Mats Wilander: “Es justo que Vilas sea reconocido como número 1”

Mats Wilander: “Es justo que Vilas sea reconocido como número 1”

Por Sebastián Torok
Wats Wilander no tiene ni una migaja de glamoroso. Fue un tenista legendario, número 1 en 1988, con siete Grand Slam ganados y diamante de una escuela sueca que fulguró en el circuito. Sin embargo, no luce un átomo de presumido, de estrella. Generalmente en jean, chomba y zapatillas, se pasea, con las manos en los bolsillos, por las salas de prensa de los torneos. Del mismo modo en Buenos Aires, en el US Open o en Roland Garros. Incluso, suele compartir los comedores con empleados de los certámenes o periodistas, cuando bien podría alimentarse o beber algún trago en salones más exclusivos. Agradece, educado, el reconocimiento, pero no se desvive por él.
La atención del tres veces campeón de Copa Davis -1984, 1985 y 1987- está centrada en su familia, sobre todo en Erik, tercero de sus cuatro hijos, quien tiene epidermólisis bullosa, enfermedad conocida como piel de cristal. Se radicaron en Sun Valley, Idaho, donde el clima, mayormente árido, ayuda a combatir las ampollas de la piel de su hijo. Wilander es uno de los voceros más populares de la asociación Debra y creó una fundación para intentar concientizar sobre un trastorno muy poco frecuente (en nuestro país, según estadísticas de Debra Argentina, unas 300 personas lo padecen). También su vínculo con el tenis es fuerte, obvio. Mantiene el proyecto Wilander on Wheels (Wilander sobre Ruedas), con el que recorre EE.UU. en una casa rodante brindando clases de tenis. Y luego de haber sido entrenador -por ejemplo, de Marat Safin- y de haber capitaneado al equipo sueco de la Copa Davis, viaja por el mundo por su programa de TV Mats’point de la cadena Eurosport. “Cuando sos jugador, no tomás dimensión de cuánto te gusta el juego. Jugás para ganar, sentís la adrenalina, pero no sabés si realmente amás el juego. Una vez que parás, te das cuenta qué sentís y yo amo el tenis, me encanta pegarle a la pelota y enseñar, comentar, disfruto de entrevistar a jugadores, quiero saber más del juego, y por eso no la encuentro extraña mi nueva función”, explicó Wilander a canchallena.com durante su visita al Argentina Open para filmar uno de sus programas.
No fue su primera vez en el país, claro. En 1993 jugó el República (perdió en 1» rueda), disputó exhibiciones en 2008 y estuvo como capitán de los equipos suecos de la Davis en 2006 y 2008. En agosto del año pasado, cumplió 50 años, pero compartió varias temporadas del tour con Guillermo Vilas (62) y su récord ante el zurdo es 7-1, incluida la final de Roland Garros 1982. Con Batata Clerc (56) se enfrentó cinco veces y ganó tres. “Yo tenía un póster de Vilas en mi cuarto -dijo quien ingresó en el Salón de la Fama en 2002-. También de otros, pero Guillermo solía ser uno de mis favoritos porque no podíamos alentar a Björn Borg, ya que era sueco. Era más cool alentar a Vilas o a Connors. Conocerlo a Guillermo cuando yo era un adolescente, fue emocionante. Después jugué partidos y con el tiempo el respeto fue diferente. Lo hice como jugador y no como persona; le quería ganar. Y cuando dejé de jugar y lo volví a ver, me generó la misma sensación de la primera vez. Es más grande que yo y en el tenis a la persona de más edad se le tiene respeto. Incluso Roger Federer tiene más respeto por Borg que Borg por él. Es una dinámica interesante.”
-La base de datos de la ATP presentó problemas y se está evaluando la chance de reconocer a Vilas como N° 1. ¿Qué piensa?
