Los superhéroes de Marvel, por primera vez frente a frente

Los superhéroes de Marvel, por primera vez frente a frente

Por Marcelo Stiletano
Los tiempos cambian, pero la mística perdura. En la época de oro de Hollywood, hace más de medio siglo, Louis B. Mayer se jactaba de que su estudio (la famosa Metro-Goldwyn-Mayer) tenía “más estrellas que en el cielo”. Hoy, ese firmamento está ocupado en buena medida por los superhéroes, y Kevin Feige, productor estrella de Marvel, podría tranquilamente ocupar el lugar del hombre fuerte de MGM y adaptar sin problemas la frase al nuevo contexto.
De hecho, acaba de hacerlo. En el mediodía de un sábado primaveral con amenazas de lluvia, Feige se acomodó en el salón principal de uno de los hoteles de moda de West Hollywood, y frente a la prensa internacional dijo: “Nunca hubo un grupo como éste en la historia del cine. Hemos tenido que separarlo en dos paneles diferentes porque cada uno de sus integrantes merece un título propio”. Hablaba de la avalancha de superhéroes y figuras que aparecen en Capitán América: Civil War, uno de los títulos clave del universo cinematográfico de Marvel, que llegará el jueves a los cines locales, presentada por Buena Vista. Un día antes habrá varias funciones de preestreno en horarios nocturnos.
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Estén o no en el cielo (porque no todos vuelan) estos personajes con armaduras, trajes blindados, disfraces y cualidades especiales tienen su propia grieta. La idea de “guerra civil” nació en el papel y ahora llega al cine. En 2006, las historietas de Marvel registraron el enfrentamiento entre el Capitán América y Iron Man a partir de posturas encontradas entre ambos luego de una acción en la que murieron muchos inocentes. En la película que está por llegar, ese reclamo surge de un escenario de fantasía que remite a la lucha actual contra el terrorismo. Iron Man lidera a un grupo de superhéroes que acepta someterse a los acuerdos de Sokovia, a traves de los cuales se imponen controles oficiales sobre quienes poseen algún poder especial. Del otro lado, el Capitán América cree en la libertad de acción y reacciona contra esos compromisos. Varios de sus pares lo siguen.
Planteadas así las cosas, el choque será inevitable entre quienes un minuto atrás eran aliados. Dos grupos antagónicos perfectamente establecidos (el Team Cap y el Team Iron), que potencian en la tensión de la lucha fratricida los dilemas de conciencia y los conflictos personales de cada uno de sus integrantes. En el medio aparece un villano de verdad (el Barón Zemo, personificado por el actor alemán Daniel Brühl) y regresa un integrante del mundo Marvel de la primera hora, el Hombre Araña, que hasta ahora funcionó en el cine de manera autónoma, en otro estudio (Sony) y con otros rostros (Tobey Maguire, Andrew Garfield).
Ahora se suma a esta suerte de tercera aventura de los Avengers, aunque Feige y los directores de Civil War se resistan a ello, con una nueva cara (Tom Holland) y un lugar que continuará con su primera película en solitario dentro de esta nueva etapa, Spider Man: Homecoming, con estreno previsto para julio de 2017. El nuevo Peter Parker, que tiene apenas 19 años, se integra al Team Iron como protegido del personaje de Robert Downey Jr., que a la vez acaba de confirmar su participación en Homecoming.
Fue precisamente Downey, al frente de su equipo en la conferencia de prensa de la que participó LA NACION, quien celebró esta multiplicación en pantalla del universo Marvel, lo que convierte de hecho a Capitán América: Civil War poco menos que en la tercera película de los Avengers. Sus directores, los hermanos Anthony y Joe Russo (los mismos de Capitán América: el soldado del invierno), insistieron ante este cronista que el personaje de Chris Evans es el real protagonista de la historia. “Toda la película está contada desde su punto de vista. Queríamos llevar al límite a uno de los patriarcas de los Avengers, expuesto a situaciones de alto voltaje emocional”, señaló Joe.
Pero Downey Jr. (Tony Stark o Iron Man, el otro gran patriarca) prefiere celebrar la llegada de nuevos integrantes a esta rara familia que enfrenta su primera gran ruptura. Llegó junto a su grupo, integrado por Don Cheadle (Jim Rhodes/War Machine), Paul Bettany (J. A. R. V. I. S. o The Vision) y una “neutral” como Emily Van Camp (Sharon Carter, eje de atención especial por parte del Capitán América). Faltaron con aviso Holland, Scarlett Johansson (Natasha Romanoff/Black Widow) y Chadwick Boseman, que interpreta a otro recién llegado, Black Panther, que se suma al universo Marvel por razones bien políticas.
“Solamente un sociópata no estaría feliz con esto de hacerle un espacio a otros. A mis 51 años aprendí a lo largo del tiempo, muy lentamente, que si uno consigue ganarse un lugar para sí mismo después lo único que sigue es darle el mismo lugar a los demás. Tom hizo un gran trabajo, Chadwick también y Marvel demostró una vez más que hizo lo correcto. Las vidas de muchos actores quedan marcadas para siempre por este tipo de papeles”, señaló Downey, que además soportó con paciencia y filosas respuestas las “preguntas” que le hicieron algunos blogueros y fans de Marvel empeñados en pasarse de vivos para llamar la atención.
Después del unipersonal de Downey llegó el turno del más amplio y compacto Team Cap, liderado por Evans (Steve Rogers/Capítán América). Junto a él se instalaron en el amplio salón Paul Rudd (Scott Lang/Ant Man), Sebastian Stan (Bucky Barnes/Winter Soldier), Elizabeth Olsen (Wanda Maximoff/Scarlett Witch), Jeremy Renner (Clint Barton/Hawkeye) y Anthony Mackie (Sam Wilson/The Falcon). Evans levantó la bandera de Marvel e instó a sus responsables a seguir haciendo películas y “dejar que la ola se haga más y más grande”.
Celebrado por los fans que los escuchaban mezclados entre los hombres de prensa, Evans dijo que las películas de Marvel “pueden ser etiquetadas como películas de superhéroes, pero por sobre todo son muy buenas películas”. Feige, que se sentó al lado de Evans y escuchó de cerca su arenga, reveló lo que parece el secreto del éxito de Marvel: “Cada película es distinta a la anterior. Y podría decir que lo mejor es que cada personaje no sabe que es lo que se supone que pasará con él. Esta película es un ejemplo: está al servicio de lo que le pasa a cada uno de los personajes, con un equilibrio que les permite a todos ellos un momento en el que se permiten provocar una sonrisa, un llanto, un grito de festejo”. Estaban todos allí, menos Hulk y Thor. Ya llegará también el tiempo de esos dos regresos, para que Marvel también diga que tiene más estrellas que en el cielo.
LA NACION