25 Jan El negocio detrás de los youtubers
Por Natalia Foletti
Parecen tener la fórmula del éxito. La mayoría de los youtubers son nativos digitales, y quizás sea esa una de las claves para que puedan hacer de un hobby una profesión. Muchos de ellos se volvieron reconocidos, y no tienen nada que envidiarles a cualquier estrella pop. Sus canales atraen a millones de jóvenes que ven en ellos un amigo cercano, una referencia a quien seguir en el mundo de la web.
Si bien en la Argentina es un fenómeno muy conocido, poco se sabe del incipiente negocio que existe detrás. Aunque, los exponentes locales aún no logran recaudar la suma millonaria de sus colegas extranjeros, dado el bajo porcentaje que obtienen por los views, también son responsables de movilizar a miles de seguidores, lo que los convierte en potenciales atractivos para cualquier marca que busca una visualización rápida y efectiva.
Los youtubers son el nuevo talento que se destaca por generar contenidos de calidad, y crear comunidades de seguidores de todo el mundo. Algo que obliga a cambiar el paradigma de la audiencia y el espectador, que va migrando de la televisión fija a los canales dinámicos de la web.
Formas y estilos
Max Goldenberg, Chief Creative Officer de Fav! Network, compañía que fundó junto a Damián Voltes y Alejandro Burato, se encarga de fomentar y reunir a estos talentos emergentes de Internet, ayudando a distribuir su contenido. Una estrategia “multi channel network”, es decir, hacer que los protagonistas puedan distribuir su contenido en las distintas plataformas.
El CCO comenta que es fundamental que un chico que tiene su canal en YouTube, pueda migrar a las diferentes plataformas, ya que eso es una de las cosas en que se fijan las marcas a la hora de patrocinarlos. Podrán ser muy talentosos pero si no saben adaptarse a las diferentes plataformas, a las marcas no les terminará redituando, ya que la mayoría de ellas abonan por paquete de contenidos, que incluyen: videos, post, retweet o presencia en Facebook.
“El mundo de YouTube le permite a los creadores de contenido convertir su hobby en un negocio”, dice Goldenberg, y explica que existen varias líneas de revenue. Una es el banner que aparece antes de ver un video, y se puede omitir. También están los banners contextuales, que se ven durante el video en la parte inferior, y todo lo que sucede alrededor o al costado de lo que se está viendo. “Todos estos anuncios comparten porcentajes con los creadores”, aclara. Y comenta que si bien depende mucho de cuanta gente lo ve, también es fundamental cuánto permiten los youtubers que existan banners en su canal. “Es una cuestión muy personal, porque involucra a la marca que son ellos, y se cuidan mucho. Hay que tener en cuenta que el valor de los clicks depende mucho de cada región del mundo. En la Argentina, la cuenta que se hace es entre 50 centavos y un dólar cada 1000 views”, explica.
Potenciando talentos
Darío Laufer, Director General en Be Influencers, una empresa que hace campañas virales a la medida de las necesidades de sus clientes, que pueden ser marcas o empresas relacionadas con el mundo del entretenimiento, comentó acerca de los youtubers. “Para que funcione bien una campaña lo fundamental es poder co-crear el contenido con el protagonista. Es decir, sobre una línea de creatividad que ya tiene, nosotros hacemos el seguimiento y las métricas. Este año, la campaña más exitosa fue con Marito Baracus. Nosotros le dimos una bajada creativa sobre el sentido de la campaña y él nos ayudó a amplificar la acción, co-creando contenido, usando sus canales y validándolo con nosotros”, cuenta.
Laufer resalta que los youtubers ganan dinero, ya que las empresas les pagan por generar contenido, y porque ellos invierten mucho en la producción de sus videos. “Nosotros vemos que muchos de ellos van a ser los futuros actores de televisión, y la gente que no es viable ahora lo va a ser en el futuro, pero no creo que ninguno se haga rico. Al buscarlos tenemos en cuenta que tengan influencia en su comunidad, que tengan un mensaje positivo, y ver que puedan adaptar su trabajo con las marcas”, dice.
