WhatsApp y Messenger suman apps para que la gente los use más tiempo

WhatsApp y Messenger suman apps para que la gente los use más tiempo

Por Marcelo Bellucci
A las aplicaciones clásicas para teléfonos celulares les apareció un digno oponente. Se trata de las apps bots que simulan el comportamiento humano y mediante el empleo de inteligencia artificial, tienen la capacidad de interactuar con el propietario en lenguaje natural. Se usan dentro de WhatsApp, Messenger, Skype, WeChat, Telegram, y sin abandonar el canal de charla, es posible pedir una pizza, consultar el servicio meteorológico o reservar un vuelo, y el programa contesta como si fuera una persona.
Uno de los primeros en inscribirlos en su menú fue Telegram, que para fomentar su expansión ofreció una beca de 25 mil dólares a los más innovadores. Pero la fascinación por estas piezas inteligentes se desató unos meses atrás cuando Messenger –el sistema de mensajería que responde a los 900 millones de usuarios de Facebook– les abrió las puertas de su interfaz de programación, lo que en la jerga se conoce como API.
El bot, aféresis de robot, no es un invento naciente. Desde hace lustros circulan anónimamente por la web indexadas páginas en los motores de búsqueda, transformando las computadores en zombies o afrontando luchas inteminables con el protagonistas de un videojuego. Aquí, lo novedoso es su desembarco en el smartphone, donde aportará una interacción más fluida e intuitiva.
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Entre sus beneficios inmediatos se destaca que no requiere ser descargado, instalado, suscribirse a un sitio, disponer un nombre de usuario ni tampoco contraseña. “Los bots serán las apps del futuro y el lenguaje hablado la nueva forma de interactuar“ indicó Satya Nadella, CEO de Microsoft.
Algunos se agregan mediante un código y otros, dentro de la misma ventana de chat, disponen una solapa Bot desde la que se pueden asociar a la cuenta. En todos los casos, una vez añadido, se muestra en forma de contacto. Para utilizarlo, de momento, hay que chatear con el programa, quien se permite soltar alguna humorada en la conversación o utilizar enunciados simpáticos para ganar la confianza. En un futuro, será posible hablar y recibir en tono cordial, las indicaciones requeridas.
Esta herramienta puede estar programada para cumplir objetivos elementales como recordar una tarea, automatizar un proceso o buscar imágenes. Hay otros más complejos que son capaces de tomar decisiones o realizar sugerencias basadas en las preferencias del usuario. Estos últimos llevan más tiempo de elaboración y responden a capas de inteligencia que el desarrollador va incorporando al código de programación.
En la actualidad, los usuarios destinan más tiempo a las aplicaciones de mensajería que navegar por las redes sociales. Según la firma eMarketer, unos 1.400 millones usaron una de estas app el año pasado, el equivalente al 75% de los smartphones que hay en el mundo. Uniendo estos dos puntos quedó la respuesta iluminada en el centro.
La aspiración es que los bot monopolicen el tiempo de permanencia de los usuarios en una única plaza y se conviertan en el servicio que rija a todo el resto. Así, dentro del mundo de las palabras, la idea es que los usuarios hagan transacciones, adquieran productos, lean noticias y realicen otras actividades que potencien su crecimiento. Pero las aplicaciones todavía no están muertas y están dispuestas a presentar batalla.
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