09 Dec Viggo Mortensen: “Tengo adentro un campesino que tiene que salir”
Por Pablo Scholz
Canoso, sin barba: nada que ver con El Señor de los anillos ni con Capitán Fantástico, su nueva película que lo trajo de vuelta a Buenos Aires después de más de un año, para presentarla en la Semana del Cine de Cannes, y que comercialmente estrena este jueves.
En el filme es un padre que pronto queda viudo y que cría a sus seis hijos casi como un hippie y en el bosque. Un estado de libertad y viviendo en la Naturaleza que a Viggo (Nueva York, 58 años) le sienta a la perfección. “Antes vivía en el Nordeste de los Estados Unidos, cerca de donde filmamos. En todos los lados que voy, veo las semillas que hay y me gusta plantar, me gusta hacer crecer cosas. Lo hago cuando me lo permiten, en casas de amigos y familiares, o antes, de mi madre o de mi padre. Siempre me gustó trabajar con la tierra y hacer cosas, tengo adentro, qué sé yo, un campesino que tiene que salir, si no, no estoy feliz. En la Argentina conozco las plantas y los árboles. Vengo ahora de Norteamérica y de Europa, por los viajes acompañando a la película, está todo en invierno, y ese proceso que es el mismo, pero siempre es diferente, ¿no? La vida pasa…”.
¿Vivís más en ciudad o en campo?
Vivo en ciudad, y entre Europa y los Estados Unidos, por familia y por trabajos. De chico en la Argentina la mayor parte del tiempo estuvimos en Buenos Aires, pero también en Chaco. Ibamos mucho al campo, siempre había un vínculo. Mi padre es danés, y tenía una granja con cinco hermanos en Dinamarca. Cuando pudo, se mudó al campo. Uno aprende en el campo: las cosas se mueren, todos los bichos que hay, cosas lindas, aprender a montar a caballo, a pescar, a cazar.
¿Te trajo alguna remembranza el personaje del filme con tu infancia?
De alguna manera… Bueno, el personaje es muy distinto a cualquier otro que he hecho, es una composición de muchas cosas que me hacen recordar mi infancia, pero otras cosas son nuevas. Uno hace algo medianamente bien, y la gente cree “Ah, él es así, él hace todo esto”. Ese es un peligro que hay con diferentes películas donde hago una cosa física, o pienso o hablo de una manera. “Ah, ése es Viggo”. No piensan “Ah, es un actor que ha aprendido a hacer esto”. No toco la gaita, no toco en realidad la guitarra, por ejemplo, tuve que aprender para esto. No me gusta nada escalar, como hacemos… No me gusta nada. Si no lo tengo que hacer nunca más, ¡feliz!
¿No te gusta nada por qué? ¿Tenés vértigo?
Me da un poco eso, sí, es hermoso verlo y admiro a la gente que lo hace, pero me parece igual de absurdo, que saltar de un avión que está funcionando perfectamente bien… (Ríe). Cada uno a lo suyo. Pero más importante, a estas alturas de mi carrera, que no sé cuántos años son… A 35 de ser actor mayormente en el cine, muchas cosas se juntaron y me ayudaron a contribuir a contar este cuento, que para mí es uno de los mejores guiones que he leído.
¿Pasaste mucho tiempo con “tus hijos” previo al rodaje?
Una cosa muy buena que hizo Matt Ross, el director, fue incluirme en la fase final del casting, yo leí con los últimos candidatos para cada papel. Me gustó eso, esto ya viene bien, va a ser bueno en el set. En una película independiente no tenemos mucho tiempo. Y me dije yo soy el que me tengo que poner las pilas, porque estos son genios. Yo no podría haber hecho a esa edad. Después, un par de semanas antes de rodar nos juntamos todos. Fue creando una familia, que fuera creíble que fueran hermanos, y después esas semanas de preparación de artes marciales, música, actividades colectivas, eso fue bueno y necesario para lo que había que mostrar en la película. El primer día de rodaje éramos amigos, los más chiquitos me llamaban Summer Dad, o sea papá del verano.
¿Seguís en contacto con tus “hijos”?
Nos escribimos, nos mandamos cosas. Nos hemos visto en algunos de los estrenos, en Sundance, en Cannes. Me encantaría si esta película ganara algún premio para el reparto. Lo que sí ha ganado en festivales de diferentes países es el Premio del Público. Y eso… algo quiere decir, ¿no?
Sos candidato al Independent Spirit, y tal vez el Sindicato de actores nomine al elenco.
Eso sería lindísimo, pero no sé. La película ya tiene su lugar en la historia, entre las mejores películas de este año, no tengo ninguna duda de eso, y más allá que cualquier otra película habla del momento actual. Lo pensé cuando rodábamos, cuando la promocioné este año y ahora más todavía tras las elecciones en los EE.UU., y los líos que hay en todos lados. Es una película muy de este momento. La falta de comunicación, la polarización, que hay que comunicarse. Pasa de vez en cuando, pero es una película que marca un momento sociocultural.
¿Cuán de acuerdo estás con el tipo de educación que da tu personaje a sus hijos?
La base es ideal. El concepto de que hay dos o tres cosas importantes: ser honesto con los niños. No es de izquierda ni de derecha, se puede hacer en una ciudad como se puede hacer en el bosque. Segundo, promover la curiosidad constantemente, y tercero promover la libre discusión, de igual a igual, con todos, no importa la edad. Ayudarlos a formar sus propias ideas, a saber defenderlas y ser suficientemente inteligentes, y humildes, como para cambiar de opinión si alguien viene con una idea mejor. Ser flexibles.
CLARIN