27 Dec Café Tacvba: “Este mundo en el que estamos viviendo no funciona”
Por Humphrey Inzillo
Cae la tarde en Buenos Aires y un taxi avanza de Palermo al microcentro porteño con varios miembros de Café Tacvba, que aprovecharon su estadía en la ciudad para ver el concierto de Babasónicos en el teatro Colón. “Es una fortuna estar en un evento tan especial. Ver a un grupo tan emblemático en su ciudad siempre es diferente a verlos en cualquier otro lado. Y en un escenario tan mítico como ese teatro es un lujo”, se entusiasma Meme, el tecladista. “Nos han dicho que es como nuestro Bellas Artes. Creo que no se debería cuestionar este tipo de eventos y a mí me motiva mucho escuchar cómo suenan los Babasónicos en ese teatro tan fantástico. Es la cultura, que está viva, y no veo por qué se tendría que cuestionar”, agrega el guitarrista Joselo Rangel. Será el broche de oro para una visita que los tuvo como cabeza de cartel del Movistar Fri Music, el festival que convocó a más de 70 mil personas para celebrar la música de Soda Stereo. El cierre del concierto fue con una versión de “De música ligera” que funcionó como un “We Are The World” latinoamericano, con muchos de los artistas que participaron del festival. Entre ellos, el guitarrista Carlos Alomar, productor de Soda Stereo y colaborador de David Bowie. “No lo conocíamos personalmente. Pero fue muy sorprendente porque en la conferencia de prensa empezó a hablar de nosotros y conocía muy bien nuestra trayectoria. De hecho, logró sintetizarla de un modo muy concreto: «me encanta Café Tacvba porque del ska pasaron a la experimentación y luego a la electrónico». Le sorprendió que nosotros, dentro de la industria, siempre hicimos lo que quisimos. Cuando escuchás hablar de esa manera a alguien tan prestigioso como Carlos Alomar te hace reflexionar y dices: “Sí que hemos hecho algo importante», sólo que a veces no lo dimensionas”, dice el guitarrista tacvbo, Joselo Rangel, que no descarta una una futura colaboración con el boricua.
Por primera vez en muchísimos años, y luego de desvincularse de su manager histórico, Café Tacvba está sin contrato discográfico. “Desde hace un tiempo venimos estructurando mejor nuestra organización. Al día de hoy nos sentimos confiados, porque logramos tener a nuestro alrededor un equipo responsable y confiable. Y, al fin de cuentas, el hecho de estar trabajando con este fin, digamos que nos ha traído energía, nos ha renovado. Nos sentimos contentos, confiados, libres, con mucha energía”, se entusiasma Rubén Albarran, el cantante.
Hace algunas semanas, en el estudio de Gustavo Santaolalla en Los Ángeles, grabaron las canciones del que será su próximo álbum. Porque a pesar de la incógnita sobre el formato en que presentarían su música luego de la última producción del grupo, El objeto antes llamado disco (2012), los Tacvba decidieron trabajar, nuevamente, en una colección de canciones. “Más que nada pensamos en qué momento íbamos a trabajar ese número de canciones”, dice Quique. “Cuando le mostramos el material que teníamos, Gustavo nos dijo: «Vamos a hacer un disco». Podríamos haber trabajado de otro modo, pero él nos dijo que oía un disco. Y nosotros accedimos a esa lectura. Montar canciones, compararlas, debatir, reconstruirlas, presentarlas a la persona que las compuso para que dé la aprobación o no, puede implicar un desgaste. Pero definitivamente es una actividad que nos maravilla, nos sorprende y nos sigue fascinando. Oigo las canciones hermanadas y ocupando un lugar en ese gran todo.”
Sin embargo, el disco está todavía en un estado de work in progress y pese a la calma habitual de cada uno de los músicos, se percibe cierto estado de excitación y (saludable) incertidumbre al respecto. “Nunca habíamos hablado de un disco durante el proceso de grabación. Y eso es lo interesante de este momento. Tampoco habíamos sacado una canción suelta, como ocurrió con «Un par de lugares». Y ni siquiera tenemos todavía el nombre del disco. Antes, cuando empezábamos a dar entrevistas, teníamos una visión global de lo que había sido”, explica Joselo.
-¿Y cómo avanza ese proceso?
Joselo: -Es un disco más ecléctico que los últimos tres discos que grabamos. Nos encontramos con canciones más tradicionales y folklóricas, pero conun trabajo más electrónico.
