La ciudad afrancesada de España

La ciudad afrancesada de España

Por Giorgio Benedetti
En el norte de España, en la costa del golfo de Vizcaya y a 20 kilómetros de la frontera con Francia, se alza uno de los destinos europeos de veraneo por excelencia: San Sebastián. Su bahía circular bañada por las aguas cristalinas del Mar Cantábrico y sus playas de arena blanca han atraído, a lo largo de la historia, a turistas de todo el mundo. Durante la Belle Époque -su época de esplendor- la reina de España, María Cristina, estableció allí la residencia real de verano. Afortunadamente, los vestigios de este pasado glamoroso y sofisticado aún hoy se pueden apreciar entre las calles y edificios de la ciudad.
Uno de los principales atractivos turísticos de San Sebastián es La Concha, una de las playas urbanas más famosas de Europa, rodeada por lujosas mansiones que se elevan en la colina y el prestigioso spa de agua marina La Perla. Allí se aprecia en vivo la gran postal de la ciudad: la Bahía de La Concha, rodeada por su característica barandilla blanca, que ofrece un paseo gratuito e imperdible tanto de día como de noche. En el centro de la bahía se encuentra la perla de La Concha: la Isla de Santa Clara, que posee un embarcadero y una pequeña playa que vale la pena visitar. Además, hay otras dos playas en San Sebastián, menos elegantes y turísticas, pero más relajadas y tradicionales: Ondarreta, la más familiar, y Zurriola, muy famosa entre los surfistas.
En la colina que separa Ondarreta de La Concha se encuentra un punto ineludible en un viaje a San Sebastián: el Palacio Miramar. Se trata nada menos que de la casona de estilo inglés diseñada por el arquitecto Selden Wornun a fines del siglo XIX a pedido de la reina María Cristina como residencia de verano de la monarquía española. Aunque el edificio no está abierto al público, si lo están sus jardines, y desde allí se puede disfrutar de las vistas inolvidables de la ciudad.
Antigua y moderna
Otro sitio por conocer es el Casco Viejo, al pie del monte Urgull, famoso por poseer la mayor concentración de bares del mundo. Sus estrechas calles invitan a recorrerlo a pie para detenerse en sus monumentos y edificios históricos. Los más renombrados son la Iglesia de Santa María del Coro y la Plaza de la Constitución, de estilo neoclásico y construida alrededor del antiguo ayuntamiento de la ciudad. Es recomendable parar en alguno de sus bares a tomar una cerveza y comer unos clásicos pinchos y tapas.
Asimismo, dentro del Casco Viejo tampoco se debe dejar de visitar el Museo San Telmo, inaugurado en 1902 y dedicado a la cultura e historia vasca. Su colección contiene más de 26.000 piezas etnográficas, arqueológicas, históricas, fotográficas y artísticas. Además, el complejo que conforma este museo está dividido en dos: el edificio original, que es un convento dominicano del siglo XVI que combina arquitectura gótica y renacentista; y el edificio nuevo, de diseño contemporáneo y vanguardista.
Otra zona de San Sebastián que hay que conocer es la del puerto, situada en la parte oeste del Monte Urgull. Desde allí, dicen los más viejos del lugar, se aprecian los mejores atardeceres del País Vasco. Al final del paseo del puerto se encuentra el acuario de la ciudad, inaugurado en 1928 y renovado en 1998. La visita al acuario empieza atravesando el Museo de Ciencias Naturales, donde descansa el esqueleto de una ballena franca capturada en 1878.
Por último, una gran noticia para los amantes de la alta cocina: en los últimos años, San Sebastián ha capturado el interés de la prensa debido a su gastronomía. Se trata de la única ciudad que posee 15 estrellas Michelin repartidas en siete restaurantes y la que puede alardear de tener más estrellas Michelín per cápita que cualquier otro lugar en el mundo, a excepción de Tokio. Entre otros salones galardonados, los restaurantes Mugaritz y Arzak han sido calificados número tres y ocho del mundo en la lista de los 50 mejores restaurantes ¿No son, entonces, suficientes los motivos para pasar un verano a orillas del Cantábrico?
EL CRONISTA