“Uno decide qué armas tomar, yo elijo la música”

“Uno decide qué armas tomar, yo elijo la música”

Entrevista a la actriz y cantante Brenda Asnicar, protagonista de la popular tira juvenil, “Cumbia Ninja”.

¿Hacés tu propia ropa?
–Sí es un hobby. El día de mañana me gustaría tener un emprendimiento de moda: diseño para chicas de ropa linda, de buena calidad y que no sea muy costosa. Ofrecerle a la gente algo accesible. Tengo muchos vestidos, pero es mucho más barato hacerlos uno.Me gustaría que todo el que deseé vestir bien pueda hacerlo y no sea tan caro. La industria de la moda no me gusta, los stocks, los locales, lo poco que le pagan a la gente que realmente hace las prendas. Cuando lo importante es que la tela sea suavecita, linda y cómoda. Me gusta la ropa guerrera para todos los días y que quedés con onda, no importa la situación. –¿Cuán importante es la formación en tu carrera?
–Mucho. Yo me apoyo mucho en los que saben. Siempre pregunto todo. Desde mi profesora de teatro de toda la vida hasta los productores y ni hablar del director o los músicos que me acompañan. Aprendí que para la profesión hay que observar todo lo que nos rodea en la vida, las películas, el laburo de otros actores. Yo para hacer lo que hago me dedico a full. Aprendí algo de chino mandarín, perfeccioné el inglés, aprendí a hablar neutro, hasta un poco de artes marciales. Son los desafíos que uno asume para componer personajes. La formación es clave para después ir adquiriendo entrenamiento actoral e ir trabajando cada vez mejor –¿Trabajás desde chica?
–Trabajo desde los once años. Siempre quise cantar, bailar, actuar. Igual cada vez que se enfrenta un escenario, o la cámara, uno se llena de miedos, inseguridades, dudas, pero está bueno enfrentarse. Sentirlo y volver a ser una niña que se atreve a jugar. –¿Alguna vez dijiste que no te gusta encasillarte?
–Siempre quiero cosas distintas porque me nutren como persona. Ahora me siento bien plasmando una realidad que se vw (y se vive) en todo Latinoamérica (se refiere al programa Cumbia Ninja): historias de los barrios marginales que son explotados por mafias y por el horror del narcotráfico. Está bueno que lo que uno hace tenga un mensaje. Porque es decirles a los que vean tu trabajo: no creas al gobierno o a la prepotencia del mercado, si no sé tú mismo y luchá por tu sueño, tenés que luchar por lo que es correcto para vos, desde tu punto de vista. –¿Vos luchás por eso?
–De alguna manera sí. A través de personajes y canciones, pero sí. Me gustaría darle voz a la gente ignorada, que no tiene casa, ni ningún derecho de los que muchos damos por obvios. Me di cuenta de que hay mucha gente que no tiene la chance de viajar y de saber idiomas, o de hacer miles de cosas porque su contexto no se lo permite. Entonces sale, se droga, roba, encuentra ahí una manera de identificarse con su realidad. Me gustaría que mi trabajo los incentive a hacer cosas como cantar y bailar, que no es dañino. Uno decide que armas tomar para la lucha, yo tomo la música como arma, y está buenísimo. –¿Sentís una responsabilidad por salir en los medios?
–Creo que nos escucha y nos ve mucha gente, y eso es una responsabilidad. Es importante mostrar una realidad que no todo el mundo cuenta porque la realidad te pega un cachetazo si ves todo color de rosa. Yo pasé de ser la reina de las “Divinas” de Patito feo, a reinventarme y explorar un universo nuevo. Eso me deja conforme. Creo que todos deberíamos hacerlo. –Tu hermano milita en el Partido Obrero, ¿compartís su mirada?
–Comparto muchas de sus opiniones pero él está más formado y respeto todo lo que él dice. Coincidimos en que el mundo se está poniendo bravo. Y no hay que mirar al costado. Pasan cosas atroces y las dejamos pasar como normales. Mi hermano es militante y lo respeto porque hay muchas cosas de los planteos que él hace que son acertados y son en defensa de los trabajadores, y como sociedad eso nos beneficia. –¿Nunca te echa en cara que trabajás en una industria a la que no parece importarle mucho la revolución?
–No. Echarse en cara la industria de la que participás me perece ridículo, es lo que yo elegí y no hago nada malo. No tiene sentido.
Creo que hay que valorar que desde lo que yo hago se puede transmitir un mensaje para que todo sea mejor, o que hay una salida. Todos deberíamos tener la misma chance a estudiar, a formarnos, a ser feliz. Superarse y salir adelante sin que te lo impidan. Porque más allá de ser cantante o encarnar personajes hay que tener corazón y sentir. No vivir en una burbuja.
TIEMPO ARGENTINO