11 Jan Toulouse-Lautrec, el pintor de Montmartre y la noche de París
Por Ignacio Gutiérrez Zaldívar
A principios de noviembre se cumplieron 150 años del nacimiento de Henri de Tolouse-Lautrec, el pintor francés nacido en noviembre de 1864, y en su honor se realizaron varias exposiciones.
A los 14 años Tolouse-Lautrec se resbaló en el living de su casa y sufrió la fractura de los dos fémures, y su estatura se estancó en 1,52 metros, con el torso de un adulto y las piernas de un adolescente.
Comenzó a pintar y dibujar, y su familia, que había pensado en él como un hombre del ejército o diplomático, accedió a que vaya a París a estudiar pintura, primero con Bonnat y luego con Cormon.
Vivió en Montmartre y su estudio se encontraba cerca del de Degas, que influyó mucho en su dibujo. Además, se hizo amigo de Van Gogh.
Su mundo fueron los cabarets y prostíbulos, y los más visitados fueron el Moulin de la Galette y el Moulin Rouge.
Adquirió fama con sus afiches para los espectáculos y los lugares de baile. Llegó a realizar 363 de este tipo, con lo que se transformó en un precursor de la publicidad mural.
Nunca le interesó el paisaje como a los impresionistas y es la figura el tema absoluto de su obra, sobre todo dibujos, acuarelas y litografías. Sólo realizó 737 óleos y pasteles, además de 5000 dibujos y 275 acuarelas en sus 20 años de actividad.
Con problemas psiquiátricos y de delírium trémens, fue internado a los 36 años. Su adicción al alcohol y la sífilis también contribuyeron a su descalabro.
Sólo realizó una exposición importante en su vida. Fue en Londres en 1898, en la galería Goupil, y no fue bien recibida por la crítica británica.
Toluse-Lautrec falleció en Albi, su ciudad natal, donde en 1922 se creó el Museo en su honor, con un millar de sus obras.
En Buenos Aires se atesoran dos importantes obras en el Museo Nacional de Bellas Artes, una donación de Antonio Santamaria que tenía una buena colección de sus obras. Se trata de un óleo de 1901, el año de su muerte, titulado “En Observación” que son dos militares en maniobras, y una tempera y acuarela bellísima que es el retrato de Suzanne Valadon, colega pintora y vecina en París, quien también fuera la madre del sufrido Maurice Utrillo.
Pocas obras aparecen en el mercado. La semana próxima se ofrecerán 12 litografías que esperan se vendan u$s 1 millón, y dos pequeños dibujos similares a los robados de nuestro Museo Nacional hace una década.
Su cotización no sufre grandes variaciones y en los últimos 14 años sus precios han subido solamente un 43 por ciento. La obra más cara vendida fue hace 9 años en Nueva York, un óleo de 93x75cm vendido en 22,5 millones de dólares.
“La blanchisseuse” de 1887, una acuarela y pastel de una bailarina en descanso, se vendió en u$s 14,5 millones en 1997, equivalentes a u$s 21,5 millones actuales. Unas diez obras se han vendido en más de 10 millones de dólares.
Recordarlo como el hombre de la noche parisina creo que es de Justicia.
EL CRONISTA