01 Jul El avance de los alimentos orgánicos
Por Karina Salazar
Si bien el continente europeo y los Estados Unidos se encuentran a la cabeza en producción y comercialización de alimentos orgánicos, muchos países de América latina, en los últimos años, fueron adoptando este tipo de oferta culinaria.
Entre ellos, la Argentina. Y, aunque en el país del tango este segmento aún represente un porción pequeña del mercado, el potencial para crecer es grande, aseguran los expertos, quienes identifican, en el mercado local, unos 15 emprendimientos online dedicados al envío de alimentos orgánicos. Por caso, las ferias (del tipo Masticar y Buenos Aires Market), mercados sustentables (como Sabe La Tierra) y otras exposiciones fueron impulsando la movida.
“La tendencia frente al cuidado, la vida healthy y el consumo de productos fit y orgánicos han hecho en un mundo conectado a través de redes que muchas personas se enteren y quieran seguir un estilo de vida más consciente”, afirma Soledad Pineda, directora Comercial de Pedile a Carol, un emprendimiento de delivery de alimentos orgánicos fundado en 2014, que factura entre $ 200.000 y $ 300.000 por mes. “La idea principal es que a Pedile a Carol le podés pedir todo: recetas, tips y nuevos productos”, agrega.
Diversidad de opciones
Con presencia en el mercado desde hace dos años, Verydeli es una plataforma online que ofrece más de 400 productos gourmet naturales y libres de conservantes y que, este año, espera facturar $ 1 millón. “Poseemos productos apto vegetarianos, celíacos y diabéticos, pero también carnes ahumadas y aceites. Todos los proveedores están enmarcados según el Registro Nacional de Establecimientos (RNE) y sus productos en el Registro Nacional de Productos Alimenticios (RNPA), lo que implica que sus ingredientes y fechas de vencimiento están comprobados”, comenta Beatriz Hambeck, directora de Verydeli.
Otro caso que apuesta por los alimentos orgánicos es Ninina restaurante & café, que ofrece la posibilidad de que el cliente se lleve a su casa lo mismo que consume en el local, ubicado en Palermo. “Incluye productos de panadería y pastelería sin aditivos ni conservantes. Además, tenemos una gran variedad de tés en hebras y cafés en granos. Fuimos sumando novedades, como granola casera, con avena orgánica, miel orgánica, fruta seca y semillas; mermeladas caseras y fruta fresca. Recientemente, comenzamos a vender azúcar, miel, quinoa, huevos de campo, aceite de oliva extra virgen, aceto balsámico y sal marina, entre otras materias primas que utilizamos en nuestra cocina”, detalla Emmanuel Plagayan, director de Ninina, el espacio gastronómico que emplea a 35 personas y que se inició tras una inversión de u$s 450.000.El segmento de almacén y productos para llevar representó el 10% del negocio total de Ninina durante 2015. En línea, Plagayan espera que este año crezca un 25% como mínimo.
Cambios en el mercado
Los emprendimientos enfocados hacia el mercado orgánico requieren de un conocimiento profundo del producto, sus ventajas comparativas respecto a lo no orgánico y una gran coordinación en la logística desde el campo hasta llegar al productor.
A saber: los productos orgánicos tienen una alta volatilidad en precio, asociada a condiciones climáticas y a su oferta, como todos los productos agrícolas, con las complicaciones lógicas que da un contexto inflacionario.
En lo que respecta al mercado online, debe entenderse que esta modalidad aún se encuentra desarrollándose en la Argentina. “La clave es generar confianza. Para esto, nuestro servicio post venta fue fundamental para su crecimiento, acompañando al consumidor en cada etapa desde el conocimiento y entendimiento de qué es un producto orgánico, cómo consumirlo, aprovecharlo de la mejor manera, su disponibilidad más acotada que los productos convencionales y la gran dependencia que tiene lo orgánico según los distintos factores climáticos”, agrega Pineda.
Por su parte, Hambeck, de Verydeli, destaca que, si bien son varios los puntos a tener en cuenta, hay tres que son fundamentales: “Conocer bien el mercado al cual nos queremos dirigir (no es lo mismo apuntar a aquellas personas que buscan un cambio de hábito en su alimentación con productos saludables, que a aquellos que buscan bajar de peso y lo hacen de manera esporádica o circunstancial); los productos que se van a ofrecer y sus características (no es lo mismo un producto sano, natural, sin aditivos y conservantes, que un producto que solo busca ser “bajo en calorías”) y, a su vez, lograr que la gente entienda que esto de los productos naturales es un cambio de hábito de consumo. Es importante enseñarles a través de las imágenes y textos que se acompañan y sus explicaciones de qué es cada cosa, lo que siempre es un desafío”, concluye.
EL CRONISTA