Gay-friendly: la literatura ahora alumbra un nuevo nicho temático

Gay-friendly: la literatura ahora alumbra un nuevo nicho temático

Por Daniel Gigena
Desde que existe la literatura circulan ficciones con temática LGBT, esto es, mucho antes aun de que la sigla fuera creada. Pero este año, en buena parte por el empuje de la literatura juvenil, el mercado editorial se abasteció de varios títulos. Novelas y relatos, manuales de autoayuda para salir del clóset, cuentos, autobiografías e historias de chicos que quieren ser chicas están a disposición de los lectores argentinos. ¿Signo de apertura o estrategia para ganar nuevos públicos? Una cosa no quita la otra.
“No tengo una opinión en contra de la visibilidad del abanico de identidades y de modos de relacionarnos que existen -dice Laura Arnés, docente e investigadora del Conicet-. Sin embargo, cuando algo es cooptado por el mercado inmediatamente, sospecho.” Arnés cuestiona el tipo de ficciones afectivas que esos relatos presentan. “Más allá de lo gay, ¿qué tipo de relaciones, vínculos y afectos legitiman? ¿No serán esas ficciones, acaso, nuevos modos de imponer la norma y de dar forma a los deseos? ¿No serán modos de encorsetar la potencia subversiva que tienen los afectos disidentes?”, se interroga. La pregunta es sensata, pero algunas de esas ficciones guardan un grado de potencia para nada despreciable. Es el caso de George (Nube de Tinta), de Alex Gino, que cuenta la historia de un chico que aprovecha la ocasión de una obra teatral escolar para revelar su deseo de ser niña. La obra, de un autor transexual, es un éxito internacional que recaló en las librerías argentinas en junio. “Obviamente llevó su tiempo publicarlo, porque en su mayoría la industria sigue respondiendo a los estándares. Pero, por suerte, cada vez hay más espacios para diversas historias”, declaró el autor en una entrevista de Fabiana Scherer publicada en LA NACION.
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“Si miramos panorámicamente, hay un universo abierto, en el sentido de que no se cierra por su ajuste a la temática, de historias gay que dan vuelta en los libros que se publican -señala Adriana Fernández, gerente editorial de Planeta y responsable del área de libros infantiles y juveniles?. La ficción como ámbito en el que se cuentan estas historias prevé un público adolescente; además, una comunidad de adolescentes muy activa en redes (tuiteros, youtubers, booktubers) descubre que estos medios permiten la combinación extraña de llegar a muchos desde el cuarto de casa. Este mundo privado del cuarto propio donde se graba o se edita ha sido también propicio para confesar, como ellos mismos lo mencionan, su identidad gay, o para transitarla con normalidad.”
Planeta ofrece un menú variado de ficciones LGBT: Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo (Destino), de Benjamín Alire Sáenz; El chico de las estrellas (Destino), de Chris Pueyo, y El arte de ser normal (Cross Books), de Lisa Wiliamson.

En todas las orientaciones
El sello Puck publicó el best seller internacional de James Dawson Este libro es gay, una obra sobre todas las orientaciones sexuales para todas las personas, sin importar su género o sexualidad. “A veces, a los chicos les gustan otros chicos. A veces, a las chicas les gustan otras chicas. A veces, a las chicas les gustan los chicos y las chicas. A veces, a los chicos les gustan las chicas y los chicos. A veces, a las personas no les gustan ni chicos ni chicas. A veces, un chico querría ser una chica. A veces, una chica querría ser un chico”, sostiene Dawson, que presenta a su libro como una obra “para dejar de pensar en la propia sexualidad como algo inamovible y empezar a considerarla una opción, para entenderse mejor a uno mismo y a los demás”. Con gracia y seriedad, incluye consejos para “ligar” o “salir del armario” y recomendaciones sensatas: “No viajes a países con leyes que no respeten los derechos humanos”.
Leonel Teti, editor del catálogo de ficción juvenil de V&R, cuenta que los lectores valoran hoy la publicación de novelas realistas con temas contemporáneos. “En 2015 editamos Todo puede suceder, de Will Walton, una novela sobre un joven que está enamorado de su mejor amigo, pero tiene miedo de expresar sus sentimientos por las posibles reacciones de su entorno. Para la Feria del Libro, lanzamos una de las obras juveniles más reconocidas a nivel mundial sobre diversidad de género: Dos chicos besándose, de David Levithan, una novela más cruda, narrada por un coro de voces que representa a la generación que murió de sida y enmarcan una historia actual”, dice Teti.
Este año, V&R publicará Qué nos hace humanos, de Jeff Garvin. “Es una gran responsabilidad; seleccionamos cada título con muchísimo cuidado y prestamos especial atención al mensaje que transmite la obra. Uno de los aspectos más gratificantes de publicar libros como éstos son los comentarios que recibimos de los lectores. Todos los días nos llegan mails de chicos que los leyeron y nos cuentan experiencias personales, cómo los ayudaron o cómo el relato de algún personaje les hizo repensar sus valores, su forma de actuar.”
Para Teti, en la industria de los libros para jóvenes hay una tendencia de abordar temas duros que son de especial interés para esa franja de lectores: identidad de género, abuso, adicciones, bullying, trastornos de alimentación, pérdidas afectivas y enfermedades. “Las ficciones podrían ser un camino para naturalizar cosas que ya deberían ser naturales, el granito de arena que podemos aportar desde nuestro lugar para mejorar como seres humanos, para enriquecer la reflexión sobre cuestiones que en muchos casos no nos planteamos de antemano”, reflexiona.
Ediciones B anticipa que este mes lanzará una colección de cuatro novelas de romance gay escritas por Andrew Grey, presentadas con el lema “El amor también es cosa de ellos”. El primer título lo dice todo: Amar es… no avergonzarse.

Apto para mayores
Luego del éxito de Para acabar con Eddy Bellegueule (Salamandra), la novela de Édouard Louis protagonizada por un joven gay del interior de Francia que vendió más de 300.000 ejemplares en todos los países en que se publicó (también en la Argentina), un nuevo libro de Michael Cunningham, el célebre autor de Las horas, llegó al país este mes. Allí presenta a un protagonista gay de 30 años que durante un atardecer cree tener una visión sobrenatural en medio de un parque neoyorquino. La reina de las nieves (Lumen) es un cuento de invierno tragicómico, donde la orientación sexual del protagonista es un dato más.
Varios escritores argentinos tienen sus propias novedades para aportarle al género. Querido Nicolás (Blatt & Ríos), de Pablo Pérez, se puede leer como la precuela de Un año sin amor. Allí, Pablo, el protagonista, durante dos años le escribe cartas a su amigo Nicolás desde Europa, y lo pone al tanto de sus aventuras en París y Madrid. En algunos cuentos de Ruidos molestos (Conejos), de Cristian Godoy, los personajes se debaten en el umbral del coming out. En uno de los relatos de Mi madre favorita tiene bíceps (La Mariposa y la Iguana), Lilian Laura Ivachow narra el arrebato que una mujer siente por otra. Dafne Pidemunt y Leticia Hernando, editoras de este sello independiente, advierten que “es fundamental el aporte de la ficción para construir un nuevo imaginario, más amplio e inclusivo, y empujar los límites de lo simbólico”. La publicación, la difusión y la visibilidad de estos materiales crecieron de manera exponencial en el mundo porque, aseguran, “siempre hubo un público interesado, lo que faltaba eran los libros”.
LA NACION