Donde se vive la Navidad

Donde se vive la Navidad

La navidad es mágica y en algunas ciudades del mundo se vive de una manera especial. Ya sea por las latitudes en las que están situadas, por su folklore, por su mística o sus leyendas.
Por eso los invito a que viajemos y conozcamos algunas de ellas.
Nuestra primera parada la vamos a realizar en la ciudad finlandesa de Rovaniemi, donde reside oficialmente Santa Claus.
Emplazada dentro del círculo polar ártico, en la región de Laponia, al norte del país y rodeada de montes y ríos, esta ciudad que cuenta con casi 60.000 habitantes se viste de fiesta al llegar la Navidad. Todo alrededor será cubierto por gruesas capas de nieve, los días serán cortos y las luces del norte danzarán sobre nosotros. Es lo más cercano que se puede tener a una postal navideña, sobre todo cuando encima aquí encontramos la Oficina Postal de Santa Claus, donde uno no sólo puede mandarle una carta a Joupulukki -Papá Noel en la lengua local-, también podremos conseguir infinidad de artículos relacionados con estas fiestas: DVD, CD, tarjetas, postales, juguetes, etcétera.
También podremos ingresar a su Oficina, donde trabaja todos los días leyendo la infinidad de cartas que recibe y tal vez tengamos la oportunidad de hablar con él. Ojo, hay que averiguar si está o no porque imagínense que con la cantidad de regalos que tiene que entregar..
Cruzando el océano Atlántico y en continente americano encontramos a la ciudad de Nueva York, la Gran Manzana, una de las metrópolis más importantes del mundo y otra ciudad donde la Navidad se vive de una manera muy especial. Todo comienza un mes antes de las Fiestas. La ciudad empieza a ser decorada con guirnaldas y las tradicionales hojas de muérdago. Las vitrinas de los negocios se visten con los tradicionales colores: rojo, blanco y verde. Las famosas jugueterías se devanan los sesos para sorprender a grandes y chicos por igual con magníficas intervenciones en sus fachadas y entradas. Y ni hablar de la tradicional pista de patinaje sobre hielo enclavada en el Rockefeller Center, presidida por su enorme árbol de Navidad, 25 metros de altura aproximadamente, que es encendido tradicionalmente a principios de mes, evento transmitido por la televisión nacional y es el más importante testigo de los festejos hasta el comienzos de enero, cuando será retirado.
La imagen de la gente con sus bolsas llenas de compras navideñas y patinando sobre la pista de este mítico complejo de edificios de la ciudad ha dado la vuelta al mundo a través de películas como Mi pobre angelito 2, cuando Kevin se encuentra finalmente con su madre en un maravilloso abrazo.
Seguimos el periplo en Río de Janeiro, en la playa. Copacabana, Ipanema, Leblon son los nombres que más resuenan en el imaginario popular. Allí nos vamos a encontrar con miles de personas a nuestro alrededor con enormes sonrisas en sus rostros, vestidas de blanco, sentadas en la arena a punto de disfrutar de los fuegos artificiales para después sambar toda la noche hasta que vuelva a salir el sol.
Pero las mejores navidades seguramente sean las que nos toca pasa en casa, donde quiera que sea. Rodeados de aquellos que más queremos. Contando anécdotas del pasado, cuentos del presente y predicciones del futuro.
Disfrutando de las añoranzas y reflexiones.
Y es que que al final de todo, donde esté nuestro corazón estará nuestra Navidad.
LA NACION