Los autos del futuro

Los autos del futuro

Por Facundo Javier García
La historia dice que el hombre descubrió el fuego, inventó la escritura, la imprenta y el teléfono, llegó a la Luna y desarrolló Internet. Sin temor a exagerar, al listado de grandes logros se les sumará en los libros del futuro el de los automóviles autónomos, es decir, aquellos vehículos que presciden del conductor.
Estos vehículos ya son una realidad. Es cierto que pasarán varios años hasta que se expandan desde los países más hasta los menos desarrollados, pero indefectiblemente son el futuro de la movilidad. Cambiarán por completo la manera de ir de un punto hacia otro: lo harán de un modo más seguro, limpio y eficaz que en la actualidad.
Los autónomos no llegarán sólo con la propuesta de brindar al conductor un desplazamiento más relajado. También prometen reducir a niveles muy bajos las colisiones entre vehículos y el atropello a peatones, achicar el consumo de combustible y la emisión de gases contaminantes, y generar un ahorro de tiempo al elegir siempre el camino más rápido para que el usuario se traslade de un punto a otro. Además, los ocupantes podrán aprovechar el trayecto para realizar otras tareas.
Desde 1886, cuando Carl Benz patentó en la Oficina Imperial de Berlín un “vehículo impulsado con un motor a gas”, que luego, a pesar de discusiones que se sostienen, sería considerado el primer automóvil (algunos le atribuyen ese logro a Leonardo da Vinci), la industria automotriz no protagonizaba un invento tan transformador. La autonomía, ni más ni menos, modificará un paradigma que nació 130 años atrás.
Actualmente, el desarrollo de automóviles autónomos está comandado por grupos antagónicos: las automotrices y las grandes empresas de tecnología. Entre las primeras, Audi es la más avanzada. De hecho, ya confirmó que el sistema de desplazamiento sin conductor hará su debut en la producción en serie de la próxima generación del A8, hacia fines del año que viene. En el otro grupo sobresalen las firmas Apple, Google, Blackberry. A continuación, cada uno de los casos.
autos-del-futuro.jpg_1328648940

Audi, pionera entre las automotrices
La marca de los cuatro anillos fue la primera entre las suyas en formalizar un proyecto de producción de un automóvil autónomo. De hecho, como apuntamos, sobre el cierre de 2017 pondrá en las calles de los países más desarrollados la nueva generación del Audi A8, que ofrecerá la tecnología de conducción piloteada.
Para el desarrollo del hardware encargado de gestionar todas las funciones del automóvil autónomo, la firma de Ingolstadt se alió con TTTech, Mobileye, nVidia y Delphi. Dichas empresas se encargan desde la construcción de los sensores hasta el desarrollo del software de gestión, además de la plataforma modular.
El centro neurálgico del futuro A8 será una unidad denominada zFAS, de tamaño similar al de una tablet y compuesta por dos procesadores: un Vidia Tegra K1 y un EyeQ3 de Mobileye. Allí se gestionarán todos los datos procedentes de los sensores, radares, GPS y cámaras instalados en el vehículo. Este “cerebro” es el que decidirá cuándo acelerar, frenar, girar o estacionar.

bmw-vision-next-100-design-2
Audi anticipó la tecnología de conducción autónoma en el RS7 piloted driving, un prototipo desarrollado para probar y demostrar que los vehículos que se manejan solos no le pertenecen únicamente al mundo de la ciencia ficción. Con él, los ingenieros lograron recorrer 885 kilómetros desde Sillicon Valley hasta Las Vegas.
El auto en cuestión fue sometido también a distintas pruebas en circuitos en modo completamente autónomo y sorprendió: alcanzó una velocidad de 240 km/h en la recta principal de Hockenheim y de 305 km/h en el Parcmotor Castellolí de Cataluña, además de bajar el tiempo de vuelta de pilotos profesionales en el Sonoma Raceway de California, donde giró en 2 minutos y 1,01 segundos (esta pista tiene 4,05 km de extensión). Que la conducción pilotada llegue al automovilismo, sin embargo, parece difícil por el momento. Los puristas de este deporte sostienen que sería como ver un partido de fútbol de robots.
Audi es la marca que parece más firme en materia de desarrollo de automóviles autónomos, pero no es la única. En el reconocido modelo Tesla S, el fabricante estadounidense de deportivos eléctricos ofrece actualmente la conducción 100% autónoma en rutas y autopistas, ya que mantiene su carril y la distancia con el auto que va adelante. No así en la ciudad, donde el conductor se tiene que hacer cargo de todas las maniobras, excepto de sacarlo de su garaje y estacionarlo.
BMW acaba de presentar, en el marco de su centenario, un prototipo denominado Vision Next 100 que ofrece tres modos de conducción: conductor a cargo del vehículo; conductor a cargo del vehículo, pero con asistencia del sistema en caso de detectar un potencial siniestro; y conductor totalmente liberado del accionar del acelerador, el freno y el volante. Dos años atrás, había presentado un concept autónomo capaz de derrapar por cuenta propia, algo ideológicamente imprescindible para cualquier BMW.
Mercedes-Benz, por su parte, mostró en el último CES de Las Vegas el F015 Luxury in Motion, un concept eléctrico y pilotado que mide cinco metros de largo y promete mantener a los pasajeros conectados con el mundo exterior a través de seis pantallas interiores de alta resolución. “Cualquiera que se centre solamente en la tecnología no ha entendido cómo la conducción autónoma cambiará la sociedad. El vehículo será mucho más que un medio de transporte. Se convertirá en un espacio de vida móvil”, sostuvo el CEO de Mercedes, Dieter Zetsche

