Lewandowski asombra al mundo con cinco goles en sólo nueve minutos

Lewandowski asombra al mundo con cinco goles en sólo nueve minutos

Por Alejandro Wall
Cuando vio el último gol de Robert Lewansdowski, el quinto en apenas nueve minutos, Pep Guardiola se agarró la cabeza en una mezcla de asombro y alegría. Se acababa de completar una masacre a cargo del delantero polaco, una ráfaga sin precedentes, al menos en los registros que se revisaron las horas posteriores al partido. Ningún otro jugador, que se sepa, hizo esa cantidad de goles en menos de ese tiempo. La gesta del bombardero del Bayern Munich fue contra el Wolfsburgo, que ganaba por uno a cero el partido hasta que quedó arrodillado ante los cinco goles de Lewansdowski.
Porque lo insólito no es la cantidad de goles sino el tiempo que le llevó conseguirlos. Y que lo haya hecho saliendo desde el banco, en el segundo tiempo. Guardiola lo mandó a la cancha en el entretiempo en lugar de Thiago. El Bayern Munich perdía con el Wolfsburgo y necesitaba un recambio en ataque. Seis minutos después de ese cambio, comenzó el espectáculo. Thomás Müller le dio el pase para que Lewansdowski pusiera con zurda el empate, su primer gol. Lo que se iniciaba haría creer que Guardiola no había apelado al banco de suplentes, sino a otro planeta.
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La seguidilla siguió un minuto después: el polaco le pegó desde afuera del área y clavó la pelota al costado del poste derecho de su víctima, Diego Benaglio, el arquero que sufriría la ira goleadora de Lewandowski. Tres minutos demoró el delantero del Bayern en hacer el tercero, el más accidentado, con la pelota primero pegándole al palo, después al arquero y, al final, metiéndose adentro. Pasaron dos minutos cuando Douglas Costa desbordó, mandó el centro, que Lewandowski conectó con el pie derecho. La obra se completó con un golazo, el que hizo que Guardiola se agarrara la cabeza: Mario Götze hizo un envío desde la derecha hacia el área y el polaco le pegó de volea, como venía, para que la pesadilla de Benaglio fuera tan extrema que terminara despertándolo. No hubo más goles, no hacía falta más.
Lewandowski asombró a sus hinchas, a sus rivales, a su técnico Guardiola, a los que miraban el partido por televisión. Y a los que cubrían el minuto a minuto de la página oficial del Wolfsburgo, que se preguntaban qué le pasaba al equipo; de dónde había salido ese extraterreste que no paraba de hacer goles.
Según los registros, nadie antes en la Bundesliga había conseguido una marca similar. Los periodistas Alejandro Ciriza y Jorge García contaron en el diario El País que el húngaro Ladislao Kubala hizo cinco goles en 1952 para el Barcelona, contra el Celta. Pero los hizo en 19 minutos. Demoró diez más que Lewandowski, que no pudo completa el sexteto como en 1977 lo consiguió Dieter Müller, jugador del Colonia, frente al Weder Bremen. Lewandowski tuvo al menos dos posibilidades de llegar a ese registro. Una de ellas se la hizo naufragar Benaglio en la línea. Fue todo lo que el arquero pudo regalarle a su autoestima.
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