El intercambio de casas en vacaciones, una tendencia que crece en la Argentina

El intercambio de casas en vacaciones, una tendencia que crece en la Argentina

Por Ximena Casas
Pasar las vacaciones en París, Nueva York o en las playas de Brasil sin gastar en el alojamiento no es un sueño. Varios argentinos ya lo lograron gracias al sistema de intercambio de casas, una modalidad turística popular en Europa y en los Estados Unidos y que de a poco comienza a crecer también en América latina.
Se trata de plataformas online donde personas de todo el mundo intercambian sus viviendas y pueden viajar sin pagar hoteles o alquileres, pero deben estar dispuesto a dejar su propia casa a disposición de otros viajeros. “El año pasado hemos notado un incremento en el número de viviendas que se ofrecen en la Argentina y también en América latina”, explicó Violeta Díaz, representante de la red IntercambioCasas.com para España y América Latina, donde hoy hay 214 argentinos que ofrecen sus casas para intercambio. La red es la versión en español de HomeExchange.com, que nació en California y tiene una base de datos de 60.000 casas en 150 países.
“El perfil de los argentinos que están en la red se corresponde al del resto del portal. Tienen un nivel educativo medio alto y buen poder adquisitivo. Hay parejas con hijos, porque una de las ventajas es que se pueden buscar casas equipadas para recibir niños para evitar trasladar accesorios como cunas. También hay personas jubiladas”, señaló Díaz. Para ser miembro se debe pagar anualmente una cuota de u$s 120 y, una vez encontrado un socio para intercambiar casas, firmar un acuerdo donde se detallan las fechas de estadía y la forma de entrega de las llaves. Las viviendas disponibles están agrupadas “temáticamente” para facilitar la búsqueda: viajes con mascotas, diversión familiar, paraísos gourmet o esquí, entre otras.
Una de las redes pioneras en el mercado local es Intervac, de origen europeo. “En la Argentina tenemos de 30 a 50 miembros por año. Nuestra organización tiene 65 años y su crecimiento es muy paulatino, ya que buscamos la seguridad de los socios. Es un boca a boca de que tuvo la experiencia y convence a alguien”, subrayó Claudio Polito, representante local. Los socios pagan un fee anual de 70 euros y los más interesados por la Argentina son franceses y canadienses.
“Los socios son personas abiertas para las que su casa no es un búnker o su objeto más preciado. Los argentinos son renuentes y los que lo hacen son, en general, personas que previamente tuvieron alguna experiencia de intercambio en el exterior, como estudiantes, por ejemplo”, advirtió Polito. En su caso, intercambió su casa con socios de Estados Unidos, Brasil y España y viaja en familia, con sus hijos. “Somos cuatro y pudimos recorrer ciudades de Europa pagando sólo pasajes y comida. De otra forma no lo hubiéramos podido hacer”, contó.
Para asociarse, la vivienda debe cumplir con ciertos requisitos de confort, equipamiento y servicios disponibles. Y los anfitriones deben seguir reglas como dejar su casa limpia y ordenada, reubicar en un lugar seguro los objetos y documentos de valor, organizar los armarios para que los huéspedes tengan espacio libre y dejar por escrito instrucciones para los electrodomésticos, una lista de amigos y familiares que pueden asistir a los visitantes, direcciones de restaurantes, negocios, centros de salud y lugares turísticos.
EL CRONISTA