M. Night Shyamalan: el maestro de los finales abiertos

M. Night Shyamalan: el maestro de los finales abiertos

Por Sebastián Tabany
Después de Sexto sentido, el megaéxito de 1999 que le valiera una nominación al Oscar como director, M. Night Shyamalan continuó con su racha de películas con final sorpresa, como El protegido y Señales. La aldea, en el 2004, fue su primer filme cuestionado y durante años no tuvo éxitos, sino que su nombre se asoció con megalomanía, egocentrismo y fue foco de chistes y burlas.
Shyamalan se convirtió en un director por encargo que filmó El último maestro del aire y Después de la Tierra, el primer gran fracaso que tuvo Will Smith, en el 2013. Quizás como forma de reconectarse con el público y consigo mismo, Shyamalan aceptó dirigir Wayward Fines, basada en la serie de novelas de Blacke Crouch, un proyecto no escrito por él y que se emite por Fox.
Matt Dillon es un agente en busca de dos de sus compañeros que después de un accidente de auto termina en el pueblo de Wayward Pines. Parece ser un lugar tranquilo, pero de a poco descubre que los habitantes saben más de lo que parece y que por diferentes razones no le dejan abandonar el lugar. Acompañan a Dillon un batallón de excelentes actores, como Toby Jones, Melissa Leo, Carla Gugino y Terrence Howard. En esta entrevista, Shyamalan contesta sobre la serie y su particular estilo de filmar:
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¿La televisión es una forma de volver a conectarse con el público?
Todo el mundo me dijo que me gustaría ver hacia dónde está yendo la televisión ahora; cómo las historias están basadas en personajes y el tono es más oscuro. Y eso es lo que más amo hacer: atmósfera y personajes que no son blancos o negros. Y claro, finales abiertos (risas). Quiero volver a hacer películas más chicas y encontré en esta serie el medio perfecto.
Lo primero que se piensa al ver la serie es en el clásico de David Lynch, Twin Peaks.
Sí, claro. Y las referencias son a propósito. Pero Twin Peaks sucede en un mundo paralelo con elementos fantásticos. Los personajes son com-pletamente exagerados y las actuaciones, muy histriónicas. Lynch sabe balancear el humor y lo oscuro como nadie. Pero la diferencia es que en nuestra serie hay una explicación sobre por qué la gente se comporta de esa manera. A mí me gustan las cosas realistas y, si bien puedo llegar a trabajar con lo supernatural o la fantasía, al final quiero que esté todo anclado en la realidad. ¿Cómo fue trabajar con Matt Dillon?
Es un icono. Es una de esas personas como John Travolta, que cualquier cosa que hagan, aunque sea caminar y hablar o moverse, se transforma en algo icónico. Además, es un tipo muy querido en Hollywood. Ha estado tantos años y siempre fue un ejemplo de persona. E interpreta perfec¬tamente a un héroe hecho y derecho, pero al mismo tiempo, tiene mucho sentido del humor. En la serie todos los personajes actúan de forma extraña, algo alejado del estilo habitual de suspenso de tus películas.
Sí, y es a propósito. Hay una razón por la que tal personaje actúa o dice tal o cual cosa y se va a saber a medida que progrese la serie. Algo que decidimos conscientemente es que, si bien hay una vuelta de tuerca, preferimos mostrarla en el medio y no al final de la serie. Es una deci¬sión arriesgada, porque nos exponemos a que al público no le interese el secreto y deje la serie por la mitad. Pero creo que lo que sigue es igual de interesante y vamos a mantener la atención de la gente.
El final del libro original es muy sorpresivo, algo que es una marca registrada en vos. ¿Cómo manejás eso con los actores?
Quería mantener el nivel de secreto y para eso los actores sabían lo mismo que sus personajes, no más. De hecho, en una lectura de guión, Terrence Howard salió corriendo de la habita¬ción cuando alguien le mencionó algún secreto, diciendo: “¡No quiero saber! ¡No quiero saber!”. Lo tuve que correr por toda mi casa y explicarle: “Terrence, tu personaje tiene muchos secretos . Había varios niveles de información que tenían los actores y eso se convirtió en algo que tenia que manejar con cuidado.
REVISTA MIRADAS