-Es justo que Vilas sea reconocido como número 1 porque ha sido el mejor en 1975. Apoyo que el ranking en general sea corregido; muchos jugadores que tuvieron un ranking diferente al que debieron haber tenido, si es que todo hubiera sido bien contabilizado. Y no fue así. Espero que la ATP analice minuciosamente la situación, porque al ser un ranking computarizado, no hay lugar para errores. Si eso ocurre y Vilas fue el N° 1, lo merece. Pero se trata también de otros que fueron 10 en vez de 11. Y es una gran, gran diferencia.
-¿Cómo compara a las leyendas de su época con las actuales?
-Por supuesto que McEnroe, Connors y Nastase fueron muy importantes para el tenis, pero creo que es mejor tener buenos muchachos en la cima. Como Roger, Rafa [Nadal] y Novak [Djokovic], que tratan constantemente de ser amables y son grandes embajadores. Son estrellas internacionales y no sólo jugadores de tenis. McEnroe fue un jugador de tenis; en cambio, Federer juega al tenis, pero es más un gran atleta profesional. Es mejor de la manera actual. Y mientras tengas el sistema de desafío [Ojo de Halcón] vamos a tener más buenos muchachos y menos McEnroes [sonríe].
-¿Cómo ha evolucionado el tenis desde que dejó de competir?
-Hoy no es sólo un tema de potencia, como solía ser hace unos años. Creo que los jugadores están tratando de buscar alternativas. Hay otro ciclo de evolución. El revés a una mano no está desapareciendo; es más, está volviendo. Después, Wawrinka, Federer, Djokovic y Murray están tomando más la red. La evolución del juego está en constante cambio. En mi época y en la de Vilas, era de una manera. Luego llegó Becker y se volvió un juego de potencia. Después vino Sampras, Agassi e Ivanisevic, y le pegaron aún más duro. Le siguieron Federer y Hewitt, que lo cambiaron un poco. Y siempre va a estar en constante cambio. Creo que la parte romántica de los años 80 consistía en que había un montón de jugadores que podían ganar un Grand Slam. Hoy, si hay algo negativo, es que cuando vas a un Grand Slam, usualmente, está entre tres nombres el ganador.
-Usted es un símbolo en la Copa Davis. ¿Cómo describiría ese ambiente? ¿Cree que se tiene que modificar la periodicidad con la que se juega?
-La atmósfera que se vive en la Copa Davis es inigualable. Es una gran sensación jugar sabiendo que en cada punto el público gritará o alentará en favor o en contra; es muy emotivo. Pero no tener a los mejores jugadores en la Davis es algo malo. Entiendo que no quieran jugar todos los años, pero entonces se necesita cambiar las reglas para que todos se mueran por jugarla.
-Hoy, el mejor tenista sueco es 190° [Elias Ymer]. Sin embargo, un japonés [Kei Nishikori] el año pasado jugó la final del US Open. ¿Qué está pasando?
-Por entonces teníamos jugadores de Suecia, Argentina, Estados Unidos, Francia, Checoslovaquia, Alemania, España a veces, y Australia. Y no había nada más. Hoy están Japón, Croacia, Serbia. Hoy el tenis es un deporte global. No sé cuánta gente tiene la oportunidad de jugar al tenis en la Argentina, pero no creo que necesariamente tengan que tener dos jugadores en el top ten para hacerlo. Antes, hubiera sido una locura pensar en un japonés en la final del US Open. Pero hoy la historia del tenis no tiene que ser parte de tu país: gracias a los medios y, por ejemplo, a YouTube, que te permiten encontrar tenis donde quieras que estés. Lo ponés en la notebook y tienes Federer. No era posible antes. Por entonces, se necesitaba de la tradición para ser un gran jugador. Pero hoy ya no.
-¿Qué tenista del circuito actual lo cautiva más?
-Me encanta ver jugar a Federer, pero mucho más ahora que antes. Porque ahora sabés que va a jugar partidos ajustados, que va a tener que luchar de una manera diferente a la que solía hacerlo antes, que va a intentar tomar la red más que antes. También me gusta ver a Stan Wawrinka, porque cuando juega bien, no hay una persona en todo el mundo que le pueda ganar. La parte emocionante es que no juega bien todo el tiempo. Creo que entre ellos dos está quien me gusta más ver jugar.
LA NACION