-¿Un regreso a Re?
Joselo: -Sí, pero sin buscarlo. Llegamos de un modo espontáneo. Empezamos a trabajar en canciones en septiembre y en ese momento no veía ese eclecticismo. Cuando nos vimos de nuevo ese juego se abrió, empezaron a sonar canciones que iban más a lo tradicional. Y claro, siendo nosotros, a lo primero que remite es a Re. Pero quizás al final lo escuchamos y no es lo que pensábamos. A lo mejor no son tan eclécticas y lo que es ecléctico es el proceso. Habrá que ver.
-¿Cuál dirían que es esa temática que hermana a estas canciones?
Meme: -Creo que representan muy bien el contexto en el que estamos y la edad que tenemos. Nuestro público masivo es de una generación menor que la nuestra. Sin embargo noto que las canciones están dirigidas a nosotros mismos. Siempre ha sido así, pero ahora noto más ese contraste.
-Los cuatro son grandes compositores. ¿Sigue siendo un momento especial compartir las canciones con el resto del grupo?
Joselo: -Escuchar las canciones de los demás es un momento muy especial. Creo que nos refresca. Me genera una sensación maravillosa. Es donde se renuevan las ganas de estar juntos. Nunca sentimos que ya no teníamos puntos en contacto.
-¿Qué significa el triunfo de Donald Trump?
Meme: -Creo que esta la muestra más llamativa y contundente de la contienda política como espectáculo. Es la muestra de un desequilibrio. Creo que lo que tienen en común la mayoría de los votantes de Trump es el poco acceso a la información. Aunque en el futuro inmediato tenga consecuencias no tan favorables, tal vez se necesite un llamado así de fuerte para despertar a mucha gente.
-¿Es un momento de resistencia?
Rubén: -Creo que hay pueblos que están en resistencia desde que llegaron los europeos. Y causalmente son los pueblos que ahora tienen una verdadera visión alterna a la situación. Todas las visiones que acompañan a la dicotomía de “izquierda” o “derecha”, de todas maneras van al mismo lugar, y tienen que ver con un sistema político y financiero. Entonces, los pueblos que vienen resistiendo desde hace más de 500 años son los que en verdad tienen una visión para un mundo que sea posible. Porque este mundo en el que estamos viviendo no funciona. No hay grandes diferencias entre Hillary o Trump. Claro que Trump es mucho más obvio, y enciende sentimientos xenófobos, racistas, de género. Es lo peor. Aunque, quién sabe, quizás es la cúpula dejándose ser, dejándose ir en su expresión más burda. Y también jactándose un poco. ¿Quién sabe? Tuvimos un momento medio de izquierdas. Y ahora parecería que fuera un momento de derechas descaradas, fascistas. Un momento terrible.
-Más allá de la política, cuestiones como la ecología parecen ser causas de lucha del grupo en general, y tuyas en particular.
Rubén: -Tener a esos políticos es un síntoma de lo que estamos viviendo. Que es algo mucho más profundo y que tiene que ver con absolutamente todo. Me da esa sensación de que todas las luchas son la misma, hables de agrotóxicos o minería, hables de género o de la infancia y la educación. Son métodos a través de los cuales nuestra vida se ha visto negada, acotada, reducida o empobrecida.
-Están comprometidos con la cuestión de género. Sin embargo, uno de sus hits, “La ingrata”, narra una historia que termina en un femicidio. ¿La coyuntura les hizo pensar en esa canción?
Meme: -La canción que se basa en el sentido del humor. La inspiración tiene que ver con los corridos norteños, cuyas letras muchas veces narran historias que no tienen sentido del humor. Si genera una lectura incorrecta es algo que está más allá de la intención que tenía en su momento. Rubén: -Éramos bien jóvenes cuando se compuso y no estábamos sensibilizados con esa problemática como ahora todos sí lo estamos. Creo que es un momento de repensar si la vamos a seguir tocando o si le cambiamos la letra. Porque ahora sí estamos sensibilizados, sí sabemos del problema. Y yo, personalmente, no estoy interesado en apoyar eso. Mucha gente puede decir que es sólo una canción. Pero las canciones son la cultura, y esa cultura es la que hace que ciertas personas se sientan con el poder de agredir, de hacer daño, de lo que sea. Personalmente, desde hace mucho, dije “pistola” no me gusta, y con mi cuerpo hago la broma y esos balazos son de otro tipo.
LA NACION