Apple-Car-Interior-700x374

Por el momento, Ford no develó ningún producto futurista, pero patentó un sistema de entretenimiento que da algunas pistas: se trata de un proyector que reproduce películas en una pantalla de alrededor de 40 pulgadas sólo cuando el modo de conducción seleccionado es pilotado. Cuando no, el contenido se proyecta en la pantalla táctil de la consola central. “Las solicitudes de patente se destinan a la protección de las nuevas ideas, pero no indican necesariamente nuevos planes de negocio o producto”, aclararon desde la automotriz de Detroit. General Motors, el otro protagonista de esa ciudad, compró tecnología y activos de Cruise Automation, una firma de software que ya estuvo probando autos sin conductor en California. ¿Cuándo presentará su modelo autónomo? “Cuando podamos demostrar que el vehículo está listo”, dijo su presidente, Dan Ammann.
Otras marcas, sin embargo, no se muestran interesadas en esta tecnología. El CEO de Porsche, Oliver Blume, descartó la idea de que la firma que dirige desarrolle un auto autónomo y declaró: “Los usuarios de Porsche quieren conducir sus propios autos. Un iPhone debe estar en el bolsillo, no en la ruta”. Válido, pero polémico.

Los gigantes de la tecnología
Recorrer más de un millón y medio de kilómetros para probar un vehículo antes de lanzarlo a la venta no es algo que suela ocurrir en la industria automotriz mundial, pero si tras esa extensa evaluación el auto sigue fallando, mejor hacer un millón y medio más. Ésa es la filosofía de Google, la empresa de tecnología más avanzada en el desarrollo de los vehículos autónomos, con una flota de 73 unidades de prueba.
Google tenía previsto presentar su primer auto en 2019, pero su lanzamiento se demorará cuatro años más. Esto se debe a que ya se detectaron 272 fallas en el sistema autónomo, que sin la intervención de un conductor hubieran decantado en un siniestro. De hecho, uno de estos coches chocó contra un colectivo en San Francisco.
Apple, en tanto, contrató más de mil empleados procedentes de marcas como BMW, Ford, Tesla y General Motors para desarrollar su vehículo. Del Titán, tal cual se bautizó este proyecto, se sabe poco (de hecho, se duda de que en una primera instancia sea completamente autónomo), pero se estima que saldrá a la venta en 2020 por un precio cercano a los u$s 75.000. Además, el 80% de la producción será subcontratada, aunque el diseño pertenecerá a la firma de la manzana. Según The Wall Street Journal, se dibujará sobre la base del BMW i3.
Luego de haber perdido terreno con los smartphones, Blackberry se propuso expandir su negocio e irá a la carga de Apple con su propio automóvil sin conductor. La canadiense le encargó esta misión a su división QNX, dueña del sistema operativo de las tecnologías de información y entretenimiento que llevan instalados muchos de los autos que se producen en la actualidad. “Estamos desarrollando un sistema completo para vehículos autónomos”, reconoció el vicepresidente de Ventas de Blackberry, Derek Kuhn.

Las tecnologías semiautónomas
Si bien la conducción autónoma aún no se puso en práctica, algunos autos ya ofrecen tecnologías que asisten al conductor en determinadas maniobras. Varias, incluso, se ofrecen hace tiempo en distintos modelos de la Argentina.

Mercedes-Benz-F-015-51
El control de velocidad crucero es un ejemplo. Cuando el conductor alcanza la velocidad deseada, activa este sistema y, de ahí en más, el auto se traslada al mismo ritmo sin necesidad de accionar el acelerador. Eso sí, no se maneja solo: el piloto debe estar a cargo del volante y los frenos.
Sí se acerca más a un modo autónomo el control de velocidad crucero adaptativo, que regula la velocidad según la distancia que separa el auto con el vehículo que lo precede para llevar a cabo un seguimiento prudente. El conductor, nuevamente, tiene que encargarse de la dirección. Otro caso es el del sistema de estacionamiento automático, que detecta el lugar en el que el conductor quiere dejar su auto, se pone al mando del volante e indica cuándo se debe acelerar y cuándo frenar.
Más modernos y exclusivos, dos sistemas importantes son el de frenado automático y el de mantenimiento de carril. Ambos funcionan a partir de sensores ubicados en la carrocería y de una cámara puesta en el parabrisas o detrás del espejo retrovisor central.
En el primer caso, el vehículo analiza constantemente el camino y, ante una posible colisión, avisa al conductor a través de una alerta sonora y visual. Si éste frena, el sistema aplica una fuerza de frenada adicional; si no, acciona automáticamente los frenos para intentar evitar o mitigar el impacto. Puede variar según la marca, pero funciona a velocidades promedio de 80 km/h (algunos casos, 210 km/h). Se calcula que reduce cerca de un 80% de las colisiones.
En el segundo, la cámara detecta las líneas enmarcadas en rutas y autopistas para corregir la dirección si el conductor llegara a desviarse del camino equivocadamente. Cuando sucede, el volante gira en dirección contraria y se recupera la trayectoria correcta.
EL CRONISTA