20 Sep La política, en el centro de los Emmy
Una entrega de premios en la que lo menos emocionante e importante fueron los premios. La 68ª ceremonia de los Emmy, reconocimiento que otorga la Academia de Televisión de Hollywood, reflejó con claridad el clima político y social que se vive en los Estados Unidos. Y Game of thrones fue el único espacio para la fantasía que se permitieron los galardones. Todo lo demás fue una exposición sobre las próximas elecciones presidenciales, la candidatura del republicano Donald Trump y la diversidad racial y de género que los integrantes de la Academia con sus votos pusieron en revelador primer plano.
“Quiero pedirles disculpas por el clima político actual. Me parece que Veep tiró abajo el muro entre la comedia y la política. El programa empezó como una sátira política, pero ahora se parece más a un documental aleccionador. Así que les prometo reconstruir ese muro y hacer que México pague por él”, bromeó Julia Louis-Dreyfus haciendo referencia a uno de los puntos más controvertidos de la campaña de Trump.
Ya en la apertura de la ceremonia había quedado claro cuál era el tono y los temas que dominarían la noche. Un apurado paseo en la infame camioneta blanca de O. J. Simpson y un intercambio de ironías con Jeb Bush, el candidato republicano que no fue, pusieron en marcha la fiesta.
Con su estilo zumbón, Jimmy Kimmel realizó un monólogo repleto de referencias a Trump y a la diversidad racial y de género que mostraría los Emmy sólo teniendo en cuenta la lista de nominados. Una respuesta culturalmente diversa a los monocromáticos y patriarcales Oscar. “Nada nos gusta más que ser diversos, salvo darnos palmaditas en la espalda para felicitarnos por ser tan diversos”, decía con sorna el anfitrión minutos antes de que se empezaran a entregar los galardones que probarían sus palabras.
Sándwiches y sorpresas
Con pocos brillos y muchos sentidos mensajes, puede que la entrega de anteanoche no haya sido la más glamorosa de los últimos años, pero sí tuvo muchos momentos sorpresivos de esos que pocos otros premios de Hollywood con sus largas y estratégicas campañas de promoción se suelen permitir.
Desde el inicio con el triunfo del comediante Louie Anderson por su papel de madre del protagonista de la amarga comedia Baskets quedó claro que casi cualquier cosa podía pasar en la ceremonia. Salvo en las categorías en las que compitieran Game of thrones, la miniserie Todos vs. O. J. Simpson y Jeffrey Tambor, el ganador al mejor actor de comedia por Transparent. Un triunfo tan cantado que Kimmel le alcanzó la estatuilla al actor aun antes de que llegara su categoría. Mucho menos esperado fue el premio a Jill Soloway, la creadora de la comedia de Amazon sobre una familia lidiando con una madre transexual. Al grito de “abajo el patriarcado”, Soloway celebró ser una de las dos mujeres directoras en ser reconocidas anteanoche. La otra fue Susanne Bier por The Night Manager.
Antes de que Game of thrones cerrara la ceremonia con un triunfo que, más allá de sus méritos, no podrá repetir el año próximo -ya que por la demorada fecha de estreno de la nueva temporada el ciclo no será elegible para participar de los Emmy en 2017-, Todos vs. O. J. Simpson coleccionó una impresionante seguidilla de merecidos premios como el de mejor miniserie. Además del reconocimiento a Sarah Paulson, Sterling K. Brown y Courtney B. Vance, brillantes intérpretes del ciclo que volvió a poner en el tapete el espinoso cruce entre entretenimiento, conflictos raciales y el sistema de justicia en los Estados Unidos. Temas que no suelen formar parte de la agenda de una entrega de premios de Hollywood. Y sin embargo, esta vez a pesar de la graciosa intervención de Matt Damon o la alegría por el postergado galardón a la actriz Tatiana Maslany de Orphan Black dominaron los Emmy, que se pusieron más serios que nunca.
Grandes ganadores
12 – Game Of Thrones
Entre las estatuillas en rubros técnicos y las de anteanoche, la serie de HBO fue la gran ganadora del año.
7 – EL Pueblo vs. O. J. Simpson
Grandes actuaciones y un relato atrapante.
3 – Veep
La mejor comedia por dos años consecutivos.
LA NACIÓN