17 Nov Prepararse para el nuevo período
Por gabriela Sirkis
Estamos acostumbrados a los vaivenes de la economía. De las perspectivas macroeconómicas, surgen condicionamientos positivos o negativos para distintos sectores de las pymes de origen nacional.
El mundo pyme no es ajeno a estas olas donde el dólar sube o no, las importaciones se cierran o se abren o se fomenta las exportaciones o no. Pero, no a todas las afecta por igual. Hay una falacia en el nombre colectivo “pymes”, ya que define a las empresas de acuerdo a la cantidad máxima de empleados y de facturación.
Estos parámetros son arbitrarios si nos enfocamos en el interior de las organizaciones. No es lo mismo un emprendedor de pura raza con un proyecto en crecimiento que una empresa consolidada en un mercado maduro de imposible crecimiento. No hay una única receta para atacar la incertidumbre ya que depende de la problemática en cuestión.
Sin embargo, hay aspectos a tener en cuenta cuando el panorama es brumoso. Estas pueden ayudar a mantener saludable la empresa y sobre todo a prepararse para el desafío de próximas oportunidades.
1 En primer lugar, actuar estratégicamente. No saber cuál es el panorama futuro no es una excusa para actuar de forma espontánea o de asignar recursos sin objetivos mensurables. La estrategia es la base del negocio. Sin ella no establecemos el rumbo y por lo tanto es como navegar sin brújula.
2 Establecer objetivos para concluir en 2015 y para 2016. Aunque el panorama sea ambiguo se deben establecer las metas a alcanzar. Estas deben ser cuantificables y alcanzables. La dificultad que enfrentan las empresas pymes es que no establecen objetivos ya que están a la caza de oportunidades que muchas veces no son ni tan claras ni tan buenas para la estructura de la empresa.
3 Velar por la supervivencia de la empresa. No realizar acciones que busquen grandes beneficios a corto plazo. Si en momentos de crecimiento y estabilidad perdemos alguna batalla, la guerra no está perdida. Tenemos revancha. En momentos de incertidumbre, es riesgoso tomar decisiones drásticas que con un cambio de escenario puedan tener impactos disimiles. Por lo tanto, es un buen período para concentrarse y consolidar el proyecto central de la compañía.
4 Mantener vivo el espíritu emprendedor. Las empresas pymes tienen la virtud de tener uno o varios dueños que son los capitanes del barco, visibles para todo el equipo. No pierdan la pasión por lo que hacen. Esto llevará a que sus colaboradores los acompañen.
5 Cuidar el buen recurso humano. Si la actividad baja, hay que evitar el mal clima laboral. Si los buenos profesionales o empleados se van, cuando llegue la época de bonanza será muy difícil aprovecharla sin un equipo capacitado e identificado con la compañía.
6 Capacitarse y capacitar al personal. Los tiempos de baja de actividad son ideales para especializarse, abrir caminos en el negocio y prepararse para los momentos de mayor producción. En la capacitación y en la actualización se hace la diferencia y los clientes lo aprecian profundamente.
7 Buscar asesoramiento profesional si la problemática supera la capacidad de elaboración del equipo directivo de la compañía. Una mirada externa capacitada ayuda a resolver la problemática de forma menos costosa en términos de sufrimientos, pérdidas de oportunidades y dinero, y dificultades en las relaciones con clientes.
8 Tener claro qué le sucede a sus clientes y acompañarlos. Las relaciones con los clientes se afianzan en momentos duros. Hay que comprender que la incertidumbre no es sólo para la empresa sino para nuestros clientes. Incorporar valor al producto es recompensado a largo plazo.
9 No dejar de invertir. Cuando el mercado está recesivo, si las finanzas de la empresa lo permiten, es un buen momento para ampliar la comunicación (al haber menos marcas haciendo acciones las que están activas se ven mucho más), mejorar el producto, etc.
10 Finalmente, estar alerta. En tiempos de turbulencias es aconsejable enfocarse en el negocio, estar pendiente de los detalles sin perder la mirada en el entorno. Los que logran avanzar en la incertidumbre demuestran que tienen alta capacidad de gestión y de dirección estratégica.
EL CRONISTA