05 Nov Las rutas literarias: en el camino de la ficción porteña
Por Silvina Premat
“Es raro y fascinante ver los lugares donde un escritor vivió y de donde surgió su inspiración”, dice Anahí Bosco, estudiante de traducción en La Plata, que desde aquellas diagonales llegó esta mañana de domingo a Buenos Aires para participar de un city tour literario con características especiales. Sin bajarse del colectivo, en una hora y media o dos, se repasan los momentos clave de la historia personal de un escritor y se pasea por los escenarios reales donde circulan los personajes creados por ellos en la ficción. Es el caso, entre otros, del farmacéutico Ergueta, de Roberto Arlt, a quien desde la calle parece divisarse tras las oscuras ventanas del hospital Borda mientras, inmerso en sus delirios místicos, espera irse cuando Hipólita complete todos los trámites.
Subvencionados por fondos privados a través de la ley de mecenazgo de la ciudad de Buenos Aires, la propuesta es organizada por el grupo Heterónimos según una idea de su presidente, Nicolás Hochman. “Sabíamos que no estábamos inventando nada porque hay otros city tours literarios, pero la mayoría de ellos son pagos. Nuestra idea es poner a disposición de forma libre y gratuita para la mayor cantidad de gente la posibilidad de conocer a estos autores”, dijo Hochman, que coordinó la selección de cinco escritores para esta primera edición del proyecto: Jorge Luis Borges, Julio Cortázar, Roberto Arlt, María Elena Walsh y el polaco Witold Gombrowicz, que vivió más de dos décadas en Buenos Aires. Un segundo tramo de la iniciativa podría concretarse durante 2017.
Para cada autor buscaron investigadores especializados a quienes contrataron para la producción de los contenidos de los recorridos. Así, quien lleva de la mano a cada visitante que quiere conocer o ampliar lo que ya sabe sobre Arlt es Sylvia Saitta; para Borges son Adriana Amante y David Oubiña, y para Walsh es quien fue su editora durante años, Julia Saltzmann. El propio Hochman y el joven Marcos Urdapilleta son los responsables de acompañar a quienes eligen a Gombrowicz, sobre el que Hochman hizo su tesis doctoral. Y, para Cortázar, el lazarillo es Diego Tomasi, autor de un libro sobre ese autor en suelo porteño y quien además es el guía de los city tours.
Oubiña y Amante, por ejemplo, acompañan la visita a la casa de la calle Garay mencionada por Borges en “El Aleph”. El próximo domingo se hará la última salida -sobre Gombrowicz-, para la que ya no queda lugar en el ómnibus, pero desde hace pocos días la propuesta cumplió con su intención de llegar a un público ilimitado: se subieron los recorridos a la web (citytourliterarios.com) y se dispuso una aplicación para Android gratuita que conecta los celulares con un GPS, que hace las veces de conductor del recorrido.
“Cuando presentamos el proyecto teníamos claro que la capacidad de los recorridos era limitada. Son diez viajes de 45 personas cada uno; no había chances reales de hacerlo para más de 450. Por eso la aplicación y la web son fundamentales para que el city tour pudiera ser recorrido por cualquiera en cualquier momento y desde cualquier lugar”, dijo Hochmann. Conscientes de la imposibilidad de reflejar la trayectoria de un escritor en un recorrido de una veintena de escenarios que puede hacerse en menos de 120 minutos, los organizadores se dan por satisfechos si la propuesta aporta algo nuevo a quien ya conocía a ese autor o despertar el interés por leerlo para quien aún no lo haya hecho.
LA NACION