“Entrenar el cerebro ayuda a decidir mejor”

“Entrenar el cerebro ayuda a decidir mejor”

Por Gastón Trelles
Recién llegado de América Central, adonde fue invitado a dar diversas conferencias, Néstor Braidot recibió a Pyme en su estudio de Belgrano, lugar en el que montó el gimnasio cerebral en el que entrena al top management de distintas empresas para potenciar las habilidades de sus empleados, tema principal de su más reciente libro, Neurociencias para tu vida (Granica). Uno de sus últimos trabajos consistió en entrevistar a los candidatos para ocupar el cargo de CEO de una importante compañía. “Todos fueron a la empresa a quejarse: ‘El doctor Braidot nos puso nerviosos y no pudimos responder bien a las preguntas’, decían. Cuando me llamaron les dije ‘Sí, lo hice y a propósito’”, relata.

– ¿Por qué lo hizo?
Los estresé para verificar su capacidad de recupero en una situación de estrés. Cuando hablo de neurociencias aplicadas significa estudiar el funcionamiento integral del cerebro, incluyendo emociones, porque de eso depende la performance posterior. La detección de más o menos capacidad no implica mayor o menor posibilidad sino que detecta qué es lo que la persona necesita entrenar para ser más capaz.

– ¿Es cierto que el hombre utiliza solo la mitad de su cerebro?
El ser humano no podría existir si utilizara solo una parte del cerebro; lo que ocurre es que lo utilizamos mejor o peor. Lo que sí es cierto es que no depende de un órgano o de una cantidad de neuronas la mayor o menor capacidad, sino la cantidad de conexiones. Por eso, el primer entrenamiento que hacemos en los gimnasios cerebrales es enseñarles a las personas a percibir, ya que la percepción incorpora mayor cantidad y variedad de estimulaciones al cerebro y eso forma mayor número de entramado neuronal.
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– Entonces, ¿no sería una cuestión física del cerebro?
No, es de funcionamiento y cada vez hay una potencialidad mayor. Hace algunos años se descubrió que en el cerebro, entrenamiento mediante, se puede producir neurogénesis, es decir nacimiento de neuronas nuevas, en adultos mayores. Esto provoca un proceso inverso a lo que pasaba décadas atrás, cuando los yuppies de 25 reemplazaban a los de 40 porque estos ya estaban viejos. Hoy, hay empresas alemanas alquilando gerenciamiento de personas pensionadas por la edad, pero que tienen todas las luces activas y además la experiencia. Esto está provocando una revolución en los Recursos Humanos.

– ¿Cuáles son las habilidades deseables en un cerebro?
Hay muchas, pero en un orden de importancia, de mayor a menor, la primera es, ya que toda decisión implica emoción, la de autoliderazgo emocional: saber liderar tus emociones. No quiero decir control porque eso da la sensación de algo a lo que aprisionas y que, en algún momento, explota. Después, el desarrollo de la atención: en vez de ver, hay que mirar y, en lugar de oír, hay que escuchar, es decir, desarrollar una actitud proactiva. Por ejemplo, en mi gimnasio, las personas tienen que ver una película sin sonido y forzar al cerebro a captar la historia. El mero esfuerzo hace que sus entramados neuronales de la vista y del oído se esmeren por entender.

– ¿Hay empresas que posean su propio gimnasio cerebral?
No estamos todavía en la etapa de una difusión masiva de gimnasios en las empresas porque requiere equipamiento y conocimiento, y no hay mucho de ambas cosas.

– ¿Cómo está posicionado nuestro país frente a la región respecto a la aplicación de la neurociencias?
La Argentina se retrasó un poco. El país estaba de alguna manera comprometido con otras cosas, por decirlo elegantemente, y tal vez con menos ganas de hacer cosas diferentes. Salvo excepciones de algunas organizaciones, fueron épocas difíciles para conferencias, actividades y asesoramiento de este tipo. Sin embargo, ahora, hay un recupero de tiempo. La neurociencia en las empresas, en aplicaciones concretas, empezó con mayor interés por lo comercial -neuromarketing-, luego siguió por tema de ventas -neuroventas- y hoy se está abriendo al tema del entrenamiento cerebral.

– ¿Solo empresas grandes o también hay pymes?
Hay de todo tipo. Obviamente, más medianas que grandes y pequeñas, por dos razones: la pequeñas creen que es inalcanzable para ellas, lo cual no es cierto porque, en definitiva, el mejor ejemplo de desarrollo cerebral es la pyme: ¿De dónde sale sino la idea de crear una empresa? Las grandes tienen una situación de paquidermismo: les cuesta moverse y cambiar. Por eso, la empresa mediana es la más flexible para incorporar cosas diferentes a las habituales.

– ¿Por qué le recomienda a un CEO entrenar su cerebro e incursionar en la neurociencia?
Por tres razones: la primera es que, como CEO, siempre va a tener condicionamiento emocional, con lo cual superar el estrés le va a generar mayor capacidad. La segunda es que el entrenamiento cerebral te da mayor capacidad neurocognitiva para poder decidir mejor. Y la tercera, y fundamental, es que un CEO normalmente tiene una edad avanzada y puede desarrollar capacidades cerebrales que le permitirán perdurar mucho más allá del tiempo previsto reglamentariamente de su retiro.
EL CRONISTA