22 Jan Tiene síndrome de Down y reclama su título oficial
Un joven de 21 años con síndrome de Down presentó un recurso de amparo ante la justicia porteña para que las autoridades educativas le expidan el título oficial de estudios secundarios, que le niegan desde hace tres años, a pesar de haber asistido a clases, tener los cinco años aprobados y haber recibido el diploma de graduación en un colegio privado común. Se trata de César Alan Rodríguez, quien, además de presentar el recurso, a mediados de diciembre, ante el Juzgado en lo Contencioso, Administrativo y Tributario Nº 1 a cargo de Elena Liberatori, inició una petición en la plataforma Change.org, que en sólo seis días logró más de 23.200 adhesiones.
“Terminé 5º año del secundario en en Instituto Jesús María de San Vicente de Paul, pero me falta el título oficial y lo necesito para seguir estudiando”, afirmó el joven en un video difundido por la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia (ACIJ) –que lo patrocina– y el Grupo Artículo 24 por la Educación Inclusiva, integrado por 130 organizaciones, entre ellas Asdra. Ese título es imprescindible para postular a cualquier empleo.
“Alan fue compañero de curso mío en el secundario. Se esforzó tanto o más que todos nosotros para aprobar las materias y merece el título por el cual peleó, al igual que los 42 alumnos que integrábamos esa camada”, escribió Nazarena Bazo Lombardi, tras firmar la plataforma de Change.org.
Según la denuncia, el argumento de la Dirección General de Educación de Gestión Privada para no otorgarle el título es que Alan, que completó sus estudios con el acompañamiento de una maestra integradora, no cumplió los contenidos mínimos exigidos, al cursar materias con contenidos adaptados.
En cambio, el colegio al que asistió Alan de los tres a los 17 años, en el barrio de San Telmo, sí estaría dispuesto a extenderle el título, según la madre del joven, Florencia Innamorato, quien explicó a la agencia Télam: “El colegio se lo quiere dar, pero no puede pasar por encima del ministerio.”
La mujer explicó que Alan vive todo este proceso “con angustia”, aclaró que la educación inclusiva no apunta sólo a lo “social” y que “no hay excusas para que no le den su título: lo que quiera hacer después es su decisión, pero nadie le puede poner un techo. No entiendo quién se perjudica con que una persona con discapacidad intelectual reciba su título y por qué no se valora el hecho de que Alan fue el primer niño integrado de su escuela, que nunca repitió de grado y tiene un boletín brillante.”
TIEMPO ARGENTINO