06 Jul Abbas Kiarostami. Adiós al cineasta de los caminos
Por Horacio Bilbao
Abbas Kiarostami, el más influyente cineasta iraní contemporáneo en Occidente, murió en París a los 76 años. Su película El sabor de la cereza, con la que ganó la Palma de Oro en 1997, es la más conocida de una filmografía variada, pero con señas y características tan singulares que le permitieron trazar una obra personal. Kiarostami sufría un cáncer gastrointestinal por el que fue operado varias veces.
Había nacido en Teherán, el 22 de junio de 1940. Jamás pensó en convertirse en director de cine, hasta que filmó su primer corto, El pan y la calle, en 1970. Los niños y los caminos ya aparecían en su obra como una temprana fascinación. Diseñador gráfico, graduado en la Escuela de Bellas Artes de su ciudad, trabajó como pintor y publicista, pero en la década del ‘70 emprendió su viaje real. Su renombre crecía puertas adentro mientras se gestaba la Revolución islámica (1979), liderada por el ayatolá Jomeini. Mantuvo siempre su libertad intelectual y religiosa. Desde El informe, su primer largo, abordaba el tema del suicidio, prohibido en la mayoría de las religiones.
A fines de los ‘80 comenzó a ser reconocido fuera de Irán. Dirige ¿Dónde está la casa de mi amigo? (1987), Y la vida continúa (1992) y A través de los olivos (1994), películas a las que se conoce como la trilogía de Koker por estar filmadas en ese poblado. Pero no son éstas su obras más famosas, sospechadas de ser alabadas de manera retrospectiva, al igual que Close Up (1990), de la cual Werner Herzog, Susan Sontag y Martin Scorsese escribieran maravillas. Su obra más popular, El sabor…, es el pasaporte argentino.
Fue gracias a ella que aquí se estrenaron algunas de sus películas. La historia de ese personaje que quiere suicidarse y recorre con su auto las laderas marginales de Teherán buscando a alguien que lo entierre, ganó el premio mayor en Cannes, sí, pero también tiene origen en un filme del más argentino de los europeos, Ingmar Bergman, y una escena “infiltrada” que es casi mitológica: el afiche de Maradona en la casilla de un obrero iraní.
Kiarostami renovó sus credenciales con El viento nos llevará, Premio del jurado en Venecia. Y en el nuevo siglo alternó realismo con filmes experimentales. En 2001, tras los atentados a las Torres Gemelas, le negaron la visa para entrar a los Estados Unidos. Unos años después, su película Copia certificada sería prohibida en Irán. Con Juliette Binoche en el protagónico, que recibió el premio a mejor actriz en Cannes, había sido su primer rodaje fuera de su país.
“Hay una gran inseguridad social y política en Irán, y uno no puede comprometerse a programar el trabajo de un año porque no se sabe lo que va a pasar”, le explicaba entonces a Clarín. El filme marcaba un regreso al cine narrativo después de Shirin, obra simbólica, en la que 114 actrices famosas de Irán asisten a la proyección dramatizada de un poema medieval. Seguimos la obra a través de la expresividad de las actrices, sus lágrimas y sonrisas en una sala de cine. “La gente es curiosa… pero productores y directores.. .creen que los espectadores deben convertirse en consumidores estúpidos”, se quejaba.
Shirin se vio acá en agosto de 2014, en el oportuno ciclo Los caminos de Abbas Kiarostami que se proyectó en Proa. Un circuito marginal para un autor que nunca fue popular. Su última película, Like Someone in Love (2012), filmada en Japón, sólo estuvo en el Bafici. Paradojas de la fama para un autor que descreía de la representación de la muerte en el cine occidental. “Lamentar la muerte es absurdo, lo que lamentás es la ausencia del amigo”.
La actriz Catherine Deneuve junto al director. En mayo de 1997 “El sabor de la cereza” compartió la Palma de Oro con “La anguila”, de Shôhei Imamura. Isabelle Adjani fue la presidenta del Jurado que premió a Kiarostami. Ese año también compitieron filmes de Wenders, Haneke, Kar-wai, Egoyan, Winterbottom, Ang Lee, Bellocchio…
(AP)
La actriz Catherine Deneuve junto al director. En mayo de 1997 “El sabor de la cereza” compartió la Palma de Oro con “La anguila”, de Shôhei Imamura. Isabelle Adjani fue la presidenta del Jurado que premió a Kiarostami. Ese año también compitieron filmes de Wenders, Haneke, Kar-wai, Egoyan, Winterbottom, Ang Lee, Bellocchio…
CHERRY
“El sabor de la cereza” fue un éxito impensado en nuestro país. Estrenada el 13 de agosto de 1998, la vieron 123.853 espectadores. Llevó más público que “El Señor de los caballos”, de Redford, “Spice World”, con las Spice Girls, y “Tierra de policías”, con De Niro y Stallone, por ejemplo.
En sus palabras
“Buen cine es el que podemos creer, y mal cine es el que no podemos creer.”
“Mi forma de expresión está llena de complicaciones y misterio porque ésa es mi percepción de la vida.”
“Los asientos del cine hacen vaga a la gente: esperan que se les dé toda la información. Pero para mí, los signos de pregunta son la puntuación de la vida.”
“Diría que ningún filme es apolítico. Cualquier película anclada en una sociedad y que trate sobre el ser humano es política.”
“Para ser universal, tenés que estar enraizado en tu propia cultura.”
“Somos incapaces de fijarnos en lo que tenemos delante nuestro, a menos que esté dentro de un marco.”
CLARÍN