Datos, el petróleo del siglo XXI

Datos, el petróleo del siglo XXI

Por Javier Fernández
La explosión de los dispositivos conectados ha convertido los datos, la materia prima más codiciada del momento, en el objeto de deseo de las empresas, que ven en ellos una palanca para ensanchar sus negocios y ganar clientes.
Nunca antes dos palabras habían levantado tanta expectación. Dos palabras en las que las empresas invertirán más de 40.000 millones de euros al año a partir de 2019, según los cálculos de la consultora IDC. Dos palabras en las que magnates como Michael Dell confían tanto como para afirmar que en ellas se encuentra la próxima “industria del billón de dólares” y que el nuevo consejero delegado de Telefónica, José María Álvarez Pallete, ha llegado a calificar como “el petróleo del sigo XXI”. Esas dos palabras son: big data.
Las empresas invertirán más de 40.000 millones de euros a partir de 2019 en ‘big data’, según los cálculos de IDC.
Y es que en la era de Internet, los datos se han convertido en la materia prima más codiciada. Y no sólo para las empresas, que han visto en el análisis de la información de sus clientes una oportunidad para ensanchar sus negocios, sino también para los usuarios que, por primera vez, se han encontrado con que su rastro, la estela que dejan en su navegación por la Red, puede servir como moneda de cambio para obtener servicios.
Así funcionan aplicaciones como Facebook que, a cambio de acceder a su universo de amigos, exige a los usuarios que cedan una serie de datos personales. O lo que es lo mismo, que renuncien a parte de su privacidad. Otro ejemplo es Gmail, el servicio de correo electrónico de Google, que el buscador ofrece de manera gratuita a cambio de obtener la información del internauta para después ofrecerle publicidad.
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En España, sólo el 42% de los ciudadanos ve alguna ventaja en el uso de sus datos por parte de empresas y gobiernos, según un estudio realizado por The Vodafone Institute entre más de 8.000 ciudadanos de ocho países de la Unión Europea. Un porcentaje muy bajo que, sin embargo, está por encima de la media europea y que aumenta a medida que desciende la edad de los encuestados.

Empoderamiento
Esto es consecuencia de que pocos ciudadanos tienen verdadera conciencia de qué es exactamente el big data, esa recopilación de millones y millones de datos del que se sirven las empresas para proponer desde una serie de televisión -Netflix es una de las compañía con un algoritmo de recomendación más avanzado- a un libro o un billete de avión.
En este progresivo proceso de empoderamiento del usuario, operadoras como Telefónica y Vodafone han dado un golpe sobre la mesa al proponer una plataforma que permita a sus abonados controlar la información que manejan sobre ellos las firmas de Internet y, en última instancia, incluso llegar a cobrar por ello. Una nueva vuelta de tuerca de la pugna que mantienen por la rentabilización del uso de datos de los usuarios los proveedores de servicios de Internet y las firmas nativas de la Red también conocidas como Google, Facebook o YouTube.
Se trata también de un paso más en el progresivo proceso de empoderamiento de los usuarios que, gracias a la explosión de los dispositivos conectados, pueden acceder a información y servicios antes reservados sólo para unos pocos. Lo mismo sucede con las empresas. Mientras que antes las herramientas de análisis de datos estaban limitadas a unas pocas multinacionales, hoy en día estas soluciones pueden adquirirse a precios competitivos gracias a las plataformas en la nube de gigantes como Microsoft o Amazon. Es lo que se conoce como big data as a service. Un ejemplo es la app BBVA Valora que, a través del análisis de la información inmobilaria, permite conocer los detalles para tomar una decisión de compra.
EL CRONISTA