De la Argentina al mundo

De la Argentina al mundo

Por Agustín Lafforgue
En los primeros años de la década del 30 llegó a la Argentina Salomon Rudman, un inmigrante ruso que se radicó en la ciudad de Buenos Aires para dedicarse a la industria textil. En ese camino abrió su negocio, al que llamó Suixtil.
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Rápidamente la casa comienza a ganar espacio en nuestro país y, casi sin quererlo, su participación en el automovilismo deportivo fue tan importante que trascendió las fronteras. La punta de lanza fue su vínculo con Juan Manuel Fangio.
Rudman y el balcarceño se conocieron y entablaron una relación que con el tiempo se transformó en amistad. Al punto que Rudman colaboró con la compra del Chevrolet con el que el Chueco comenzó a escribir su historia en el Turismo Carretera, la categoría más popular en nuestro país. Lógicamente, la publicidad de Suixtil empezó a ser habitual en los coches de Fangio.
Terminada la Segunda Guerra Mundial, el automovilismo como el resto de las actividades detenidas por el conflicto bélico comenzó a resurgir. Así, en 1948, el Automóvil Club Argentino formó un equipo para competir en Europa. El propio Fangio junto a José Froilán González, Onofre Marimón y Benedicto Campos conformaron el elenco de pilotos de la Escudería Suixtil, como se llamó la estructura por el apoyo de la casa textil. Además de lucir su publicidad en las dos Maserati 4CLT y luego en las dos Ferrari Tipo 166 F2, Suixtil diseñó y proveyó la ropa del equipo, utilizando el azul en los pantalones y el amarillo en las camisas, conformando los colores automovilísticos de la Argentina.
A partir del nacimiento de la Fórmula 1, hecho que sucedió en 1950, Fangio comenzó a ganar protagonismo en el mundo automovilístico y junto a él también lo hizo Suixtil, que se convirtió en la primera empresa dedicada a la indumentaria de los pilotos. Por eso, además del argentino, nombres como Stirling Moss, Jo Bonnier, Maurice Trintignant, Wolfgang von Trips, Hans Herrmann, Edgar Barth, Paul Frére, Olivier Gendebien, Harry Schell, Jean Behra y Masten Gregory, todos reconocidos en aquella época y en algunos casos trascendiendo con el pasar de los años, también lucieron la ropa que se fabricaba en la Argentina. Fueron muchas las competencias que tuvieron en lo más alto del podio, el lugar al que todos quieren acceder, a pilotos Suixtil. Sin embargo, el auge se convertiría en olvido en apenas un puñado de años. ¿El motivo? El fallecimiento de Rudman y la nula continuidad en sus descendientes.

El resurgimiento
En 1967 Suixtil cerró sus puertas. Más de cuarenta años después, precisamente en 2008, el francés Vicente Metais relanzó la marca. “Es una historia que merece ser contada, porque al igual que con la mayoría de las historias de ese tiempo, es una de coraje, fe y ensayos. Sigo preguntándome qué obligó a estos chicos a correr y creo que la explicación más simple es que valoraban el presente y no el futuro. Vivían en el instante, todo el tiempo y me encanta esa filosofía. Ese espíritu está todavía muy vivo en la marca”, contó a la revista Classic & Sports Car el empresario galo, que tomó la posta con la meta comercial, lógicamente, pero también con la intención de rendir homenaje al pasado y a muchos de sus admirados protagonistas.
“Realmente este proyecto comenzó por casualidad. Muchos de mis amigos nos preguntaron si teníamos calcomanías, porque pensaban que ayudaría con la exposición. Así que hicimos algunas y ahora hemos empezado a enviarlas con cada pedido. Es increíble la respuesta que hemos tenido”, expresó Metais.
“La producción de ropa es interesante, por supuesto, pero para mí es sólo un vehículo, un medio de conexión con la pasión que todos compartimos por esa época del automovilismo”, agregó el empresario europeo quien, casi de casualidad -o causalidad-, recuperó la mística de Suixtil, esa empresa textil creada por el inmigrante ruso Salomon Rudman y que fue un distintivo del primer equipo argentino que brilló en Europa.
Logro difícil, casi imposible, de igualar en la actualidad.
LA NACION