O del sentido estúpido de la vida

O del sentido estúpido de la vida

“Mantener a un hijo es más caro que comprar droga”
Piñas van, piñas vienen/ los muchachos se entretienen” parece ser una frase que resume a The Libertines de una forma demasiado adecuada. Creada en Londres en 1997, la banda tiene como líderes a Pete Doherty y Carl Barât. Dos amigos que se conocieron en la universidad y largaron todo para formar el grupo. Pero, que con el paso del tiempo, vieron cómo los ya “genéricos” excesos del rock ‘n’ roll fueron separándolos poco a poco. Ahora, a casi un año de su álbum comeback, Anthems for Doomed Youth, Doherty, Barât y compañía se preparan para aterrizar todos juntos en suelo argentino este octubre. El festival BUE los reunirá con artistas como Iggy Pop, Wilco, Pet Shop Boys y Flaming Lips. Carl, de 38 años, está a un par de horas de salir a dar un show en un festival en Francia. “La estoy pasando bárbaro acá” comenta cómodo y tranquilo, listo para charlar.
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–Ya te presentaste varias veces en Buenos Aires. ¿Le tomaste cariño al lugar?
–¡Si! (se ríe). La verdad es que amo tu ciudad, me generó una impresión muy grande. Me encanta la arquitectura, la comida, la hospitalidad. Y, obviamente el público: el público me fascina. Es más, me gustaría poder profundizar aún más la relación.

–Y ahora tenés la oportunidad de venir con The Libertines por primera vez …
–Es cierto, ya estuve ahí más veces de las que me puedo acordar, para serte sincero. Ya se sabe que vine con Gary (NdeR: Powell, baterista y compañero en los Libertines) hace dos años ya. Pero ¡sí! estamos con muchas ganas de ir todos juntos, va a ser un muy buen show, no puedo esperar.

– En tu ultima visita contaste a la prensa que habías escuchado a Soda Stereo y algo de Spinetta ¿Pudiste escuchar algo más?
–No, lamentablemente no. En su momento sí escuché algo de Soda y Spinetta y me gustaron mucho, además de conocer algún que otro tango, pero no mucho más. La verdad es que la vida de padre me tiene medio atrapado, no tengo mucho tiempo para sentarme y explorar música.

–¿Y como es esa doble vida de padre y músico?
– ¡Qué pregunta más rara! (se ríe). Eh, es increíble para serte sincero. También es agotador. Mantener a un pibe es muchísimo más caro que comprar drogas. ¡Y te cansan más que unos meses de gira! Pero hablando en serio, es maravilloso. Me encanta, amo a mis hijos y a mi familia. Es un trabajo muy duro que a la vez termina siendo muy gratificante. Ser padre te genera ese deseo de querer dar mucho más de vos, te llena de energía. Aunque una clase de energía que el mismo hecho ser padre y todo lo que involucra, te termina sacando.

–¿Estás trabajando en nueva música cuando no te toca cuidarlos?
–Sí, tengo muchos planes pero la verdad es que lo que me falta es tiempo. Hay algo en lo que estamos trabajando con los Libertines, pero con nuestras relaciones medio erráticas nada es muy concreto, todavía. También tengo algún par de cosas pendientes con los Jackals, definitivamente vamos a trabajar en otro disco. La cuestión es cuándo, ¿no? Ahora más que nada estuve trabajando con bandas jóvenes, como una llamada Black Horses que los estoy produciendo. Igualmente creo que debería largarlo un rato y dedicarme a lo mío.

– Hablando de Libertines ¿Por qué para “Anthems for Doomed Youth” sacaron a Mick Jones como productor y pusieron a uno más popero como Jake Gosling?
– A Mick no lo tuve muy en cuenta, más que nada porque hace tiempo que no lo veo ni sé nada de él. Nosotros, por nuestra parte, también teníamos una lista de productores con los que queríamos laburar, desde John Leckie hasta Paul Epworth y Stephen Street. Lo que terminamos por decidir fue que teníamos ganas de hacer: algo nuevo, distinto. Y queríamos trabajar con alguien que nos acompañara y nos ayudara con las canciones. No queríamos que fuera todo un proceso automatizado.

– Cuando toquen acá “Up the Bracket” va a cumplir 14 años. ¿Tenés presente que pasó tanto tiempo?
– La verdad es que no me había dado cuenta. No creo que hagamos nada especial con respecto a esta fecha, tratamos de mirar más para adelante. Por otra parte, también me parece a mí, que esa cosa de celebrar discos o tocarlos enteros es más una cosa para un vigésimo aniversario. Nosotros estamos encaminados al futuro, a tratar de mantener las cosas frescas con los Libertines.

– Ustedes son una banda que se alimenta bastante del caos. ¿Creés que todo el quilombo de la Unión Europea le va a dar algo a las bandas de allá?
– Si, la verdad es que toda esta situación es una mierda, hay mucha gente que está asustada. Pero a la vez esto va a generar un impacto en las personas, especialmente en los músicos. Este es el tipo de cosas que sirven como motor para algunas bandas, dispara un fuego interno y les da munición para escribir. Además, es algo que espero haga que las personas sean más unidas.
CLARIN