06 Feb Samuel L. Jackson, el actor fetiche de Quentin Tarantino
Por Silvia Maestrutti
En una entrevista cara a cara con Samuel L. Jackson (67) puede pasar que se te ría en la cara. Y no está mal si la pregunta admite una respuesta irónica. Por ejemplo, si queremos saber si tiene algo en común su personaje en la película Los 8 más odiados, el mayor Marquis Warren, con respecto a los otros cuatro roles que interpretó antes para Quentin Tarantino.
“Sí, que todos son negros”, dice riéndose descaradamente mientras desayuna en el balcón de la habitación del Hotel Four Seasons de Los Angeles, donde promociona el filme que se estrena hoy.
“Ese es el único hilo en común -retoma-. Más allá de eso, todos tienen diferentes niveles de inteligencia, de intelecto y de moral. El mayor Warren es un personaje interesante, porque es un ex esclavo que consiguió liberarse uniéndose al ejército. Y no se sabe bien si sus motivos para enlistarse tienen que ver con su lucha por la justicia, si lo está haciendo para salir de la esclavitud o si es su puro deseo matar gente blanca, ya sea de su lado o del otro”.
En la película de tres horas, un western con música de Ennio Morricone que transcurre en Wyoming en 1870, a poco de terminada la guerra civil, ocho personas se ven forzadas a convivir en una cabaña debido a las inclemencias de una tormenta de nieve. A su personaje lo han echado del ejército y ahora es un cazador de recompensas. Pero su cabeza también tiene un precio. “Es un sobreviviente. No estamos seguros de quién es quién. Pero Marquis es más inteligente que todos los demás en la película”.
¿Y cuál de todos los personajes que has interpretado hasta hoy te parece el más cool?
Nick Fury, de Los Vengadores. También Jules Winnfield (Tiempos violentos) y por supuesto Mace Windu (Star Wars). George Lucas me hizo Jedi en la precuela y me dejó elegir entre 8 sables.
¿Qué te atrapó de “Los 8 más odiados”?
Que es una película muy claustrofóbica. Igual, si Quentin me llama yo lo sigo, siempre. Pero esta en especial tiene algo de obra teatral. Es un gran pequeño ensamble con todos nosotros en esa habitación diciendo quiénes somos, por qué estamos ahí. El otro elemento de la película es el clima. Estamos atrapados ahí por una tormenta de nieve, dos cazadores de recompensa, un delincuente, un sheriff, un verdugo … Está nevando afuera, así que no podemos irnos hasta que la tormenta termine. En el medio de todo esto estamos tratando de darnos cuenta de quién está de cada lado. Es muy intrigante.
¿Es cierto que la firmaron reproduciendo ese clima gélido?
Aunque estuvimos cinco semanas en Telluride (Colorado) esperando que nevara para poder hacer las escenas de exteriores, la mayor parte se rodó en un set en Red Studio, en Hollywood, que antes era de Lucille Ball. Quentin refrigeró el estudio a un grado bajo cero, quería que se viera nuestro aliento cuando hablábamos. Así estuvimos semanas.
Mencionaste la palabra claustrofobia. ¿La pasaron bien?
Todos (Kurt Russell, Tim Roth, Michael Madsen …) nos conocíamos de antes, pero la intimidad de las conversaciones, la alegría que teníamos de estar haciendo eso, y la intensidad del momento, creó un lazo muy fuerte entre nosotros. De hecho compartimos una cadena de emails para estar conectados. Conversamos entre nosotros todos los días.
Te creó cinco personajes y se dice que sos su musa. ¿Cómo definirías tu relación con Tarantino?
Es muy fraternal. Yo entiendo como escribe, entiendo la alegría que le da hacer su trabajo, porque tengo esa misma alegría cuando hago el mío. Entiendo su amor por las películas, porque yo amo las películas. Los dos somos hijos únicos y pasamos un montón de tiempo entreteniéndonos a nosotros mismos, mirando un montón de películas. Yo entiendo quiénes son sus personajes cuando los escribe. Y entiendo por qué sus personajes hacen las cosas que hacen. Hay una gran cantidad de amor entre nosotros y lo que hacemos y cómo lo hacemos.
Te llamó por primera vez para “Tiempo violentos”, pero un año antes (1992) no habías pasado el casting de “Perros de la calle”. ¿Qué sucedió?
