12 Jan Por qué el legado del colombiano está en la Universidad de Texas
Son unas 40 cajas de cartón atadas con plástico que ocupan un total de 2,6 metros cúbicos. Allí adentro se atesora la colección personal de objetos y manuscritos que Gabriel García Márquez guardaba en su casa de México DF. Así llegó el 16 de diciembre al Harry Ransom Center, en el campus de Austin de la Universidad de Texas, en Estados Unidos, según informó el diario español El País. Dieciocho personas, agregó el periódico, ayudaron a abrir las cajas. Tardarán un año en catalogarlo y dos en poder enseñarlo. La Universidad de Austin, por su parte, dio a conocer un comunicado con las características del archivo, que abarca más de medio siglo e incluye manuscritos originales de diez libros, desde Cien años de soledad (1967) y El amor en los tiempos de cólera (1985) a Memoria de mis putas tristes (2004). También, más de 2000 cartas; entre ellas, las que intercambió con Carlos Fuentes y Graham Greene. A esto se le suman los borradores de su discurso al aceptar el Premio Nobel en 1982 y más de 40 álbumes de fotografías recopilados durante casi nueve décadas. Y por si faltaran objetos capaces de dar cuenta de la vida de Gabo, allí también están las máquinas de escribir Smith Corona y las computadoras en las que dio forma a algunos de los trabajos literarios más queridos del siglo XX. Además se incluyen álbumes de recortes de periódicos de Latinoamérica y el mundo que recopilan meticulosamente su carrera.
García Márquez murió el 17 de abril en su casa de México a los 87 años. La venta había comenzado a negociarse en diciembre de 2013 por iniciativa de la familia, y terminó de concretarse en julio de 2014. Finalmente, el 24 de noviembre el Harry Ransom Center anunció la compra del archivo personal del Nobel colombiano. Fue entonces cuando una pregunta recorrió Latinoamérica: ¿Texas? ¿En serio? Para entender esta decisión es necesario situar la Universidad como un reservorio de las letras latinoamericanas aunque también se atesoran allí materiales de escritores de todo el mundo. Tal es el prestigio del Harry Ransom Center que escritores como John Coetzee decidieron legarle sus papeles en vida. Norman Mailer comenzó a enviar sus escritos dos años antes de morir. También están allí los papeles originales con los que Bob Woodward y Carl Bernstein investigaron el escándalo Watergate. Se pueden consultar sus libretas de reporteros, llenas de teléfonos y notas apresuradas.
Stephen Enniss, director del Harry Ransom Center, le dijo a El País que la idea es adquirir el archivo “para hacerlo accesible”; esto es, transformarlo en un espacio de consulta para el público interesado. De hecho, la institución fue fundada en 1957 con vocación de centro de investigación. Compró, entre otros tesoros, una de las cinco biblias completas de Gutenberg que existen en Estado Unidos y tres copias del Primer Folio de Shakespeare. “Se buscaba ese tipo de nivel”, señala Enniss. Hoy posee más de 40 millones de papeles, entre ellos 38 mil cajas de manuscritos.
“Cuando una colección viene aquí trae consigo esa pregunta: ¿Por qué a Texas?”, reconoce Charles H. Hale, director del Instituto Teresa Lozano de Estudios Latinoamericanos (LLILAS) de la Universidad. Este instituto, que también integra la Universidad de Austin, asesoró en la compra y participará en la catalogación del archivo de García Márquez. La Universidad de Texas es conocida en el ambiente académico estadounidense como la que tiene más especialistas en América Latina del país. La compra de este archivo, “transmite el compromiso de la universidad con Latinoamérica. Nuestro reto es asegurarnos de que el estudio va a involucrar a instituciones latinoamericanas”, señala Hale.
El archivo García Márquez estará al lado del trabajo de los escritores más notables del siglo XX, como Jorge Luis Borges, William Faulkner y James Joyce, todos ellos influyentes en el trabajo de García Márquez. Ennis aseguró: “Esta adquisición representa una importante extensión de los archivos literarios del Centro. La influencia de García Márquez sobre la novela en la segunda mitad del siglo XX es tan importante como la de James Joyce en la primera mitad.”
Otros ganadores del Premio Nobel cuyos trabajos se encuentran en las colecciones del Centro Ransom son Samuel Beckett, T. S. Eliot, Ernest Hemingway, Doris Lessing, George Bernard Shaw, Isaac Bashevis Singer, John Steinbeck y W. B. Yeats.
El caso de Coetzee es interesante porque revela la importancia de un archivo de estas características. Allí hay cuatro versiones distintas del principio de Vida y época de Michael K. Comparando las versiones, se aprecia que el Nobel sudafricano empezó la novela con la madre de Michael K. hablando en primera persona. Luego probó con el niño hablando en primera persona. En una versión, la mujer no era la madre del protagonista, sino su abuela. En este rincón de la Universidad de Austin se puede entrar en una sala de lectura y pedir todas estas versiones. “Este es el tipo de material que queremos”, dice Barnard. “Un investigador abre esto y puede pasar horas estudiando el proceso creativo de este autor. Imagine lo útil que es esto para los estudiantes. Coetzee no hizo esto a la primera, probó varias veces hasta que dio con la forma de escribirlo.”
El Harry Ransom Center recibe 10 mil investigadores al año en su sala de lectura. A partir de ahora, habrá muchos más hispanohablantes. Y es que los papeles del periodista y Nobel colombiano serán un imán para los investigadores, especialmente latinoamericanos.
En otras ocasiones, se ha hecho pública la cifra del acuerdo económico (una de las más recientes 2 millones de euros por el archivo de Norman Mailer), pero no esta vez. “Soy un director nuevo y creo que mantener esa cifra en secreto ayudará a futuras negociaciones”, dice Enniss. “Cuando una cifra se hace pública, la gente asume que su archivo vale eso mismo que ha leído.” La agencia Associated Press ha exigido la publicación de la cifra basándose en las leyes de transparencia de Texas. El centro sólo cederá si se lo ordena la fiscalía. En todo caso, la oferta a la Universidad de Texas fue exclusiva. La familia de García Márquez ha dicho que eligió el Harry Ransom por su condición de referencia mundial en la conservación de manuscritos.
TIEMPO ARGENTINO