La más nombrada
Prima Vikinga es una de las youtubers más famosas del país, con sólo 18 años. Tiene más de 271.000 seguidores entre sus diferentes canales. Su video más popular fue “Mi rutina por la mañana”, con el que generó más de 400.000 visitas. Cuenta que comenzó un día cuando estaba buscando cómo delinearse los ojos en YouTube, y vio que había muchos tutoriales al respecto. “Al principio no me animaba a empezarlo yo, hasta que me di cuenta que si no intentaba nunca iba a poder saber si lo lograría. Creo que cualquiera es capaz de convertirse en un youtuber con tener una cámara. Creo que todavía está en desarrollo y que esto recién empieza. Falta motivar a mucha gente a que se una y que empiecen su canal”, afirma y agrega: “Gracias a esto conseguí cerrar varios contratos en mi vida, así que eso es un logro muy grande para mí”.
Otra de las destacadas es María Soledad Siboldi, más conocida como Frutilla Picante, de 29 años, que reúne en su canal a 70.000 seguidores. “Yo soy actriz de profesión, y en ese momento estaba en pareja con un chico que trabajaba en Internet. Él me mostró varios canales de YouTube, y pensé que podía ser una buena oportunidad para crear y actuar sin necesidad de intermediarios. Los actores en general estamos condicionados a que alguien nos convoque, nos elija en un casting. En este caso, me elegí yo, me di el permiso. Y el público me acompañó”, dice acerca de sus comienzos.
Sobre el ambiente, cuenta que la comunidad en la Argentina está creciendo, y cada vez son más youtubers y seguidores. “Siempre percibí mucha generosidad de parte de mis pares, y es algo que agradezco muchísimo. Estamos bastante conectados entre nosotros, nos apoyamos. Creo que todos tenemos una visión bastante parecida, y eso ayuda a que empujemos hacia el mismo lugar”, señala.
Frutilla Picante agrega que el 2015 fue un año de gran crecimiento para su canal. “Viví muchas experiencias nuevas. Participé de eventos y festivales, trabajé para algunas marcas en mi canal y demás redes sociales, y tuve bastante exposición en televisión abierta. Pero el mayor logro para mí es hacer contenido original, que me representa, y que haya tanta gente dispuesta a verlo, compartirlo y dejar buenos mensajes. Es lo más hermoso de toda esta experiencia”.
Mario Freiria, de 35 años, reúne a más de 610.000 seguidores principalmente de México, Argentina, Colombia, España, Estados Unidos y resto de Latinoamérica. Cuenta que desde el 2013 vive exclusivamente de su canal de YouTube, y de su sitio web que contiene una plataforma de e-learning, donde los suscriptores pueden acceder a todos sus cursos de guitarra de manera completa. “Me he dedicado a la música y a la enseñanza musical durante más de 10 años antes de incursionar en esto. Simplemente subí esos videos para probar, pero no le di mayor importancia. Con el paso de los meses, comencé a recibir varios mensajes de los usuarios pidiéndome que suba más videos. Ahí descubrí que tenían más de 10.000 reproducciones cada uno, lo cual en ese momento y para un canal que recién empezaba era un montón, y que había realmente mucho potencial allí”, narra.
Otro de los casos es el de Ceci Saia, que tiene la particularidad de no haber empezado en YouTube, si no en un blog, y actualmente acumula alrededor de 50.000 suscriptores, pero combinando redes sociales, la cantidad de seguidores es de casi 120.000. “Hace 7 años comencé a bloggear, algo que todavía hago. Eso me llevó a las redes sociales, y ellas me llevaron a YouTube como una plataforma fuerte, y no solamente como un lugar para ver videos de gatitos. Entonces hace dos años pensé que esta era la conclusión natural de todo lo que me gustaba: Internet y la vocación de entretenimiento. Pero eso sí, me tomó un año más juntar el valor para hacerlo”, aclara.
Saia comenta que su objetivo es seguir trabajando para lo que ahora es un incentivo, y en el futuro pueda convertirse en su principal fuente de ingreso. “La comunidad youtuber en el país está atravesando un momento de muchísimo crecimiento. Si bien estamos algunos pasos detrás comparados con el resto de América latina, los canales más populares están pasando el millón de suscriptores y eso es bueno para todos, ya que ponen luz sobre el trabajo local en general. Además, dentro de Buenos Aires, tenemos muchas posibilidades de conectarnos entre nosotros y hacer cosas en conjunto. Creo que todavía nos hace falta más variedad de contenidos, pero estamos en camino”, dice.
EL CRONISTA