La torre espiga, un nuevo tipo edilicio

La torre espiga, un nuevo tipo edilicio

Por Berto González Montaner
Si había algo que daba vueltas en la cabeza de Mario Roberto Alvarez era la idea de inventar un edificio con forma de espiga: finito abajo y más grande arriba. La lógica de esta ocurrencia tenía que ver con el negocio inmobiliario. Los pisos altos son los que mejor se venden. El valor del metro cuadrado aumenta a mayor altura. Por lo tanto, cuanto más grandes sean los pisos superiores, más es lo que rinde el negocio.
Alvarez, uno de los arquitectos más reconocidos de la Argentina, se murió sin encontrarle la vuelta. Pero en el mundo de la arquitectura las ideas transitan. Pueden ser de uno, pero son de todos. Hasta llega un momento en que pertenecen a la cultura arquitectónica y, si son exitosas, se convierten en lo que se llama un tipo arquitectónico. Va un ejemplo: ¿quién es el dueño de los templos rodeados de columnas y techo a dos aguas como podría ser el Partenón en la Acrópolis de Atenas? El Partenón, atribuido a Fidias, no fue ni el primero ni el último de esa forma (esa tipología), sino el resultado de lo que se dice la evolución de un tipo. Es decir, de ir, generación tras generación, puliendo una idea. Otro: ¿quién inventó nuestra casa “cajón”, nuestra casa “chorizo” o las torres prismáticas todas rodeadas de vidrio que inundan las ciudades del mundo?
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La idea de torre- espiga tuvo quien recogiera el guante. Desde la Avenida Figueroa Alcorta se ven las torres Forum Alcorta proyectadas por el estudio MSGSSS, liderado por el profesor y arquitecto Justo Solsona. Forum es un bloque bajo de lofts con dos torres de vivienda de hormigón y vidrio que emergen por encima de grandes árboles en la intersección de las calles Echeverría, Juramento, Castañeda y Ramsay, en Bajo Belgrano. Están en una manzana de 13.000 metros cuadrados con un parque central, estacionamientos, 1.500 metros cuadrados de amenities y departamentos que llegan en los pisos superiores hasta los 700 m2. Hacia la ciudad y el río, las torres tienen grandes muros de hormigón calados con ventanas. Hacia el Noroeste y el Sudeste, unos muros cortina de vidrio inclinados que le dan su forma particular.
Pero esta nueva tipología edilicia no vino perfecta sino al menos con tres problemas por resolver. ¿Dónde poner las tan necesarias cortinas para oscurecer los ambientes, sobre todo los dormitorios? Que si de las tradicionales se trata, las de colgar, esta conformación tan particular deja un triángulo raro entre ellas y la carpintería. El otro intríngulis es que estas carpinterías integradas vienen de los muros cortina inventados y usados generalmente en edificios de oficina. “El problema surge con la prestación acústica”, me confesó un especialista en este tipo de construcciones. En un edificio de oficinas no hay problema que algo del sonido de un piso se trasmita a través de la carpintería que funciona como una membrana, de uno a otro: hay un horario de trabajo y el bullicio de las oficinas es generalizado. ¿Pero en una vivienda? No es posible que una conversación íntima o al menos doméstica en el silencio de la mañana sea compartida por los vecinos del piso de arriba y de abajo. La otra dificultad que traen estos edificios con fachada de vidrio inclinada es la limpieza de los vidrios. Colgados en las sillas, todo va bien en el piso superior, pero se hace imposible llegar al vidrio en el piso inmediato inferior.
Como sucedió con el Partenón este tipo edilicio busca perfeccionarse. El mismo estudio MSGSSS está construyendo las torres Al río, en la intersección del vial costero de Vicente López con la Avenida General Paz, un enclave con inmejorables vistas sobre el Río de la Plata. El edificio se hace más grande a medida que va para arriba, pero en forma telescópica, tal como hacen de manera casi natural y espontánea las construcciones en las villas. El crecimiento se produce de nivel en nivel y la carpintería ahora la han proyectado en posición vertical y entre losa y losa, solucionando así el tema de la aislación acústica y de las cortinas; y simplificando el de la limpieza de vidrios.
Pero Al río también recurre y perfecciona otras experiencias del mismo estudio. Por un lado la cantidad de variaciones que tiene en su desarrollo en altura que hace recordar a las torres Acoyte de mediados de los 80 en Caballito. Y por otro el uso de puentes como los que usó el estudio de Solsona en el Conjunto Rioja, ese complejo habitacional que puede verse a la altura del peaje de la Autopista Buenos Aires-La Plata. Pero ahora convertidos esos puentes en grandes terrazas para disfrutar de la vistas hacia el río.
CLARIN