26 Jan Millones en juego: las ganancias sin fin de los astros del deporte
Por Martín Castilla
Cuando Diego Armando Maradona desembarcó en Napoli para ser más venerado que San Genaro, el mundo se asombró por las cifras de su contrato. El acuerdo incluía una prima de US$ 800.00, un millón por publicidad y 400.000 por partido amistoso. Fue en 1984.
Treinta años después, Barcelona, el club que transfirió a Maradona al fútbol italiano, le renovó el contrato a Lionel Messi por séptima vez. El crack argentino ahora cobra 25 millones de dólares, es decir, 31 veces más que Maradona.
Messi está 4° en el mundo entre los deportistas que más dinero ganaron entre junio de 2013 y junio de este año. Llegó a 65 millones de dólares, incluyendo los ingresos por primas, sueldos, contratos extras, publicidad, royalties y cachets por presentaciones, según el ranking anual que elabora la revista Forbes.
¿Quién es la estrella deportiva que más dinero ganó o gana hoy? La respuesta puede tener más de un nombre. Y todos correctos. El orden dependerá del parámetro que se tenga en consideración. Épocas, momentos, circunstancias, concepto de los ingresos. Las cifras varían. Lo que no cambia es la tendencia.
Las ganancias se multiplicaron hasta términos increíbles a medida que avanzó el profesionalismo. De ayer a hoy, no sólo se modernizaron o mejoraron los estadios, la preparación física y deportiva, la indumentaria. La globalización del deporte, su difusión por todos los medios, formó y alimentó personajes, ídolos, figuras y, en consecuencia, los ingresos. Y en todos los sentidos, más desde que la competencia se hizo espectáculo y éste le abrió las puertas al negocio, que encumbró a Tiger Woods como el N° 1 en ganancias.
Sin contabilizar los ingresos de este año, el norteamericano obtuvo desde su irrupción, en 1996, 1300 millones de dólares por todo concepto. A lo largo de su carrera, el cordobés Ángel Cabrera acumuló por premios oficiales 13.693.729, incluidos los del US Open 2007 y el Masters de Augusta 2009. Aun así, lo del Pato es infinitamente superior a las recompensas en los años del mejor golfista argentino de todos los tiempos, el maestro Roberto De Vicenzo.
Quién mejor que él para graficarlo. “Antes del Open Británico de 1967, en las casas de apuestas yo pagaba 70 a 1 y aposté 100 libras por mí. Gané 7000 libras, ¿sabés las cosas que podía hacer con esa plata. En cambio, el premio que recibí por el torneo fue de 2100 libras [3400 dólares de hoy]”, contó De Vicenzo el año pasado, cuando cumplió 90 años.
Hace 40 días, el golfista norteamericano Billy Horschel vio crecer su cuenta bancaria en 13.477.333 dólares, tras arrasar en la FedEx Cup, un premio que parece exorbitante. Pero esa sensación desaparece apenas se recuerda un dato: el N° 1 del ranking actual, el norirlandés Rory McIlroy, sólo por un contrato con Nike firmado en 2013 por 10 años recibirá 200 millones de dólares.
Únicamente el séptuple campeón de Fórmula 1 Michael Schumacher, con 1257,6 millones de dólares, y el fenomenal basquetbolista Michael Jordan integran con Tiger el club de los más ricos de la historia. El mejor contrato del piloto alemán fue por 43 millones de dólares, pagados por temporada cuando corría para la escudería Benetton, a principios de los 90. Aunque cuando pasó por Ferrari percibía menos, sus ingresos treparon exponencialmente por los acuerdos de merchandising que suscribió con la casa de Maranello. Los productos comercializados con la imagen de Schumacher llegaron a ser unos 350. En su segunda etapa en la máxima categoría, el austríaco Niki Lauda, que fue jefe de equipo de Schumy cuando volvió a la F.1 en Mercedes-Benz, recibió US$ 1.300.000 por año de McLaren, team con el que obtuvo el título por tercera vez en 1984.
