Reliquias con mucha historia

Reliquias con mucha historia

Por Wang Kaihao
En los acantilados, las sombras rojizas aparecen como borrosas en la neblina. Los lugareños llaman a la zona “Huashan”, que significa “montañas con pinturas”. El río Zuojiang fluye a través de Chongzuo, una ciudad ubicada a lo largo de la frontera de China con Vietnam, en la Región Autónoma Zhuang de Guangxi. Después de 13 años de trabajo, el 15 de julio, el Paisaje Cultural de Arte Rupestre de Zuojiang Huashan fue incorporado a la lista del patrimonio mundial de la UNESCO en una reunión en Estambul. Ahora, treinta y ocho sitios con arte rupestre ubicados a lo largo del río y cubriendo una superficie de 6.621,6 hectáreas forman parte de la lista.
Lu Huanming, que ha pasado la mayor parte de su vida en Yaoda, un pueblo de unos 400 habitantes, señaló: “Crecí escuchando sobre pinturas rupestres. La montaña es como un Dios para nosotros. Nadie se atreve a dañar esas pinturas o nuestro pueblo sería maldecido” El respeto de los lugareños es probablemente una de las razones por las cuales el arte rupestre, creado entre el siglo 5 a.c. y el siglo 2 d.c., está en condiciones relativamente buenas más de 2.000 años después. Cerca de la localidad se encuentra el complejo de arte rupestre más grande de los 38 sitios, que contiene 1.951 motivos, muchos de los cuales son figuras humanas realizando ceremonias.
Las pinturas están distribuidas en una superficie de 8.000 metros cuadrados en el acantilado, que es considerado el segundo mayor panel de arte rupestre más grande del mundo, sólo detrás de las Líneas de Nazca en Perú. De acuerdo con Zhu Qiuping, director de la oficina de custodia de reliquias culturales que ha estado estudiando el arte rupestre Huashan desde hace casi 30 años en todo Ningming, los motivos fueron dibujados por el pueblo Luoyue, que es considerado precursor del grupo Zhuang actual.
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Al explicar los motivos por los cuales se pretendía que el lugar obtuviera la condición de patrimonio mundial, Lan Riyong, director adjunto del grupo de expertos de la oficina de Guangxi que exigía dicha condición, sostuvo: “Cuando se pidió el reconocimiento de la UNESCO, el arte rupestre en sí mismo no era el único foco. El paisaje, incluyendo las pinturas, los acantilados, el río. Y la forma de vida de los habitantes en las terrazas frente al río, se ven como una sola entidad: los acantilados son paneles, y el río es como una cuerda que conecta estas perlas. Las personas realizan sus sacrificios y ceremonias en las terrazas para mostrar su respeto por el lugar”.
Además, desde el 2003, se está llevando a cabo un proyecto para conservar las rocas. El mismo es exigente en lo que se refiere a técnica. Por ejemplo, no se les permite tocar las pinturas a los trabajadores, ni siquiera cuando se está colocando el andamio. Además, la pesca en jaula, que era común en la zona, ya no se permite con el fin de evitar que se afecte al río Zuojiang dentro de la zona de patrimonio.
Gu Hang, director de la Oficina de Patrimonio Cultural en Guangxi, señaló que a pesar de que el proceso para obtener la condición de patrimonio mundial estuvo repleto de dificultades, contaron con mucho apoyo local. “Cuando detuvimos la pesca en jaula o trasladamos sus residencias para proporcionar una mejor vista de los acantilados, mostraron mayor comprensión de la que esperábamos. Un pescador me dijo: ‘El arte rupestre es lo que nos dejaron nuestros antepasados (…) Podemos mudarnos a otro lugar o cambiar de profesión”’.
EL CRONISTA-CHINA DAILY