28 Jun Epidemia de cesáreas: en el país se practican el doble de lo que recomienda la OMS
Por Mariana García
Sólo la llegada de un hijo puede hacer olvidar a una mujer que un segundo antes su cuerpo era una bolsa de huesos y tendones retorciéndose. A diferencia de otros dolores, el del parto es el único que tiene un sentido, traer a la vida un hijo. Sin embargo, cada vez son más las mujeres que, por decisión, sumisión o ignorancia, llegan a ser madres sin conocer ese dolor.
“Epidemia de cesáreas” advierte en su último informe sobre epidemiología la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y coloca a nuestro país entre los que tienen una de las mayores tasas de cesáreas. Aquí, el porcentaje de cirugías duplica lo indicado por la OMS. Mientras que el organismo sostiene que no existe ninguna evidencia científica para que las cesáreas representen más del 15 por ciento de los partos, en Argentina esa tasa es del 30,9%, un porcentaje que en el sector privado puede alcanzar hasta 67%. La tendencia se mantiene en aumento desde hace cinco años, a pesar de todas las recomendaciones de la OMS. Es decir que los niños argentinos que llegan al mundo por parto natural empiezan a ser una minoría.
Pero la OMS llama la atención sobre otro dato: si bien este solía ser un fenómeno asociado al negocio de las clínicas privadas, hoy el número de cesáreas innecesarias también se está replicando en los hospitales públicos. Ariel Karolinski, obstetra en el Hospital Durand y consultor de la OMS señala que nuestro país se encuentra a la vanguardia en la atención que reciben las mujeres en el momento del parto, pero “este aspecto no es una garantía de la calidad de cuidados que se proveen en la atención del embarazo, parto y puerperio. Las imposiciones del mercado, las modas, la desinformación y la falta de participación de las usuarias y las familias en la toma de decisiones vinculadas al cuidado de la salud motivaron que ciertas prácticas como la atención del parto fuera progresivamente medicalizándose. En otras palabras, esto implica una participación activa del sector médico en la realización de prácticas que muchas veces son injustificadas y no están exentas de riesgos y complicaciones”.
Desde el Ministerio de Salud, también coinciden en el diagnóstico. “Hay toda una cultura de que el paciente tiene que ser lo más calladito posible y esto se traslada al momento del parto. Y a esto se suma la cultura de la inmediatez, queremos todo en el momento”, opina Dora Vilar de Sarachaga, subsecretaria de Atención Primaria, quien agrega que existen clínicas en las que el porcentaje de las cesáreas llega al 80%. Desde la Asociación Obstétrica Argentina, Catalina Gerace, señala que la imposición de cesáreas constituyen una costado más de violencia contra la mujer: “En las clínicas privadas existe una cuestión económica y en los públicos el problema es lo legal. Los médicos no quieren problemas, entonces comienzan a manipular a la mujer desde el embarazo, en el momento en que está más vulnerable”.
Un estudio presentado con el informe de la OMS muestra que a pesar de la epidemia de cesáreas el 46% de las mujeres encuestadas por la consultora Voices señaló que el parto natural sigue siendo la mejor opción. El estudio, impulsado por la especialista Victoria Seguí, también mostró la otra cara: la mayoría –el 55%–aseguró que las cesáreas continuarán aumentando y que, a pesar de los riesgos, el 27% de las mujeres prefiere someterse a esta cirugía.
La psicóloga Aixa Ezcurra sostiene que las mujeres deberían prepararse durante el embarazo: “Es importante lo que di en llamar ‘la higiene del embarazo’: que se alimente adecuadamente, con comidas y bebidas de bajo contenido en sodio y que tome momentos de descanso cortos durante el día junto con un trabajo corporal adecuado para el embarazo. Esto ayuda a llegar al final del embarazo con tejidos flexibles y no edematizados, sin riesgo de hipertensión arterial, que reduce la posibilidad de la aparición de preeclampsia. Esto mejora el estado clínico de la mamá y ayuda al médico a poder esperar un poquito más de la semana 40 para decidir, por ejemplo, inducir el parto. El estado clínico de la mamá y un buen monitoreo de las últimas semanas son herramientas importantes para que el médico pueda decidir esperar unos días más”.
En el mapa mundial, Argentina está en rojo, incluso bastante más alto que la tasa en promedio de América Latina (23,7%). Para tratar de revertir esta situación, el año pasado se reglamentó la ley de parto humanizado que, en entre otras cosas, obliga a las instituciones a darle a la mujer el tiempo necesario para poder parir a su hijo como quiera.
CLARIN