No es cierto que internet sea culpable de la mala ortografía

No es cierto que internet sea culpable de la mala ortografía

En el último tiempo se ha señalado a las nuevas tecnologías como responsables de las deficiencias en el aprendizaje de las nuevas generaciones. Uno de los temas que más ha estado sobre la mesa es si internet atenta o no contra la ortografía de sus usuarios.
La interrogante parece haber surgido desde que las redes sociales tomaron relevancia en la vida de las personas y, en consecuencia, desde que estas plataformas se transformaron en sitios en los que los usuarios se expresan como desean. Oraciones como “como andas?” o “dnd estas, q me tengo q ir” muestran cómo la ausencia de reglas de escritura le dan mayor flexibilidad al individuo cuando escribe en internet; ¿pero a qué precio?
Algunos expertos sostienen que la libertad a la hora de escribir en la red atenta contra una buena escritura. Sin embargo, no existe ningún tipo de prueba al respecto.
“Internet impacta de muchas maneras en la ortografía de las personas: crea registros verbales nuevos, como el código simplificado de mensajes por WhatsApp o SMS, chats y foros en línea; esa manera de escribir sin tildes, signos de puntuación, con consonantes o vocales prescindibles, con emoticones”, expresó a Cromo el español Daniel Cassany, docente e investigador en escritura, lengua y educación. Pero añadió: “Esto se valora -sin fundamento- como algo negativo, al pensar que es nocivo para las personas o incluso para la comunidad, que se destruye el lenguaje y paranoias de este tipo”.

¿Errores gramaticales?
Leer en Facebook o Twitter un sinfín de comentarios con faltas, olvidos de tildes, ausencias de signos de exclamación e interrogación o palabras abreviadas obliga a reflexionar sobre las nuevas formas utilizadas para escribir en internet. Algunas frases contienen errores ortográficos y otras forman parte de un “lenguaje oral adaptado”, utilizado inconscientemente por los propios usuarios.
Ariel Torres, lingüista y editor del suplemento de tecnología del diario argentino La Nación, aportó su opinión: “Las faltas de ortografía son responsabilidad de la educación, es decir, de los padres y el Estado. Internet no tiene nada que ver. De hecho, internet ofrece maravillas como Wikipedia, Wordreference.com, Dictionary.com y el Diccionario de la Real Academia Española, todo gratis. Es decir, es al revés de lo que se sostiene: internet contribuye a la formación”, dijo a Cromo.
Y agregó: “Si escribir con faltas de ortografía es lo mismo que escribir bien, entonces no hay herramientas que valgan. Es triste, pero es así, y culpar a internet y las nuevas tecnologías solo es una forma de mirar al costado y eludir nuestra responsabilidad como adultos”.
Incluso se ha puesto en tela de juicio el papel que cumplen los correctores ortográficos automáticos que funcionan en la mayoría de las plataformas: si son perjudiciales o no a la hora de aprender la correcta forma de escribir una palabra. Sin embargo, pensar así es caer nuevamente en lo anterior.
Estas nuevas herramientas, pensadas para ayudar al usuario, no son más que una manera de advertirle al individuo que está cometiendo un error y mostrarle rápidamente la palabra adecuada que debe usar. A juicio del lingüista, no hay nada de “virtuoso” en no tener faltas de ortografía y las personas que las tienen van a utilizar las “instrumentos” tecnológicos de escritura que ofrece internet.

Woman with laptop.

Desuso de normas básicas
Los tildes, las reglas de puntuación, las comas y demás no son utilizados por un gran porcentaje de los usuarios que se mueve por las redes sociales. Esto no quiere decir que esa población tenga un nivel educativo bajo, sino que el desuso de determinadas normas se ha vuelto algo común.
Torres explicó que esto se debe al tipo de escritura que se maneja en la web. “Casi no usamos mayúsculas ni comas ni tildes en el chat, WhatsApp, Twitter y demás. Está bien que así sea. Porque todas esas marcas no hacen falta para que la escritura funcione en tales plataformas, que no son texto tradicional; son híbridos de escritura y conversación. Si alguien escribe muy formalmente en el chat, cometería un error o lo estaría haciendo adrede para significar algo. La escritura está haciendo en el chat lo que debe hacer. Es decir, ser instrumental a la comunicación”.
¿Qué se puede concluir? No se está frente a un desuso de las reglas de ortografía, sino que se siguen reglas diferentes. “En el chat te entienden incluso si no ponés todas esas marcas y de esa forma ganás tiempo, porque esa es la naturaeza del medio: rapidez”, afirmó el lingüista. Por algo es mensajería instantánea.
Por lo tanto, en estas plataformas parece que es correcto (o tolerable) eliminar estas normas de ortografía, dado que la rapidez y el ahorro de espacio son esenciales, pero debe quedar claro que el uso de este lenguaje “oral-cibernético” no contempla de ninguna forma faltas de ortografía como poner “hacer sin h” o fallas similares. Las personas que cometen faltas como estas pueden equivocarse por errores de tipeo o carencia de educación.
“El chat es conversación, pero por escrito. Por lo tanto, la escritura se adaptó a esa novedad”, explicó Torres.
A propósito, Cassany añadió: “Cuando hablamos apasionadamente en una conversación privada y personal con nuestros amigos, lo hacemos de modo coloquial, sin pronunciar bien muchas palabras, de manera rápida e incorrecta. Lo hacemos así porque no tenemos que mostrarnos correctos ni educados ni formales, porque lo importante es ser espontáneos y sinceros, porque el interlocutor nos entiende perfectamente así y es menos costoso para nosotros. Solo hablamos o escribimos de modo correcto cuando eso permite comunicarnos mejor (con mucha gente) o cuando nuestra imagen personal depende de ello”.

Oralidad en la escritura
Se puede decir entonces que no es un nuevo lenguaje lo que internet ha creado sino que la tradicional oralidad se adaptó a la nueva realidad de las redes sociales y plataformas. Esto provocó la “paranoia” de culpar a internet de cómo las personas se comunican entre ellas por esos medios.
Como señaló Cassany a Cromo, existen varios estudios internacionales que afirman que este tipo de escritura utilizada en internet no tiene consecuencias negativas para las personas. Sin embargo, para la docente del Taller de Escritura en la Universidad Católica del Uruguay, Inés Nogueiras, se debe tener precaución de no trasladar los “vicios” de esta escritura informal, utilizada en las redes sociales, a otros ambientes más serios, pues se puede ver perjudicada la imagen o reputación de la persona.
No hay que olvidar que Facebook, WhatsApp, Twitter o Instagram ocupan un lugar importante en la vida de las personas. Publicar fotos, videos o simples comentarios en esas redes es una acción que se ha vuelto cotidiana. Por eso, el lenguaje coloquial manejado allí puede terminar confundiendo si es que se trasladan las características de la oralidad informal al ámbito formal.
El principal bastión para que esto no suceda es la base educativa que posee la persona; solo así será posible separar estas normas de las que se precisan para ciertas situaciones fuera del mundo digital.
“Hay que hacer énfasis en un correcto aprendizaje desde los primeros años de vida, para que las personas dominen con eficacia la escritura y puedan comunicarse exitosamente en distintos registros”, apuntó Nogueiras.
EL CRONISTA