Tuvieron que pasar 45 años para que cayera, en 2002, el récord de cinco campeonatos conquistados por Juan Manuel Fangio. Es un secreto guardado hasta hoy cuánto fue el aporte del gobierno peronista para que el balcarceño compitiera en Europa. Fangio nunca mencionó cifra alguna, pero siempre se comentó que por participar en una carrera fuera de contrato, como invitado, por ejemplo en las 24 Horas de Le Mans, podía recibir “la fortuna de. 1500 dólares”. Fernando Alonso, el piloto mejor pago hoy, completará con Ferrari un contrato anual por 22 millones de dólares, que se elevan a 40 millones por sus acuerdos con Banco Santander, ING y Telefónica.
Jordan, propietario de los Charlotte Bobcats, con un porcentaje accionario del 80 por ciento, sigue facturando. Tras dos años con los Wizards, dejó el básquetbol en 2003. Es el deportista retirado que encabeza la lista de ganancias. Este año acumula 47 millones de dólares. La Jordan Brand, en asociación con Nike, domina más de la mitad del mercado de venta de zapatillas deportivas en los Estados Unidos. Su fortuna se calcula en 1000 millones de dólares. Luis Scola, el argentino con mejor salario en la NBA, recibe 11.041.037 dólares por temporada. De ellos, 4,5 millones los aporta Indiana. El resto todavía lo solventa Houston, su anterior equipo. Manu Ginóbili tiene un contrato por 7 millones de la moneda estadounidense en San Antonio Spurs.
Números irrisorios. Los de antes comparados con los del presente. Cifras insignificantes, las de ahora trasladadas a un futuro no muy lejano. Por caso, este año Floyd Mayweather fue noticia no sólo por su talento boxístico. También trascendió por sus ganancias y la ostentación que de ellas hizo. Las fotos que subió a su Twitter envuelto en montones de billetes, a bordo de aviones privados, en lujosas mansiones o sobre los autos más caros recorrieron el mundo.
La revancha con el argentino Marcos Maidana, en Las Vegas, le significó una bolsa de US$ 32 millones sólo por pisar el ring. Entre los patrocinantes del campeón mundial de los welter, y por lo tanto quienes financian su carrera, están Corona y O’Reilly-Auto Partsas. No hay precisiones sobre lo que aporta cada uno. Sí se sabe que por la comercialización del pay per view (PPV) de la pelea con el “Chino”, Mayweather logró el mayor ingreso: su cuenta bancaria se incrementó en unos 88 millones de dólares. Es decir que sólo por los 12 rounds del 13 de septiembre embolsó al menos 120 millones de dólares, bastante más que los 105 millones de dólares que lo colocaron 1° en la escala de los profesionales del deporte que más ganaron en los 365 días previos al 30 de junio último. Desplazó a un habitual ocupante de ese lugar, Tiger Woods, ahora sexto, con 61 millones de dólares.
Maidana, en cambio, tuvo un seguro de bolsa de 3 millones de dólares, registrado en los contratos expuestos por la Comisión Atlética de Nevada. Pero además, en su favor, contó con un porcentaje de la venta del PPV (entre 1 y 2 dólares por abonado). En 1983, el cordobés Santos Benigno Laciar recibió por tres defensas de la corona del mundo de los moscas -fueron nueve en su carrera- unos 247.000 dólares. Ese mismo año, Juan Domingo “Martillo” Roldán percibió 395.000 en moneda estadounidense por dos combates en busca del cinturón mundial de los medianos.
En el grupo de los diez primeros en ganancias del período que toma Forbes, la segunda posición es para Cristiano Ronaldo, con 80 millones. Él y Messi son los únicos futbolistas dentro del top ten.
La rivalidad entre los dos tuvo muchos capítulos desde que ambos se encumbraron en la cima del fútbol mundial. Claro que son dos íconos contrapuestos en el competitivo mercado que excede las canchas.
El portugués siempre apeló a una exposición alta y, a partir de ella, generó un imperio. El argentino hace culto de una estrategia publicitaria más controlada y en la búsqueda de un perfil más aplicado y en un tono neutro. El mejor jugador de la última Copa del Mundo, como otros futbolistas estrella, cede un porcentaje considerable de los “derechos de imagen” a su club. No por nada Barcelona le fijó la cláusula de rescisión en 315.700.000 dólares.
