26 Sep Daniel Orsanic: “sería bueno que Del Potro refuerce el físico en lo que queda de este año”
Por Sebastián Torok
Branko, el papá de Daniel Orsanic, dejó Croacia a los 15 años junto con sus padres, escapando de la guerra. Por cuestiones de seguridad debieron salir del país con apellido falso: Orlovich. Un año en Austria, tres en Italia, para finalmente llegar a Buenos Aires, buscando paz y trabajo. Branko, jugador de pelota paleta, aprendió a jugar al tenis de grande y con el tiempo se convirtió en un querido profesor de tenis, llegando a trabajar con juveniles para la Asociación Argentina de Tenis y en diversos clubes porteños y bonaerenses.
Vaya paradoja del destino: el capitán nacional de la Copa Davis tendrá la posibilidad de ganar la Ensaladera, en noviembre, precisamente ante el país de sus orígenes, Croacia. “Tengo sangre croata, pero soy argentino de nacimiento y de corazón. En croata no sé decir más que ‘Hola, ¿Qué tal?’ Mi madre es argentina, mi padre es croata, mi abuelo falleció cuando yo tenía seis meses y sí escuchaba hablar mucho croata a mi abuela y a mi padre, pero nunca me enseñaron. Ellos se escaparon de la guerra, no tuvieron el mejor de los recueros y no sé si no me enseñó por ese motivo. No lo sabría decir”, explica Orsanic el día después de eliminar en las semifinales a Gran Bretaña, el campeón, en su casa.
Probablemente esta haya sido la serie en la que las decisiones estratégicas de Orsanic estuvieron más bajo la lupa, más expuestas, a partir de los riesgos que tomó. Riesgos que terminaron siendo productivos para el equipo. “Sentí que seguimos en la misma línea, que las decisiones que tomamos fueron basadas en nuestras convicciones. Como durante las series no soy de estar leyendo y viendo qué es lo que se dice, sólo me llegó algún comentario aislado y no le puse el foco a eso, porque siento que estoy todo el día a pleno pensando en lo que hay que hacer, no me ayuda ni un buen o mal comentario. Me saca de foco. Entiendo que en una semifinal contra Gran Bretaña, de visitante, era un desafío muy importante. El tema de las decisiones estratégicas fue a partir de mis convicciones”, le asegura a LA NACION.
-¿Cuándo y por qué decidiste que Del Potro jugara el viernes y el dobles, y no en el quinto punto?
-A Juan Martín, lo que le dije de entrada cuando nos vimos en el US Open, es que aunque la prensa y mucha gente dijera que tenía que jugar los tres días porque era el líder, había que llevarlo con tranquilidad e ir viendo. Es una carga muy pesada para los jugadores sentir que tienen que estar disponibles para los tres días. Entonces me gusta más tener una idea general, que el jugador vaya día tras día y ver cómo se van desarrollando los partidos, si se gana o se pierde, si son desgastantes o no. Teníamos la idea inicial de que Juan Martín jugara fresco contra Murray, porque era la única chance de que le ganara, y el dobles. No podíamos programar un domingo, porque tranquilamente podíamos estar 3-0 abajo. Vimos la posibilidad de estar 3-0 arriba el sábado y la buscamos. Pero también luego de que Juan Martín terminara el viernes vacío, exhausto. Por lo que veo y me dicen, el foco se desvía: tiene que estar puesto en el terrible triunfo que tuvo contra Murray, que fue de película. Fue soñado. No entiendo cómo alguien lo puede criticar a Juan Martín, no me entra en la cabeza. Entiendo que de adentro uno sabe más cosas que de afuera, todo el mundo opina y dice ‘Eh, pero si ganó el viernes, el domingo le gana a cualquiera’. Claro, pero si hubiese quedado en forma. Como lo que hizo contra Murray tuvo un costo enorme, quedó roto, no lo podíamos considerar para el domingo.
-Estuviste muy cerca de Del Potro durante todo este tiempo. ¿Qué le recomendarías que haga para llegar bien a Croacia?
-Es un desafío más que él tiene. Está contento e ilusionado. Su evolución se aceleró muchísimo; podría estar ahí cerca de los 100, ganando algunos partidos, pero sin embargo tuvo unos triunfos soñados en eventos importantes. Él sigue mirando hacia el año que viene y está bien. Pero creo que es bueno ir reforzando la parte física para lo que queda del año y no dejarlo para el final; le serviría para que en la pretemporada tampoco arranque de cero. Ese es mi consejo.
-Otra apuesta de riesgo en esta serie fue convocar a Leo Mayer, que tuvo un año con problemas por una lesión. Sin embargo, volvió a cumplir en un momento de presión.
-Fue convocado para Polonia y rindió. Fue convocado para Italia y me dijo que no se sentía en condiciones para estar. Y fue citado para Gran Bretaña. Lo convocamos siempre. Él se sintió mal porque se le fue el ranking, por no ganar partidos; no ir a los Juegos de Río fue muy, pero muy duro. A partir de ahí siguió jugando, manejando su lesión, pero antes de viajar para los challengers de Europa tuvimos una reunión, lo vimos bien, tomando decisiones importantes en su carrera, que creo que lo hicieron sentir más pleno. Encaró la gira previa a la Davis con energía. En los partidos se lo veía ganando en el tercer set, partidos durísimos, después de perder varios primeros sets, y eso te mostraba que estaba metido, queriendo volver. No es fácil volver a jugar challengers después de estar en ATP: sos el favorito, todos te quieren ganar. Lo manejó poniéndole el corazón y el orgullo que tiene. Es de los primeros que confirmé dentro de mi cabeza, porque sabía el tipo de cancha que íbamos a jugar, que la tendencia de su juego podía calzar bien y es la serie que mejor llegó anímicamente, mejor que cuando estaba 20 del mundo, estaba lúcido, alegre.
-¿Qué análisis hacés de Croacia?
-Son jugadores de categoría. Cilic es un jugadorazo, completo, que está pasando un muy buen momento. Coric es joven, tiene una gran madurez para su edad. Dodig hace años que está instalado en el doble, juega muy bien. Son completos. Veremos cómo les va en los torneos indoor y a nosotros. Polvo no van a poner. Va a ser dura y rapidita. No es fácil para el equipo contrario elegir una superficie contra nosotros, porque tenemos variantes.
LA NACION