12 Sep Vitrificar óvulos: ¿por qué es eje de una polémica?
Por Laura Reina
La primera en encender la mecha fue la periodista Cristina Pérez, que declaró que descartaba congelar óvulos porque “no es un cobayo de laboratorio”. Y ahora la modelo, cantante, DJ y conductora devenida en cocinera Déborah de Corral tiró un poco más de leña al fuego cuando dijo que no pensaba utilizar esa técnica ni ninguna otra de reproducción asistida porque “es una muchacha naturista, no le gustan los engendros de la ciencia”.
A simple vista, una y otra no tienen nada en común. Pero ambas pasaron los 40 y no tienen hijos, lo que supone ser un disparador para preguntar sobre una futura y posible maternidad. Mientras Pérez asegura que no se plantea ser madre, De Corral no lo descarta en absoluto. “No sé en qué momento voy a agrandar la familia, pero siempre está la posibilidad. Es superválido que las mujeres congelen los óvulos, pero yo opto por lo natural”, dijo, bajando el tono de su polémica frase, que enojó, sobre todo, a mujeres que fueron madres gracias a esa técnica.
Lo cierto es que estas declaraciones han puesto el dedo en la llaga sobre un tema que ha avanzado a pasos agigantados desde el punto de vista científico, pero ha ido a un ritmo mucho menos vertiginoso en el aspecto social y hasta psíquico.
“La ciencia avanza más rápido y a nivel social seguramente cuesta metabolizar tanto avance. Vitrificar los óvulos es una propuesta que hoy está disponible para mujeres que deciden postergar la maternidad pero saben que en algún momento van a querer ser madres. Atacar a las que lo hacen es un camino que lastima, sobre todo cuando uno ve que las familias surgidas de ésta u otras técnicas no son engendros. Lo importante es el vínculo construido, no cómo venimos al mundo”, sostiene la psicóloga especialista en fertilidad Rut Willner.
Según los especialistas, vitrificar óvulos es de las técnicas que generan menos polémica. “Es de las que generan menor rechazo. De hecho, vino a reemplazar la criopreservación de embriones que sí era más cuestionada desde el punto de vista ético. Congelar ovocitos permite a las mujeres ser libres de elegir el momento de ser madres sin que les corra el reloj biológico. Es una técnica médica seria, que permitió y abrió una nueva ventana para la mujer de hoy”, sostiene Luisa Barón, médica psiquiatra especialista en fertilidad de la Fundación Impsi.
Willner amplía: “Vitrificar el propio material genético también vino a resolver el tema de la ovodonación, al que una mujer recurría porque no podía utilizar sus óvulos por ser grande. Hoy es posible tener un embarazo a los 50 con tu propio material genético”.
Detrás de una mujer que vitrifica, hay familias, amigos y un entorno que empuja o no a tomar la decisión final. Por eso algunas mujeres no lo cuentan. “Sentía que, si lo comentaba mucho, iba a influir en mi decisión -explica Carolina, que congeló sus células hace más de tres años-. Es una decisión difícil de tomar sola, pero que hay que tomar sola. Mi hice los estudios y con los resultados en la mano el doctor me dijo que tenía seis meses para pensarlo. Lo pensé y volví decidida a hacerlo. Hoy sé que tengo esa reserva y eso me da tranquilidad, me bajó la ansiedad.”
Sin embargo, salvo excepciones, Barón asegura que es de las técnicas más charladas y comentadas por las mujeres. “Se conversa en familia porque no tiene un simbolismo de vida humana que se está guardando. Es una gran alivio que les saca presión y ese alivio la mujer lo comparte con la familia, que también se siente aliviada”, sostiene la especialista.
Para Ramiro Quintana, asesor científico de Procrearte, no es fácil ser mujer en estos tiempos. “Se la juzga por tener hijos y también por no tenerlos. De una forma u otra está siempre juzgada -dice-. Nadie tiene la verdad absoluta. Existen condicionamientos sociales que han ido variando. Es muy fácil juzgar. Lo que uno tiene que hacer es respetar el derecho del otro a la elección. Es un derecho que no puede ser cambiado. A la mujer se le exige más. Es la que va a definir la posibilidad o no de tener un hijo. Se pretende que tengan hijos, que tengan 50 y parezcan de 40, que sea exitosa, pero que cuide la casa. Eso no es humano”, sostiene el especialista, que afirma que los dos hitos en la vida reproductiva de la mujer son cuando aparece la pastilla anticonceptiva y puede decir no quiero ser madre en este momento, y ahora cuando existe la congelación de óvulos y la mujer puede decir ahora sí quiero ser mamá”.
“Son los dos cambios que le dieron libertad a la mujer. Hoy la realidad social cambió en todo el mundo. Muchas optaron por el desarrollo personal o profesional o están iniciando una pareja a edades más grandes y están buscando un embarazo en forma tardía”.
LA NACION