15 Aug Elecciones en Argentina 2011 y el fin de los ´90
Por Gisel Picca
Es la Argentina, es lunes, y ayer ha habido elecciones primarias nacionales por primera vez en la historia del país. El acierto de la reforma política que llevó a esta jornada electoral parece haberse confirmado con la gran concurrencia de la ciudadanía a las urnas. Aquella reforma para cuya comprensión cabal del votante se puso poco esfuerzo, finalmente resultó en un éxito.
A 10 años de la dramática crisis del 2001 en nuestro país, me agrada pensar que esta Nación ha cambiado al mismo tiempo que ha cambiado el mundo. Que la sucesión de los gobiernos de Néstor Kirchner primero, Cristina Fernández después y la aparentemente incuestionable reelección de la actual Presidenta de los argentinos, determinan una década que abandonó, en principio, al neoliberalismo como religión universal y, más acá, reafirma la consolidación de las democracias en América Latina.
Debo decir que este mundo en cambio, sacudido por fuertes crisis financieras mundiales y por la desilusión del sistema liberal como solución racional a las necesidades de un mundo globalizado, es un mundo en el que me siento más a gusto. La recuperación internacional de lo social y del papel del Estado, la creciente participación y politización de la juventud en Argentina, los “Indignados” de España, las revueltas en Londres, las protestas de los jóvenes en Chile nos devuelven a tierra y a una constatación ineludible: hemos dejado atrás la época en la que la inequidad económica y social era solo un tema de los pobres.
Una cuestión de piel
Aún así, creo que parte del desprecio que sienten ciertos sectores de la sociedad por Cristina Fernández en Argentina tiene que ver con que, en estos estratos, que “los pobres fueran menos pobres” históricamente careció de interés. Las encuestas actuales sobre preocupaciones de la ciudadanía lo confirman. El individualismo que se patentizó en los 90 sigue siendo hoy un “modo de votar”, y los humildes recobran entidad en este “modo” cuando dañan la propiedad privada o cometen delitos peores de los que somos víctimas, cuando cortan las calles, cuando revuelven la basura y cuando levantan sus feas casas junto a la autopista. A excepción de esos casos, para buena parte de nuestra ciudadanía aún hoy la pobreza sigue teniendo escasa visibilidad, o “no existe”.
Hoy muchos de estos electores, en general, se quejan fundamentalmente de la corrupción del establishment, de la soberbia discursiva, de la inseguridad y de que las políticas de estos años han otorgado demasiados planes sociales que han desalentado el trabajo genuino. Se suma a ello la defensa de intereses corporativos específicos, que suele pesar y distribuye aleatoriamente hacia donde cada sector entrevea un escenario de mayor previsibilidad.
Reelección
Cristina Fernández, sin embargo, aparentemente será reelecta en la Argentina en el próximo mes de octubre con un gobierno que desarrolla una política de redistribución del ingreso, lo que significa básicamente que los pobres son hoy menos pobres, y la clase media ha sido promovida. Los ricos… bueno, tampoco han dejado de serlo. Este gobierno peronista encuentra básico reincorporar a la clase trabajadora a la vida política y social (y en ese sentido es bien peronista, aunque la historia económica haya cambiado el significado de la palabra “trabajador”). Lo hizo a través de la asignación universal por hijo, a través de revertir los preocupantes índices de desocupación, de estatizar las jubilaciones y dignificar a los jubilados, de conseguir un mayor acceso a la escolaridad de los chicos pobres, de ampliar la salud y lograr la inmunización universal con el acceso a vacunas a las que antes sólo accedían quienes podían pagarlas, lo quiso hacer cuando pretendió elevar las retenciones al campo para construir hospitales.
Me agrada este país que viene, me agradan las generaciones que vienen. Me agradan aquellos a quienes les interesa, pero de verdad, que muchos más, tengan mucho más. Tengo ganas de escribir en los escritorios de las computadoras de mi gente, con letras grandes: “¿Qué estás dispuesto a hacer por los pobres de tu país?”. Me interesa la respuesta, espero lean este texto.