Zurdos. La “revancha” de los que viven con la mano izquierda

Zurdos. La “revancha” de los que viven con la mano izquierda

Por María Polak

Parece increíble que la Iglesia Católica y el islam coincidan en algo tan mítico y sin fundamento científico como considerar que la mano izquierda es sinónimo de lo impuro. No hay bendiciones con la siniestra en ninguno de los dos credos: el diablo es zurdo.
Esa lateralidad cerebral sigue teniendo “mala prensa”, aunque tiene un día internacional, el 13 de agosto, algo que no sucede con los diestros. Quizá lograron tener festividad propia porque son minoría en el mundo: el 10%, cuando el 85% es diestro, apenas un 2% maneja por igual ambas manos y un 3% es minusválido. Es decir que 1 de cada 10 personas, en el mundo y en nuestro país, usa la “siniestra” para escribir, cocinar, pintar, jugar, vivir…
Ni en la cotidianidad del aula están a “salvo”. Los primeros años de la escolaridad son los más complejos, aunque gracias a las neurociencias los zurdos comienzan a despojarse del mito de que pueden ser disléxicos o padecer problemas mentales.

Los útiles escolares, un nicho de mercado que crece tímidamente
“El cerebro trabaja en red y el hombre usa todo el cerebro”, afirma la licenciada Florencia Salvarezza, directora del Departamento de Lenguaje de la Fundación del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco), y echa por tierra los mitos “que han dominado más o menos los últimos 2016 años de la humanidad”.
“Los seres humanos tendemos a buscar regularidades, a agruparnos y a dejar de lado a los que no se parecen. La única ventaja real es en el deporte porque los zurdos, el 10%, enfrentan a los diestros, el 85%. No los hace mejores deportistas, de hecho hay muchos zurdos que son exitosos en el deporte sin que sean buenos”, añade Salvarezza.
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Las investigaciones científicas van derribando mitos: la lateralidad izquierda y la dislexia no son vinculantes como se pensaba en los sesenta. Tampoco los zurdos son más alcohólicos que los diestros, ni más creativos, ni dan mala suerte, aunque aún hoy hay tribus africanas en las que las mujeres que cocinan con la mano izquierda pueden llegar a ser quemadas por considerárselas brujas y envenenadoras. Hace pocos años, Japón dejó de considerar esa condición como motivo legal para divorciarse.
Especialistas en neurociencias, educadores, padres y alumnos coinciden en señalar los primeros años del aprendizaje formal como el tiempo más difícil que debe afrontar el 10% de la humanidad que no usa la mano derecha.
El pupitre, los cuadernos, las carpetas, las lapiceras, las reglas, los elementos de geometría, la computadora y hasta el cierre relámpago de las mochilas están pensados para la facilidad de la mano derecha.
Gabriela Greco fue maestra jardinera durante más de 20 años y ayudó a sus alumnos a decidir sin presiones cuál era su verdadera lateralidad cerebral: “Yo ponía los pinceles en el medio de la mesa para que los chicos eligieran con qué mano tomarlos”. Es que recién a partir de los tres o cuatro años los chicos empiezan a ver cuál es la mano con la que se sienten más cómodos con sus tareas y a los cinco definen si son diestros o zurdos.
Greco, que vive en Villa Urquiza, no sólo tuvo la experiencia laboral de acompañar el proceso de conocimiento en la escuela, sino que dos de sus tres hijos también se manejan con la siniestra. Joaquín, de 20 años, es músico y ha tenido que cambiar las cuerdas de su guitarra para poder tocar bien. El trombón, que ejercita casi a diario, es para ambidiestros… un problema menos.
“Joaquín siempre se quejó más que Sofía [su hermana, de 12 años], que ha tomado con más naturalidad su condición. Él tiene una letra terrible. Ella tiene mejor letra”, revela esta madre que los mima hasta en el momento de poner la mesa: “Sus cubiertos los pongo del lado de la izquierda”.
Para Santiago, un flamante egresado universitario de 25 años que vive en Las Cañitas, ser minoría lo incomodaba. “Cuando sos zurdo te terminás acostumbrando a que todo está hecho para diestros y, al final, te olvidás. El colegio donde estudié tenía orientación en informática y pasábamos muchas horas frente a la computadora. Todas tenían el mouse a la derecha. Lo mismo me pasó en mi primer trabajo, en el segundo, en el tercero y el cuarto. Siempre igual. Al principio me incomodaba, pero después cedí y cedí tanto que terminé usando el mouse del lado derecho en mi casa. Ahora lo que me incomodaría sería manejarlo con la izquierda.”
Los problemas de aprendizaje han sido más complejos entre los adultos mayores. “En el colegio primario, del Estado, me obligaron a escribir con la derecha pese a que les decía que me costaba mucho. El maestro me replicaba que me manchaba mucho con la tinta y que no estaba bien escribir con la izquierda. Hoy sigo escribiendo con la derecha, pero conservo otras cosas de zurdo, como usar los cubiertos y patear la pelota”, cuenta a LA NACION Horacio de los Ángeles, de 58 años, mientras lleva con la mano izquierda la correa de su amado perro Sokol por las calles de Almagro.
“Necesitamos maestros alertas a que se den las condiciones de comodidad en el aula para aprender”, advierte Salvarezza. Y aconseja que guíen a los padres para que compren los útiles escolares para zurdos, ya que muchos desconocen su existencia y esos elementos “les cambian la situación en los primeros años, porque todo es nuevo y complicado”.
“En los primeros años, las maestras nunca me pidieron útiles para zurdos”, cuenta Delia Martínez, la madre del ya adolescente Julián Mariscal, que a sus 17 años se acostumbró a los elementos de los diestros aunque siempre tiene a mano una tijera “siniestra”.
Gina Pascolini cursa el 6° grado en el colegio La Salle, de Florida, y trata de no chocar con el codo a sus compañeros diestros cuando toma notas. “No sabíamos que había transportadores o cuadernos. Sólo le compramos la tijera por una cuestión de desconocimiento, no de precio”, cuenta Vilma Marchetti, su madre.
En cambio, María Felizar, madre de Matías, que concurre al mismo colegio que Gina Pascolini, se enteró recién este año de que se consiguen cuadernos “siniestros”. “Las carpetas anilladas son un problema para Matías, pero no compré ningún otro útil especial porque no tiene ninguna dificultad en la escuela”, concluyó.

Rafael Nadal y su zurda
Nadal, de chico, pegaba tanto de drive como de revés a dos manos, algo inusual. Era un estilo Fabrice Santoro (famoso tenista francés). Pero un día, su tío y entrenador, Toni Nadal, le dijo que ningún número uno había llegado a ese puesto pegando con esa técnica y que tenían que elegir. Y se decidieron por empuñar la raqueta con la izquierda, ya que Toni consideraba que jugando con esa mano tendría ventaja ante sus rivales, mayormente diestros. Una curiosidad: Nadal juega al tenis y al fútbol con la izquierda, pero para el resto de las cosas usa la derecha.
LA NACION