Jubilan al Explorer, el navegador que abrió la ventana al mundo virtual

Jubilan al Explorer, el navegador que abrió la ventana al mundo virtual

Por Adriana Santagati
Hubo un tiempo en el que nuestro mundo era el que nos rodeaba. Las calles que caminábamos, los amigos con los que hablábamos, la música que llevábamos encima en el discman, las películas que veíamos en el cine. Hoy, si la mayoría de nosotros tuviera que definir “su mundo”, diría que incluye otras muchas cosas. En algunos casos, lejanas e incorpóreas. Como esos amigos de Facebook que nunca conocimos ni conoceremos.
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Ese proceso de transformación tecnológica que en menos de dos décadas cambió la forma de ser y de relacionarse de millones de personas comenzó con un pequeño globo terráqueo. El Explorer fue la primera ventana por la que miramos el mundo virtual. Esta semana, Microsoft –empresa que creó el navegador y fue sinónimo absoluto de Internet por años– dio un paso clave hacia su extinción.
Desde el martes 12 de enero, dejó de brindar actualizaciones de seguridad a los usuarios de las versiones 8, 9 y 10. Sí seguirá haciéndolo para quienes utilicen la 11, la última. En la práctica, esta decisión es una especie de jubilación para el Explorer, considerando que estas versiones todavía las usan unos 340 millones de usuarios en todo el mundo, según datos de Computerworld.
Las viejas versiones seguirán funcionando, pero con riesgos para sus usuarios. El propio Microsoft asegura en su sitio web que las actualizaciones de un equipo y su programa deben hacerse “lo más a menudo posible” porque “constituyen el mejor método para evitar o resolver problemas conocidos y pueden mejorar la seguridad”.
El objetivo de Microsoft al “arrinconar” al Explorer es potenciar el browser que lo reemplaza y con el que intenta volver a ganar protagonismo en el mercado. Explorer se lanzó en agosto de 1995 –menos de un año después que el extinto Netscape– y desde entonces tuvo 11 actualizaciones. La última versión de Windows –la 10, de julio de este año– ya trajo integrado el nuevo navegador Edge. Fue el principio del fin formal para el Explorer.
Explorer llegó a ser responsable del 95% de las búsquedas en Internet. Eran épocas en que los enormes bodoques de las computadoras hogareñas ocupaban un lugar de privilegio en la casa. La velocidad de la navegación en Internet nos parecería hoy una tortura china. Pero esperábamos sin drama mientras giraba el globo terráqueo azul, que luego mutó a la actual letra e del mismo color. Al final, del otro lado nos devolvían la respuesta a un correo en el Hotmail o el resultado de una búsqueda en Metacrawler.
Explorer fue la guía que nos introdujo a los nativos analógicos en el mundo digital. Superó escándalos relacionados con la seguridad, pero fue víctima de la lógica del mercado y de la propia dinámica de un usuario que pide más y más rápido. El navegador Chrome de Google hizo lo que su antecesor Firefox no pudo: lo destronó (ver El mercado…). La expansión del Safari de Apple lo siguió golpeando.
Sin embargo, Explorer es una marca, y por eso Microsoft no quiere prescindir del todo de lo que connota. El logo del Edge, por ejemplo, reversiona el suyo. La empresa dice que no es sólo un maquillaje estético, sino que el Edge mejora notoriamente sus prestaciones. Quizás en unos años logre enterrar al Explorer. Pero para toda una generación, la e azul seguirá recordándonos otra cosa: nuestros primeros palotes en la Web.

El mercado actual de los navegadores

Explorer. Microsoft lo lanzó en agosto de 1995. Tuvo 11 actualizaciones. Hoy está tercero, con una participación del 12,5%, según la consultora W3 Counter.

Chrome. Google lo presentó en 2008 y se convirtió en el líder indiscutido del mercado. El gigante tecnológico lidera el mercado de los navegadores, con un 44,4% de los usuarios.

Safari. La expansión de Apple en los dispositivos móviles está disparando el uso de su browser. A fines del año pasado Safari estaba segundo, con el 19,1%.

Firefox. Apareció en 2002 destinado a destronar al Explorer, pero no lo consiguió. Está cuarto, con el 10,8% del mercado. En quinto lugar, lejos, se ubica el Opera (3,1%).
CLARÍN