09 Mar George Martin, el quinto Beatle que fue el primer superproductor
Por Sebastián Espósito
Guió a Los Beatles, amplió el espectro del rock y de la música pop y redefinió el rol del productor, a quien puso en el mismo pedestal que al del compositor. George Martin tenía 90 años, pero desde hoy empezó a vivir una nueva vida (las causas de su muerte aún no fueron informadas). Fue el “quinto Beatle”, título tan nobiliario que el de Sir con el que lo condecoró la reina de Inglaterra. Ringo Starr, quien mucho le debe su lugar en la banda a Martin, fue el encargado de dar la noticia en Twitter: “Que Dios bendiga a George Martin, paz y amor para Judy y su familia. “Vamos a extrañar a George”, escribió Ringo y firmó el mensaje con Barbara, su mujer. Luego fue el turno de Paul McCartney, quien escribió unas sentidas palabras. Amigos hasta el último día, así debían despedir los Fab Four al hombre que no sólo le puso magia a sus discos, sino también el que les enseñó a transitar por un estudio de grabación (el mítico Abbey Road, pero no el único) y a hacer de él una herramienta, un instrumento más con el que podían contar John, Paul, George y Ringo.
“Tengo maravillosos recuerdos de este gran hombre que siempre estarán conmigo -escribió McCartney-. Fue un auténtico caballero y como un segundo padre para mí. Guió la carrera de The Beatles con tal destreza y buen humor que se convirtió en un auténtico amigo para mí y mi familia. Si alguien mereció el título de Quinto Beatle fue él”, sentenció. Luego le dedicaría un párrafo a su innovador aporte para “Yesterday”, la canción más divulgada de la historia. “Es difícil elegir mis recuerdos favoritos de mi tiempo con George -agregó Paul-. Hay muchos, pero uno que me viene siempre a la mente es cuando llevé «Yesterday» a unas sesión de grabación y los muchachos de la banda sugirieron que la cantara solo acompañado de una guitarra. George Martin me dijo: «Paul, tengo la idea de poner un cuarteto de cuerdas en la canción». Le respondí: «Oh, no, George, somos una banda de rock and roll y no creo que sea una buena idea». Cuando grabamos el cuarteto de cuerdas en los estudios Abbey Road fue tan emocionante comprobar que su idea era la correcta que se lo conté a todo el mundo durante semanas”.
Oriundo del norte de Londres, George Martin vino al mundo en 1926, en el barrio de Holloway. Hijo de un carpintero, Martin estudió en la escuela de música de Guildhall al tiempo que por las noches se dedicaba a tocar el oboe en los “nightclubs”. Más tarde se desempeñaría en la BBC y, en 1955, dejaría la radio pública por la dirección del prestigioso sello Parlophone.
De formación musical clásica y de origen social humilde, el hombre que se convertiría en el productor de ese cuarteto formado en Liverpool y pulido en Hamburgo también tuvo un paso por la marina británica antes de consagrarse definitivamente a la música.
Martin logró que su conocimiento y su amor por la música clásica se colaran en las canciones de Los Beatles y abonó al concepto que marcaría a fuego el repertorio del cuarteto: tratar cada canción, cada pieza, como una obra en si misma, como un universo propio a distancia de los otros temas que integran un mismo repertorio, un mismo disco.
“Sin mis instrumentos y mis arreglos, la mayoría de los discos no hubieran sonado como lo hicieron. Que hubieran sido mejores, no lo sé. Quizás. No es modestia de mi parte, intento trazar una imagen basada en los hechos de la relación con los Beatles”, dijo Martin en una ocasión, quizás como respuesta a los comentarios de Lennon post-Beatles, quien en varias oportunidades le restó importancia al rol del productor.
Los Beatles comenzaron a trabajar con George Martin en junio de 1962, cuando éste selló sus manos con Brian Espstein, mánager y descubridor de la banda, y con los cuatro muchachos de Liverpool. Parlophone le abrió las puertas al grupo luego que los sellos más grandes lo rechazaran.
Antes de los Fab Four, Martin produjo a orquestas sinfónicas, discos de jazz, corales y comedias musicales. Con la llegada de los años 60, produciría a Los Beatles, los llevaría a lo más alto de los rankings y aportaría su grano de arena para que el cuarteto cambiara al mundo para siempre. La década le daría una perspectiva de vida nueva a los jóvenes: la posibilidad de dirigir sus destinos.
La Invasión musical británica, que desembarcaría en Europa toda, en los Estados Unidos y en América latina y que, como reguero de pólvora influyera y motivara a una generación en todo el mundo a dedicarse a la música, llevó el sello de George Martin no sólo en los discos del cuarteto de Liverpool sino también en los de Billy J. Kramer and the Dakotas, Cilla Black y Gerry and the Pacemakers.
Una vez que los ecos de esos años reveladores se silenciaran produciría luego obras de Ella Fitzgerald, Jeff Beck, Bee Gees, Cheap Trick, Mahavishnu Orchestra. En la isla caribeña de Montserrat fundó los Air Studios y tuvo que cerrarlos en 1989 por los daños sufridos a raíz del huracán Hugo.
Bob Dylan, Sting y Elton John también se encuentran en la lista de músicos que compartieron un estudio de grabación con Martin. Tuvo dos esposas, cuatro hijos y esos otros cuatro, que no ayudó a parir pero sí a crecer y a que dejaran su aporte en la historia.
LA NACION