de publicidad, los medios de comunicación y los estudios de arquitectura.
Matthew Davis, un psicólogo ocupacional que estudia diseño de oficinas, determinó que al eliminar los divisores de los cubículos, el espacio exclusivo de cada empleado cayó de 3 metros cuadrado a menos de uno. Es decir, eliminar los cubículos le ahorró dinero a las empresas, y les permitió tener mayor cantidad de personas en un mismo espacio.
En la oficina híbrida del futuro existirá una gama variada de espacios y los empleados podrán moverse entre ellos. Para agilizar los tiempos de debate, desaparecerán las sillas en las salas de reuniones. Y si bien el concepto de un escritorio personal está muriendo, en compensación, proliferarán los livings y lounges, para trabajar más sin darse cuenta. Y contento.
CLARIN