Al rescate de la normalidad

Al rescate de la normalidad

Por Ana María Vara
La investigación de las enfermedades ha avanzado tanto que es cada vez más difícil encontrar a alguien que esté completamente sano”, provoca Aldous Huxley desde un epígrafe de ¿Somos todos enfermos mentales? Manifiesto contra los abusos de la psiquiatría. Ya no estamos tristes sino deprimidos. Llamamos “psicópatas” a quienes nos maltratan. Y tenemos en nuestro botiquín medicamentos psiquiátricos recetados, muchas veces, por un clínico. Que no podemos dormir bien. Que mi novia me dejó. Que falleció mi mamá. Las razones pueden ser triviales o profundas, pero no son diferentes de las que provocaron tristeza o desesperación a los seres humanos a lo largo de toda la historia. Ya los que sobrevivieron… o no estaríamos aquí.
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Es una cuestión de “inflación”, pero no tiene que ver con los índices ni con las góndolas. Se trata de una “inflación diagnóstica”, como la califica Alien Francés, el psiquiatra norteamericano que hace su “mea culpa” en ¿Somos todos enfermos mentales? Es un libro extraordinario. La denuncia llega desde el corazón del sistema, de un auténtico insider que no revela secretos: simplemente, señala lo que está a la vista de todos.
Dicen los números: uno de cada cinco adultos en Estados Unidos consume por lo menos un medicamento psiquiátrico, el 4 por ciento de los niños toma algún estimulante, y el 4 por ciento de los adolescentes, algún antidepresivo. La Argentina no es ajena a la tendencia: la venta de clonazepam se duplicó en los últimos diez años, y la de psicofármacos en general aumentó un 75 por ciento, según datos de la Confederación Farmacéutica Argentina y el Colegio de Farmacéuticos de la provincia de Buenos Aires. Pero también se puede recurrir a la estadística casera, y preguntar a familiares y amigos: quien más, quien menos, toma o tiene cerca a alguien que consume alguna pildorita mágica.
“Los medicamentos psiquiátricos son ahora los productos estrella de las empresas farmacéuticas a la hora de generar ingresos”, señala Francés. Nuevamente con cifras de Estados Unidos, la venta de antipsicóticos generó 18.000 millones de dólares en 2011.
LA NACION