Mi audición fue buena, ellos eran muy malos. Yo me preparé y entré a la sala y había dos personas a las que no conocía (Tarantino y un productor) que eran horribles leyendo sus líneas. Yo esperaba actores. Fue muy decepcionante. Cuando se estrenó la película, me acerqué a felicitarlo y me dijo que tenía un papel para mí en la próxima, que terminó siendo Jules de Tiempos violentos. Nunca le pregunté sobre lo que pasó en ese casting.
¿Cómo es tu relación con las redes sociales? ¿Muchos te odian?
Es buena. Tengo Twitter, Facebook e Instagram. Pero siempre va a haber alguna gente que te odie porque sos exitoso. Te odian porque estás haciendo algo que ellos no pueden hacer o porque otra gente te admira. Hubo una época en que podían pensar cosas feas, pero no tenían la forma de hacértelas llegar. Y ahora todos tienen la oportunidad de desahogarse y ponerlo online. Lo podés leer o no leer. Yo lo leo.
¿Y cual es tu reacción ante los comentarios negativos?
A veces hiere mis sentimientos y me río. Y otra veces no vale mi tiempo. Si es algo que realmente me molesta mucho puedo retuitearlo y que muchos de mis 5 millones de seguidores vayan detrás suyo. Pero esa es la peor cosa para hacer. Porque acá tenés a un tipo que solamente tres personas reconocen como que está en el planeta y de pronto tiene 3 millones de personas destilando veneno contra él. Y eso es todo lo que esa persona quería que ocurriera, mientras pasa el día en el subsuelo de su casa, en ropa interior, chupándose el dedo.
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Su relación con Quentin Tarantino
La colaboración de Samuel L. Jackson con Quentin Tarantino comenzó en Tiempos violentos (94), con el rol del gánster Jules Winnfield, que le valió al actor una nominación al Oscar. A ese matón le gustaba leerle una cita de la Biblia (Ezequiel 25:17) a sus víctimas antes de matarlos.
Luego volvió a acompañar al director en Jackie Brown (97), compuso a Rufus en La venganza de Kill Bill Vol. 2 (2004) . Después de trabajar juntos de nuevo en Dyango sin cadenas (2012), volvieron a reencontrarse en Los 8 más odiados (2015) , donde Jackson compone al mayor Marquis Warren. A estas cinco participaciones activas, debe agregársele el relato en off en otro filme del director, Bastardos sin gloria (2009).
En todos estos años de sociedad artística le ha tocado defenderlo. Primero del ataque de Spike Lee (que dice que Quentin abusa en sus películas de ciertas palabras denigrantes para los afroamericanos) y ahora de la policía estadounidense, que se enojó con Tarantino, porque participó en un rally contra el gatillo fácil.
“Siempre me pongo al lado del artista. Nadie tiene el derecho de censurar a nadie, especialmente a otro artista. Acabo de hacer una película con Spike (Chi-Raq), donde usamos la misma palabra y es lo que es. No creo que puedas limitar racialmente el vocabulario literario de alguien sólo porque no te gusta. Quentin no trabaja para shockear a la gente. Lo hace porque es una forma honesta de mostrar cómo habla la gente. Siempre he tenido esta gran relación con Spike y con Quentin. Y he tratado de que uno vea el punto de vista del otro”, aclara el actor.
La marcha anti represión policial a la que asistió Tarantino y su consiguiente pedido de la policía a boicotear su película Los 8 más odiados ocurrió después de realizada esta entrevista. Pero semanas atrás, Jackson subió un video a su página de Facebook donde le pide a las celebridades que se tiraron agua en la cabeza en una campaña para concientizar sobre ELA, que ahora vayan a las manifestaciones contra la represión policial. Como lo hace su amigo Tarantino.
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Un amante de los viajes
En 2012, cuando promocionaba su participación como el jefe de Los Vengadores, Nick Fury, Samuel L. Jackson nos decía que quería conocer la Argentina. Aunque aún no ha podido hacerlo, cuenta que lo tiene en su lista de lugares para conocer antes de morir. “Me gusta viajar tanto por trabajo como por placer. Ahora estoy por empezar a filmar una película hasta marzo y luego tengo otra hasta junio, y así (está preparando 6 nuevas películas) Me gusta mantenerme ocupado. Los escritores se levantan y escriben, los pintores se levantan y pintan, y yo me levanto y me voy a actuar. Así que no será hasta la próxima primavera , eso seguro”.
Cuando hizo esta entrevista con Clarín promocionando su trabajo en Los 8 más odiados, de su director fetiche, Quentin Tarantino, acababa de regresar de un viaje de placer por el Mediterráneo, con su esposa, en el yate de su amigo y vecino, el basquetbolista símbolo de Los Angeles Lakers, Magic Johnson.
CLARÍN