08 Oct El continente en el proyecto nacional de Juan Perón
En el 121º Aniversario de su nacimiento, recordamos al General Perón con este artículo publicado en Tiempo Argentino el 1 de diciembre de 2015.
Por Jorge Rachid
No se puede ser peronista y combatir la Revolución Bolivariana. Sólo por desconocimiento doctrinario, ideológico y filosófico del peronismo se puede adoptar una posición que debilite la construcción de la Patria Grande Latinoamericana, enfrentando la invocación testamentaria de Perón en el Modelo Argentino para un Proyecto Nacional de 1974, donde una vez más, como en 1949 en el Congreso de Filosofía de Mendoza y en 1952 al alertar sobre el medio ambiente y los recursos naturales, nos llamaba a la continentalización para la defensa de los recursos naturales ante los avances imperiales por su posesión.
La vocación de Perón por la Patria Grande no era una cuestión macroeconómica de aranceles, era la articulación política de los gobiernos y de los pueblos en una integración que superase fronteras heredadas de la balcanización colonial, española, inglesa y norteamericana en los albores del siglo XX. Su dinámica, entrelazada fuertemente con el Movimiento Obrero Organizado, lo llevó a designar agregados laborales en todas las embajadas del mundo, en especial Latinoamericanas y coordinadas con ATLAS, la Asociación de Trabajadores Latinoamericanos que desarrolló su estrategia de continentalización comenzando con su plan ABC en la asociación de Argentina, Chile y Brasil.
En ese mismo tiempo intentó en Colombia el primer Congreso Latinoamericano de Centros de Estudiantes Universitarios que se inauguró en Bogotá el mismo día que sicarios norteamericanos asesinaron a Jorge Eliecer Gaitán, líder popular cuya muerte originó el Bogotazo y el fracaso del Congreso convocado por Perón que contó entre sus concurrentes a Fidel Castro, entonces presidente del centro estudiantil de Cuba, etiquetado por la CIA como terrorista peronista.
El No al ALCA de Kirchner, Lula y Chávez en Mar del Plata marcó un punto de inflexión en la política del bloque regional, que a partir de entonces produjo la más notable inclusión social y crecimiento económico en los gobiernos llamados peyorativamente populismos por el imperio. Ese No permitió el avance y consolidación de Evo Morales en Bolivia, del Frente Amplio en Uruguay y de Correa en Ecuador, proyectos que constituyeron un eje independiente de las políticas marcadas hasta entonces por los organismos de crédito multilaterales como el FMI y el Banco Mundial, verdaderos arietes económicos de las políticas de control y extranjerización de los países emergentes. Desde esa consolidación, la contraofensiva tuvo como objetivo debilitar la Unasur, el Mercosur y la CELAC mediante la Alianza del Pacífico, incorporando paulatinamente a Chile, Perú, Colombia y México a un Tratado de Libre Comercio como el que hoy ahoga desde el 2001 a este último país por el NAFTA con EE UU y Canadá, que ha sumergido a los mexicanos en una virtual guerra civil, alimentada por el narcotráfico, los militares involucrados y la DEA.
No es entonces un dato menor que la primera definición de política internacional del gobierno electo sea expulsar a Venezuela del Mercosur, malversando la cláusula democrática, como si en ese país no estuviesen funcionando las instituciones y las condenas por sedición a opositores, fuesen en realidad persecuciones políticas cuando ese país se encamina a elecciones libres en los próximos días, tal como ha sido desde hace 14 años. El mensaje de alineamiento automático semejante a las relaciones carnales de los ’90 con EE UU, preanuncia un estado de pérdida de soberanía en las relaciones internacionales además de colocar a la Argentina en pleno conflicto mundial originado por los dos modelos que hoy se enfrentan en el mundo: el poder financiero extorsionador supranacional, que origina el complejo militar industrial de EE UU, cuyos fondos de inversión buitres son un arma global de condicionamiento colonial en la lucha por las áreas de influencia y por otro el mundo multipolar, con nuevos actores globales con países continente como India, Rusia y China y bloques como la Unasur, Unión Europea y los países asiáticos y africanos en diferentes asociaciones, como el BRICS que articula América con Oriente, bloque en el cual participamos desde hace 12 años gracias a la recuperación de nuestra identidad nacional.
Debemos ser coherentes en nuestra posición sosteniendo las enseñanzas de Perón, quien nos legó el principio que sostiene que la política es la política internacional, el resto es cabotaje pueblerino. Así nos dijo y no debemos olvidar. Hay quienes quieren atacar a Venezuela olvidando que permitió al pueblo argentino salir de la crisis de 2001 con un aporte de 5000 millones de dólares sin beneficio de inventario y a pagar cuando pudiésemos, en un acto solidario de magnitud. Han surgido personajes que se dicen peronistas y atacan la Revolución Bolivariana, similares a los que se subieron a los barcos ingleses y franceses en la Vuelta de Obligado con la excusa de combatir a Rosas. Personajes aquellos que son paradigmas de la historia oficial a partir de Caseros y nombran calles pero nunca fueron parte de los afectos del pueblo argentino.
TIEMPO ARGENTINO