06 Apr Los celulares podrán reconocer lo que sienten sus dueños
Por Marcelo Bellucci
En su corta existencia, las redes sociales se encargaron de allanar la frontera que separa el ámbito público del privado. No conformes con saber cuáles son los gustos y preferencias del público, ahora quieren registrar qué sentimientos esconden. Para este avance recurrirán a las aplicaciones que miden las emociones a través del reconocimiento facial. Ya que a diferencia de la palabra escrita, las sensaciones de disgusto o bienestar, son más difíciles de disimular.
Como en el filme Ex Machina, mediante el lente de una cámara el software es capaz de reconocer las emociones que dominan a la persona
Las grandes firmas tecnológicas como Apple, Google, Facebook, Microsoft e Intel ya están desarrollando tecnologías capaces de interpretar los rasgos fisonómicos a través de la cámara del celular. Lo aplicarán para facilitar la identificación de las personas y conocer su estado de ánimo. En algunos casos, como ocurre en Windows 10, sirve para iniciar sesión con solo mirar a la cámara Real Sense 3D de Intel. Otro foco posible es con fines terapéuticos, para percibir el humor y en base a esto, realizar recomendaciones. Pero sobre todo, para descubrir las razones que realmente mueven la conducta de los consumidores.
Los científicos han comprobado que las emociones son la parte desencadenante de la acción en el proceso de toma de decisiones, por lo que conocer lo que siente un cliente se convierte en una información muy preciada para las empresas.
Con la mirada puesta en un futuro que está muy próximo, Apple acaba de adquirir Emotient, una herramienta capaz de desmontar las expresiones del semblante y diferenciar las emociones que lo componen. Hasta el momento se la utilizó para estudiar la reacción de los espectadores ante anuncios publicitarios y se probó en algunos hospitales para ayudar a los pacientes con dolor que no pueden manifestarse con naturalidad. La idea detrás de esta adquisición es vestir a Siri, el asistente del iPhone, con novedosas utilidades que otros imitarán.
En la misma dirección avanza Microsoft con varios proyectos. Uno de los más destacados es Proyecto Oxford (www.projectoxford.ai) cuya beta puede ser probada desde fines de 2015. Se trata de un conjunto de algoritmos basados en la nube –aclaran que se adapta a cualquier plataforma móvil– para identificar las expresiones faciales en fotos y reconocer el nivel de enfado, desprecio, asco, miedo, felicidad, neutral, tristeza y sorpresa, en cada imagen.
Esperando el llamado de algún interesado está Bismart Face and Emotion Recognition, una app capaz de identificar y advertir, en tiempo real, el estado emocional. El sistema escanea la faz de la persona y dependiendo de la edad y su fisonomía, da como resultado un conjunto de ocho estados. Lo curioso es que, de acuerdo a los resultados obtenidos, realiza diferentes recomendaciones como “relájate, estás muy estresado, te conviene descansar un rato” o “estás de mal humor, intenta sonreír un poco”.
Desde hace algunos años este método que traduce las emociones de la cara en información comercial, es buscado por muchas empresas. Uno de los más exitosos proveedores de este servicio se llama Affectiva, que se vale de un algoritmo para medir y analizar la reacción de las personas que miran un video en su celular. A nivel global, asegura haber analizado más de 2,8 millones de caras en 75 países. Con todo, se desprende que gracias a estas tecnologías, la industria publicitaria será capaz de ajustar individualmente los mensajes de sus potenciales clientes y saber con gran precisión qué es lo que necesitan, incluso mucho antes de que se materialice el propio deseo. Si a esto se le suma la geolocalización, sólo resta sentarse a esperar. De momento, la preocupación de Facebook y Google pasa por localizar cualquier rostro solo con ver una imagen aislada. Sus sistemas de identificación robotizada han logrado superar la precisión del ojo humano, cuya efectividad de reconocimiento ronda el 98%. El nivel de minuciosidad es tal que son capaces de registrar el rostro aunque mire para otro lado.
CLARIN