15 Jan Alan Rickman: uno de los villanos más célebres de Hollywood
Por María Fernanda Mugica
Ayer murió Alan Rickman, a los 69 años, quien estaba enfermo de cáncer, según informó su familia.
Durante su prolífica carrera, Rickman interpretó personajes que pasaron a la historia del cine, como Hans Gruber en Duro de matar; el sheriff de Nottingham en Robin Hood: Príncipe de los ladrones (dirigida por Kevin Costner); el coronel Brandon en Sensatez y sentimientos (de Ang Lee), y el oscuro profesor Severus Snape de la serie de películas de Harry Potter.
En cada papel se lucía con un estilo sencillo y muy personal. Su voz grave y profunda era fácilmente reconocible y era una de sus herramientas fundamentales para crear interpretaciones brillantes. Los personajes que solía encarnar, por más crueles o peligrosos que fueran, siempre tenían un sentido del humor particular. Más allá de su talento interpretativo, ese estilo tenía relación directa con su propia personalidad, que se caracterizaba por no tomarse a sí mismo demasiado en serio. Rickman no encontró la vocación como actor siendo muy joven. Estudió diseño gráfico en el Chelsea College of Art and Design, donde conoció a Rima Horton, quien sería su mujer para el resto de su vida. Luego de tres años de ejercer como diseñador, en un estudio que abrió con amigos, ingresó a la Royal Academy of Dramatic Arts, a principios de los 70, cuando tenía 26 años. Sus primeros trabajos como actor fueron en teatro con la Royal Shakespeare Company.
Ya había trabajado en algunas series y películas para televisión cuando en 1988 llegó el papel que lo lanzaría a la fama internacional: Hans Gruber, en Duro de matar, de John McTiernan. Fue uno de esos casos en los que un personaje resulta ideal para un actor y viceversa. Rickman interpretó la maldad de Gruber, el perfecto enemigo para el héroe que encarnó Bruce Willis, dándole la elegancia y el toque de humor justo que lo convirtieron en uno de los malos más famosos de la historia del cine. Aunque después interpretó a otros villanos, no le gustaba que lo identificaran como un actor especialista en malos. De todos modos, aunque sus papeles de malvado sean los más recordados, encarnó diversos tipos de papeles. El profesor Severus Snape fue otro de esos personajes que encontraron en Rickman al actor perfecto para interpretarlos. Siempre en un territorio gris, durante la larga saga de Harry Potter era difícil saber si Snape era un aliado o enemigo. El talento de Rickman le permitió transitar esa ambigüedad de forma brillante y de nuevo pasar a la historia del cine con otra de sus actuaciones. Toda una generación lo va a recordar por eso.
También se destaca su personaje en La magia del amor, de Anthony Minghella, y su trabajo en la exitosa comedia romántica Realmente amor, en la que hace de un marido tentado a la infidelidad por su atractiva secretaria, rompiéndole el corazón a su esposa, interpretada por su gran amiga Emma Thompson. La sensibilidad cómica de Rickman tuvo oportunidad de expresarse completamente en algunas comedias, como la excelente Héroes fuera de órbita, en la que encarnaba a un actor de una serie tipo Star Trek; La guía del viajero intergaláctico, en la que hizo la voz de Marvin, y Blow Dry, donde interpreta a un peluquero que compite en un concurso de peinados. Además de sus trabajos como actor, que incluyen también el musical Sweeney Todd, de Tim Burton, Rickman dirigió dos largometrajes: La visitante del invierno (1997), un drama intimista con Emma Thomspon y Phillida Law, y A Little Chaos(2014), film de época con Kate Winslet y en el que él mismo actúa.
En 2004, Rickman visitó la Argentina, invitado por el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata. Con su mujer, aprovecharon sus días en la ciudad de la costa para ver películas del festival, y él ofreció una charla magistral que tuvo una sospechosa mayoría de niños en el público. El actor británico firmó muchos autógrafos y hasta consoló a un chico que lloraba porque quería actuar en Harry Potter. Dejó entre los que lo conocieron en esa oportunidad el recuerdo de una persona sencilla, abierta, con constante buen humor. Su gran talento como actor y su encantadora personalidad se van a extrañar.
LA NACION