11 Jul Trump, candidato de la xenofobia de Estados Unidos
Por Facundo Alé
El golpe mediático del excéntrico magnate estadounidense Donald Trump no podría haber sido más impactante para anotarse entre los precandidatos presidenciales del Partido Republicano. El lanzamiento del empresario, que según la revista Forbes tiene un patrimonio de 4000 millones de dólares, repleto de mensajes ultranacionalistas y ofensas contra los inmigrantes mexicanos, despertó respuestas de un calibre similar. “Están trayendo drogas, el crimen, a los violadores (…) Amo a los mexicanos, pero México no es nuestro amigo”, dijo el multimillonario.
De inmediato, las cadenas de televisión Univisión, NBC y Televisa decidieron romper los contratos que tenían con el emporio Trump, y artistas como Ricky Martin y Shakira mostraron su repudio al polémico personaje. Cómo sería la irritación general, que además de las pérdidas económicas por la ruptura de esos contratos, que rondarían los 50 millones de dólares, sus expresiones fueron criticadas incluso por algunos de sus rivales en la primaria partidaria. Es el caso de Jeb Bush, quien dijo que “este tipo de comentarios extraordinariamente feos no reflejan al Partido Republicano”, y analizó las causas detrás de las declaraciones. “(Trump) no es un hombre estúpido, así que asumo que no piense que todos los mexicanos que cruzan la frontera son violadores. Está haciendo esto para inflamar, incitar y atraer la atención, que parece ser el principio organizador de su campaña”, añadió el ex gobernador de Florida.
“Creo que cometió un grave error”, aseguró por su parte Mitt Romney, quien en las elecciones de 2012 contó con el apoyo público del empresario del sector inmobiliario estadounidense.
De todas maneras, a pesar de que la comunidad inmigrante mexicana es la más numerosa de las que habitan en Estados Unidos, las xenofobia explícita de Trump no habría repercutido negativamente en sus posibilidades de acceder a la Casa Blanca, ya que el último sondeo de CNN/ORC lo ubica segundo entre los preferidos del Partido Republicano, con un 12% de intención de voto, detrás de Bush, con el 19 por ciento.
El profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) Jesús Gallegos Olvera resaltó a este diario que “las declaraciones de Trump, que exhiben una visión obtusa del conservadurismo estadounidense, no afectan el bipartidismo dominante en la escena electoral de ese país”, ya que “para los simpatizantes republicanos, es más importante la defensa de los empleos de los estadounidenses que el desarrollo de visiones garantistas de las minorías”. El docente azteca citó cifras de un informe del Pew Research Center, que compara la importancia que tiene la “reducción de la inmigración ilegal” para los republicanos, que se estima en un 62%, contra el 38% para los demócratas.
Norberto Emmerich, doctor en Ciencias Políticas del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN), consideró a su turno que “el hecho de que el discurso de lanzamiento de Trump haya incluido mensajes de tal magnitud indica que un sector importante de los WASP (blancos anglosajones protestantes, por sus siglas en inglés) conforma la base social de su presunto electorado”. Emmerich destacó a Tiempo que el “desagradable discurso” del empresario “fue bien recibido dentro del partido” y lo coloca con “la posibilidad de aglutinar todo el electorado afín al ‘Tea Party’” y representar una opción “étnicamente ‘americana’. No es conveniente tomar a la ligera esta postulación. Suena ridícula en nuestros países latinoamericanos, pero expresa una tendencia cierta del electorado americano que hay que tomar en cuenta”, agregó el docente.
Para el Ejecutivo del sector automotriz mexicano Juan Pablo Calderón Patiño, “existen millones de mexicanos que viven en Estados Unidos y aportan a la riqueza de ese país. Medir a todos con el mismo rasero con que se mide a los que delinquieron es una torpeza y una irresponsabilidad política”, dijo, en alusión al magnate estadounidense, cuyo abuelo paterno era oriundo de Alemania y su madre originaria de Escocia. “Habría que recordarle a Trump que México, después de China y Canadá, es el principal socio comercial de Estados Unidos, y que estos empresarios invirtieron entre 2000 y 2015 más de 175 mil millones de dólares, lo cual representa el 45,8% de la recepción del total de inversión extranjera directa”, dijo y agregó: “¿Qué sería Texas y California sin México?”
Pablo Pozzi, historiador de la Cátedra de Estados Unidos de la Universidad de Buenos Aires, opinó que “la candidatura republicana se disputa sobre todo en una base partidaria de clase media y blanca, donde el Tea Party tiene mucho peso”, por eso “espantar latinos y negros ayuda en estos sectores”. Como contrapartida, Pozzi cree que esos comentarios xenófobos “tienden a horrorizar al electorado hispano, al de ciudades como Nueva York o Los Angeles y al votante independiente de centro porque, amén del racismo, muestran una intolerancia que les preocupa”.
Pablo Kornblum, director del Observatorio de Estados Unidos del Centro Argentinos de Estudios Internacionales (CAEI), coincide con esta óptica. “Trump busca asegurarse el núcleo más conservador del electorado, que no representa más del 10% del padrón, levantando las banderas del nacionalismo y del ‘sueño americano’ donde cada individuo, con su esfuerzo, pueda concretar sus proyectos.” Además, “la relación que Trump hizo de los latinos con las drogas y la violencia tiene un vínculo directo con su escenario socio-económico de origen, dadas sus condiciones de vida adversas tanto en su México natal (los que han migrado) como ya dentro de los Estados Unidos”, dijo y añadió: “El discurso de Trump no avizora un análisis de esta complejidad.”
TIEMPO ARGENTINO