28 Sep Emociones virales: prueban que las redes sociales alteran el humor
Por Marcelo Bellucci
Mientras que para algunos las redes sociales son apenas una ilusión de compañía, para otros representan una distracción cotidiana a la que le dedican horas en continuado. En este universo donde circulan mensajes de diversa intensidad, un estudio señala que la información que se recibe puede modificar el estado de ánimo de las personas. La dopamina es un mensajero químico del sistema nervioso central que transmite el bienestar entre las personas. La ciencia demostró que el efecto de este neurotransmisor es más fuerte cuando alguien está esperando una buena noticia. Es por eso que muchos estudios relacionan esa sensación con la que se experimenta al ver un tuit positivo o al llegar un saludo de un ser querido por Facebook.
Desde hace tiempo Emilio Ferrara y Zeyao Yang, investigadores de la Universidad de Carolina del Sur, en Estados Unidos, vienen profundizando en el impacto que provocan las redes sociales en el ánimo. Previamente habían descubierto que los tuits negativos se difunden más rápido, pero los positivos se retuitean con mayor insistencia. El siguiente paso fue comprobar que las emociones positivas son más contagiosas que las críticas. A tal fin, analizaron más de 3.800 tuits al azar, mediante un algoritmo que medía el valor emocional como optimista, negativo o neutro. El resultado señaló que los positivos generaban mensajes ocurrentes y los de corte pesimistas provocaban réplicas apesadumbradas entre los seguidores. “Por lo general, el que transmite ideas negativas se siente como no ideal y proyecta hacia el exterior la causa de su fracaso. Para corregir esta visión será necesario adquirir una perspectiva del mundo para poder vivir armónicamente con lo que se tiene, sin perseguir un ideal que nunca se alcanza”, explica Enrique Novelli, de la Asociación Psicoanalítica Argentina.
A una conclusión similar llegó Facebook mediante un análisis en donde manipuló el feed de noticias. Algunos sólo recibían malas noticias y otros únicamente buenas. Al cabo de una semana, se comprobó que las emociones ajenas. sean benignas o violentas, se contagian.
La Universidad de Michigan efectuó un sondeo entre 154 estudiantes. Consultó cómo les afectaban las notificaciones o mensajes en las redes en las que participaban. Al analizar los resultados, la gran mayoría sentía más emociones positivas al recibir un mensaje de Snapchat. Las razones que encontraron es la sensación de libertad que experimentan los usuarios de esa red, ya que las publicaciones desaparecen después de un tiempo, lo que conlleva una especie de “recompensa emocional”.
Y si de traslucir emociones se trata, investigadores de las Universidades de Harvard y Vermont desarrollaron un algoritmo que detecta, con una eficacia del 70%, episodios de depresión en Instagram. Así, Andrew Reece y Chris Danforth, de acuerdo al filtro usado para retocar imágenes, hallaron algo más que una correlación entre las fotos en blanco y negro y la tristeza. Dicen que las fotos con menos brillo, más saturación y colores marcados pueden indicar depresión.
LA NACION