“La vida no está para tener dudas”

“La vida no está para tener dudas”

Por Pedro Irigoyen
Deportes extremos y música jamaiquina, los grandes amores de Mariano Castro, conocido popularmente como Dread Mar I. Así, no es casualidad que la cita sea en el skate park donde su hermano, ‘Viru’ Castro, leyenda de la vida sobre ruedas desde la primera época, se entrena junto a sus amigos en una tarde que huele a primavera. “Con ‘Viru’ nunca voy a dejar de andar. Llevo mi skate en el baúl del auto y cuando puedo lo visito. No lo puedo evitar. Igual que el surf o el snowboard, que hoy lo puedo compartir con mi hijo. Eso es ser rico para mí, poder estar acá un rato al sol”, dice el cantante que será uno de los números centrales de AcercArte, mañana y pasado en Lobos, en la apertura de este ciclo cultural itinerante.
El Reggae Lover criollo, además, acaba de lanzar 10 Años, un registro en CD/DVD del show gratuito que ofreció en el Planetario en 2015, que incluye un documental con su camino recorrido desde Lanús hasta Kingston.“Voy a cumplir 20 años de tener dreadlocks, así que mi carrera con la música tiene 21, porque un año antes ya cantaba”, recuerda, mientras deja pistas del futuro. “Este año hice un montón de música que no es reggae. Armé un estudio chiquito en casa y vamos armando cosas sin planear. Puede salir una balada con sonidos electrónicos o una canción medio latina. Es lo que me está interesando de la música, lo más puro y natural”, comenta.
EXITO-CANTO-PARTES-VERANO-SOSTENERSE_CLAIMA20111013_0023_71 (1)
¿Te condiciona ser representante de un género, el reggae en tu caso?
No me siento representante de un género. Nunca me sentí así. Me gusta el reggae, me encanta. Pero no voy con la bandera del reggae a todos lados diciendo que es la única música que hay que escuchar. No soy un fundamentalista, me gusta la música. Si me invitan, canto lo que sea. Vengo de hacer un ciclo que eran mitad temas míos y mitad covers de
La suerte no existe, no está en mi vocabulario. El 50 por ciento de lo que te pasa en la vida es por vos, y el otro 50 porque el universo lo quiere así.”
todo tipo, Juan Gabriel por ejemplo, a quien lamentablemente no pude conocer y admiro muchísimo. Con el reggae llegué a un límite, escuchando y componiendo. Tuve que abrir nuevos caminos y descubrí que los cantantes melódicos tienen una técnica increíble, diferente con más aire. Me volaron la cabeza tipos como Juan Gabriel, que grabó 1500 canciones. También Luis Miguel, que es una de las personas con más técnica vocal de la Tierra. Yo soy cantante, y quiero mejorar mi instrumento cada día más. ¿Hay espacio para que un día te cortes los dreads y te conviertas en un cantante melódico? No creo que eso pase. El dread es por mi fe, no por el reggae. Decidí tomar un voto y no dejarlo hasta que muera. Es otra cosa. Está separado del artista. Ahora, más allá de mi aspecto, si mañana quiero cantar un vals lo voy a hacer. Qué hago yo tiene 20 millones de reproducciones en YouTube y no es un reggae, es una balada donde yo canto con los dreads en el medio de la nieve. Hago lo que quiero, no tengo jefe. El que habla, que hable. El que critica, igual. Pienso que en todo cambio se gana y se pierde algo, es natural. Claro, pero yo con la duda no me quedo. Me tiro a la pileta. Si me la vacían, me la pego. No importa. La vida no está para tener dudas. Esto, además, te vuelve cada vez más un artista popular. Puede ser, yo sólo quiero estar a la altura de lo que grabo. Hoy hay mucho disco que no se sostiene. ¿Qué te atrajo del ciclo AcercArte? Estuve en todos los ciclos que se hicieron gratis desde hace 10 años a esta parte. Cuando digo todos, son todos. Donde me llamaron, si era gratis para la gente, fui. He ido a lugares alucinantes y pueblos que no conocía. Eso es lo que rescato de la situación. El alivio de la gente, ya que esto les permite desconectarse un rato. Y si encima hay un niño que lo ve y le pica la música, ganamos todos. Me interesa mostrar que soy igual que todos, que salí de un barrio humilde como Lanús y decidí qué hacer. No fue suerte, ni me pagaron estudios extraños. Perseguí una idea y encaré. Trabajo, disciplina y amor. Me iba a ensayar de Lanús a Boedo en bici después de repartir gaseosas con mi viejo. La suerte no existe, no está en mi vocabulario. El 50 por ciento de lo que te pasa en la vida es por vos, y el otro 50 porque el universo lo quiere así. Perseguí un sueño con el alma y no falla. Resaltás: “Todos los festivales”. ¿Es para que no te identifiquen con un sector político en particular? No le tengo miedo a nada, sé qué clase de persona soy y qué hago. Mi intención es la misma siempre. Subo a tirar una buena onda, si a alguien le hace bien, genial. Creo que es una causa buena, y trato de apostar a las causas buenas. Sea el partido político que sea. Yo hago música. Cuando quieras hablar de algo, hablemos de eso, porque de otra cosa no sé. ¿No te interesa hablar de política? No sé de política, sería un hipócrita. ¿Qué te voy a hablar yo de economía si no entiendo nada? ¿Qué te voy a hablar del tarifazo si no se nada? Una persona que vive en el mundo como vivo yo, te puedo asegurar que no se entera de nada. No miro ni tele, me la paso escuchando música, que es lo que me hace bien. Ahora, cuando me entero de algo que no me gusta, puedo hacer un tema repudiando eso. Lo que es evidente y obvio, es evidente y obvio. Si querés saber algo mío de política, agarrá mis discos, en todos hay algo. ¿Qué cosas te preocupan hoy? Cuando canto pienso en los líderes del mundo, en los Iluminati. No en un país chiquito como el nuestro, o lo que pasa en Cuba o Venezuela. Pienso en esas cinco o seis familias que manejan todo. Eso se sabe, pero está en vos hacerte cargo. Gente que se junta una vez por año y planifica hasta las enfermedades nuevas, y no lo cuenta nadie. Le canto a los que hacen cagadas de verdad, los que nos alimentan con basura. Me preocupa que no haya agua para las próximas generaciones. Cuando hablo de Babylon pienso en eso. Nosotros tenemos problemas en nuestro país, pero en este mundo muere gente todos los días por la guerra. Muchos y por todos lados. Es como humanidad que estamos equivocándonos.
CLARIN