Cómo piensan los exitosos, Principio 5: descubra las ventajas de ponerse metas

Cómo piensan los exitosos, Principio 5: descubra las ventajas de ponerse metas

Por Carlos Mira
Hemos repasado ya 4 principios de la gente exitosa. Hoy echaremos un vistazo al quinto: Las ventajas de establecer metas.
Luego de haber descubierto nuestro propósito en la vida, debemos clarificar en nuestra mente cuáles son nuestras necesidades y deseos para transformarlos en metas específicas y medibles. Luego hay que actuar con la certeza de que somos capaces de alcanzarlas. El cerebro es un mecanismo de perseguir metas; cualquier meta que ud le ordene a su subconsciente, éste trabajará noche y día hasta alcanzarla.
Las metas que se ponga deben reunir dos criterios para gatillar ese poder de su mente:
n 1. Cuánto
n 2. Cuándo Por ejemplo “pesaré 70 kg para el 15 de junio de 2015”. El ‘cuánto’ pueden ser kilos, páginas, dólares, puntos, metros cuadrados, etcétera. El ‘cuándo’ debe ser una fecha cierta y precisa.
Recuerden: metas vagas producen resultados vagos: hay que ser lo más descriptivo posible en la enunciación de la meta. Por ejemplo, si se trata de tener un determinado automóvil para determinada fecha, la descripción del auto debería contener su marca, el modelo, el color, el año y la mayor cantidad posible de características.
Una vez que estableció sus metas (que pueden cubrir distintos aspectos de su vida -trabajo, relaciones sociales, sentimentales, disponibilidad económica, etc) debe escribirlas, creando una especie de ‘libro de metas’. No es suficiente con tener una meta. No sirve escribir: “Seré feliz el 20 de agosto de 2015”. No. Escriba tantas metas como realmente pretenda lograr en su vida. Si supera las 100 metas, mejor.
En el camino de alcanzar sus metas pueden presentarse inconvenientes. Los dividiremos en ‘consideraciones’, ‘miedos’ y ‘trabas’.
Llamamos ‘consideraciones’ a aquellos pensamientos razonables que pueden aparecer frente al establecimiento de una meta. Supongamos que ud se puso como objetivo doblar sus ventas en un año. Puede que aparezcan pensamientos como “voy a tener que trabajar el doble, entonces pasaré menos tiempo con mi familia” o “¿cuántos compradores marginales extra realmente podré conseguir para facturar el doble?” O si su meta es correr una maratón (para probar que este sistema no solo se aplica a cuestiones de trabajo) pueden aparecer ‘consideraciones’ como “me puedo lastimar” o “quizás me dé un ataque al corazón”. Muy bien estos son todos pensamientos a los que precisamente se los puede enfrentar si los trae a la superficie.
Los ‘miedos’ son sentimientos. Puede tener miedo a fallar o a quedar como un tonto o a dañarse emocionalmente. Del mismo modo debe doblegar esos arranques haciéndose fuerte en su deseo y en su camino. Recuerde Edison fracasó unas 2000 veces antes de inventar la lámpara incandescente.
Finalmente las ‘trabas’ son circunstancias exteriores (falta de dinero, disposiciones del gobierno, falta de un socio, etcétera) que pueden bloquear sus metas. Contra ellas debe oponerse el ingenio y la voluntad. Pero recuerde: si la meta está claramente expresada en el ‘cuánto’ y en el ‘cuándo’ su cerebro buscará la manera de vencer tanto las consideraciones, como los miedos y las trabas.
Finalmente una sugerencia dentro de este principio. Decíamos hace un momento que hay que escribir la mayor cantidad de metas posible cubriendo todos los aspectos de nuestra vida (trabajo, condición económica, estado patrimonial, relaciones matrimoniales, relaciones sociales, estado físico, cuestiones deportivas, etc) Pero una vez hecho esto debemos revisar el listado y encogerlo a un set de metas medibles, especificas, chicas y cortas en el tiempo. Eso le dará un doble beneficio: verá que puede concretar lo que se propone en el tiempo que lo dispuso y le permitirá avanzar en el sentido de las metas mayores. Las metas chicas permiten empezar y empezar es el gran secreto para conseguir cosas.
Decía Mark Twain: “El secreto de avanzar es empezar. Y el secreto de empezar es romper el complejo de metas gigantes y complejas para transformarlas en metas simples y manejables. Una vez hecho esto se debe empezar por la primera.”
EL CRONISTA