¡Feliz cumpleaños, Chueco!

¡Feliz cumpleaños, Chueco!

Por Ezequiel Chabay
Además de las principales novedades del mercado y los concept-cars que vendrán, el Salón del Automóvil también es ocasión para mirar por el retrovisor y recordar a las sempiternas glorias del automovilismo nacional y mundial. El 24 de junio, Juan Manuel Fangio hubiera cumplido 104 años de vida y su familia lo celebró con una exposición que rescata lo mejor del pentacampeón de Fórmula 1.
En el ingreso al Pabellón Azul de La Rural, los amantes de los autos que no pasan de moda podrán deleitarse con cinco joyas que ‘el chueco’ hizo picar en punta. Muchos de los vehículos presentados salieron pocas veces de Balcarce, donde la familia y la fundación Fangio resguardan los principales afectos del campeón.

Para todos los gustos
Entre los vehículos, está la Maserati 250F, con potencia de 275 CV, 2.494 cc de cilindrada y un peso de 630 kilos. Sobre este monoposto de aluminio con chasis tubular y una velocidad máxima de 300 km/h Fangio alcanzó su quinto título consecutivo.
La Maserati se consagró en Nürburgring, Alemania, el 4 de agosto de 1957. Cuando faltaban 10 vueltas para concluir la carrera, Fangio descontó 50 segundos sobre el primero y el segundo, bajando a cada lap sus registros gracias a maniobras arriesgadas, como entrar a límite en cada curva, buscar radios de giro con todo el ancho de la pista y jugar con la caja de velocidades. Incluso, hizo saltar varias veces la carrocería para descontar milésimas sobre sus contrincantes de Ferrari. Se alzó con la victoria y dejó al segundo a 3,6 segundos de distancia.
SALON-FANGIO1

También entra en sintonía con la muestra el Simca Gordini 1430 (foto 2), un monoposto de un celeste vivo con el que corrió por los circuitos de Palermo. El vehículo, de 1948, fue el primero con el que Fangio corrió en Europa, en 1948, y lo acompañó en varias carreras internacionales, siendo el primero de una completa serie de autos de los que se valdría el balcarceño para adquirir prestigio mundial.
Puede encontrarse un Lancia D-24 Sport, con el que participó de la Carrera Panamericana de México en 1953. Por entonces, el fabricante italiano Gianni Lancia tentó al campeón con subirse a esta biposto de 265 CV y 3.100 cc de cilindrada, a pesar de tener contrato con Maserati, que prefirió no presentarse en tierras aztecas. Fangio accedió y la firma dispuso una gran inversión para modificar el auto y ganar la carrera: según los registros del conductor, “el motor tenía mucho torque y era ágil; la caja de cambios daba gusto y se podía andar en segunda o tercera sin que nada pasara”.
La exhibición comparte con los visitantes la coupé Chevrolet de 1940, con la que Fangio tuvo innumerables alegrías y que le sirvió de disparador para llegar a la Fórmula 1. Esta carrocería de 3432 cc y 1.700 kilos lo consagró Campeón Argentino de Carretera en dos años, pero su adquisición guarda una historia particular: fue comprada con el dinero de una rifa, cuando Fangio estaba a pie tras vender la cupé Chevrolet 1939 de color negro, con la que saldó viejas deudas.
Los amantes del buen gusto podrán acercarse al Mercedes-Benz 300 SL cupé (foto 1), su coche deportivo personal. Es un vehículo de dos plazas, con cuatro marchas y retroceso, de unos 1.500 CV y una velocidad máxima superior a los 220 kilómetros por hora. Esta unidad fue un presente de Daimler-Benz A.G. en agradecimiento por su apoyo a la marca. Debido a su uso, Fangio impulsó la colocación de surtidores con nafta especial -que hoy sería premium- en las estaciones de servicio de entonces.

El recuerdo del campeón
Juan Martín Verdier es el encargado de la exhibición. Y, además, es el sobrino nieto de Juan Manuel Fangio. Para él, es un orgullo recordar ‘al tío’ con los autos más distintivos de su vida y de su carrera. “Si bien el 17 de julio se cumplen 20 años de su partida, preferimos celebrar su cumpleaños, y nos pareció un excelente homenaje traer esta muestra a Capital Federal”, asegura Verdier.
Fangio no pasa inadvertido entre los fabricantes de automóviles, menos entre Mercedes-Benz, firma de la que fue desde 1974 y, tras su retiro, en 1987, presidente honorario vitalicio. “Nunca dejó la humildad de lado: no se daba cuenta de los homenajes que le hacían, pensando que no eran para él, y se esforzaba por ser el mejor, pero sin creérselo”, señala Verdier.
El viernes 19 se realizó un recuerdo a 60 años del Gran Premio de Holanda, que ganó de punta a punta -primero en clasificación y en carrera- y que le sumó para coronarse campeón con Mercedes-Benz por tercera vez. El diseñador industrial y artista plástico Rafael Varela -el ‘Da Vinci’ de los autos- pintó en vivo un mural en el que se retrata al campeón argentino superando en velocidad al británico Stirling Moss, su compañero de escuadra y su ‘cebollita’ aquel año.
EL CRONISTA