Está claro que las condiciones económicas de las ligas europeas poco tienen que ver con el fútbol argentino. Ayer y hoy. Sin entrar en consideraciones ni características técnicas, sólo tomando en cuenta sus ingresos económicos, queda en evidencia el enorme incremento que han sufrido los valores que perciben los jugadores. Hoy, en el torneo doméstico, los futbolistas mejor pagos son Fernando Gago y Agustín Orion, ambos de Boca y con ingresos anuales de un millón de dólares.
En River, el ranking lo encabeza Jonathan Maidana, con US$ 850.000. Quien gestionó la llegada del zaguero a Núñez fue el ex presidente Daniel Alberto Passarella, que cobraba alrededor de US$ 500.000 anuales en su época de defensor en Fiorentina, entre 1982 y 1986.
En la década del 80, uno de los contratos más caros del fútbol argentino lo pagaba Independiente. Se justificaba. El destinatario era su ídolo máximo, uno de los pocos jugadores hacia fines del siglo XX que nunca cambiaron de camiseta. Ricardo Bochini cobraba 63.100 dólares por año.
Aunque la mayoría de los deportistas argentinos no está cerca de las máximas figuras del mundo por dinero embolsado, hay vida detrás de Messi. Ángel Di María, protagonista del pase récord para un futbolista de nuestro país. Manchester United, que hace un par de meses le pagó a Real Madrid casi 100 millones de dólares por su transferencia, suscribió un contrato anual con el rosarino por 15 millones de dólares.
Lo siguen dos delanteros: Sergio Agüero, en Manchester City, con 12 millones, y Carlos Tevez, en Juventus, con 9 millones. Entre los argentinos, el único en mezclarse entre los más ricos del fútbol es Luis Scola. Los poco más de 11 millones de dólares que recibe el ala pivote de Indiana están lejos de los 72 que embolsa LeBron James. Tercero en el ranking general, el número 1 en ganancias de la NBA no está solo como basquetbolista en la decena más millonaria: Kobe Bryant ocupa el 5° lugar, con 62 millones de dólares.
El del tenis es otro mundo que refleja como pocos la explosión económica del deporte. Roger Federer terminó el ciclo de junio 2013 a junio 2014 séptimo entre quienes más dinero obtuvieron. Fueron, por todo concepto, 55 millones de dólares, pese a los contratiempos físicos y la falta de confianza. Este año, con una sensible mejora de rendimiento, sobre todo a partir de la final de Wimbledon, no computada en el informe de Forbes, se estima que ya igualó esa cifra. En total, el suizo habría acumulado 600 millones de dólares.
El contraste con otros tiempos es elocuente. Asombra. Jimmy Connors, con 110 títulos el tenista más ganador de la historia, sumó en premios oficiales a lo largo de toda su carrera 8.641.040 dólares, la décima parte de los 86.075.708 que por el mismo rubro acumula Federer.
En su mejor año, 1977, Guillermo Vilas cosechó 1.066.065 dólares. El mejor tenista argentino de todos los tiempos, con 62 títulos, cuatro de Grand Slam, totalizó 4.923.882. Juan Martín del Potro, ganador de 18 certámenes, incluido un US Open, registra 15.345.947 dólares.
En el informe anual de Forbes ninguno de los primeros 10 lugares lo ocupan mujeres. Pero las primeras que figuran son tenistas. La china Li Na y la rusa Maria Sharapova, ambas con 24 millones, aparecen 14ª y 15ª. Enseguida está Serena Williams (16ª, con 22 millones).
Que el fútbol americano mueve millones y millones de dólares no es novedad. Quien más recauda entre quienes lo juegan es Peyton Manning, figura de Denver y del último Super Bowl. Esta temporada acumula 27 millones de dólares, 12 de los cuales provienen de sus contratos con marcas como Buick, DirecTV, Gatorade y Papa John, una cadena de pizzas de la que Manning es accionista y tiene una opción de compra de 25 tiendas en Denver.
Millones, dinero, récords, todos avasallantes. Conviven con el deporte, lo alimentan y potencian. Sus estrellas ganan en las canchas, en las pistas o en un ring. Mucho más ganan afuera. Pero nada alcanza para comprar la gloria. Sencillamente porque no tiene precio.
LA NACION