En Argentina creció el sobrepeso, pero bajó la exposición al humo del tabaco

En Argentina creció el sobrepeso, pero bajó la exposición al humo del tabaco

Por Florencia Halfon-Laksman
En la Argentina, hay cada vez más personas con exceso de peso y menos habitantes que realizan actividad física. Aumentó el porcentaje de gente que percibe que su salud es mala o regular, pero disminuyó de manera notable la exposición al humo del tabaco. Así se desprende de la tercera Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR), a cargo del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) y el Ministerio de Salud de la Nación. Se trata de un diseño muestral que se realiza cada cuatro años, desde 2005, y busca reflejar la actualidad sanitaria del país en materia de enfermedades crónicas no transmisibles, que explican el 60% de las muertes en la Argentina. Si no hay cambios, las proyecciones indican que la cifra podría extenderse al 70% de la población local.
El trabajo fue presentado ayer por Ana María Edwin, directora del INDEC, el viceministro de Salud de la Nación, Jaime Lazovski, y Marina Kosacoff, subsecretaria de Prevención y Control de Riesgos, quienes detallaron que el método de la encuesta, realizada entre octubre y noviembre de 2013, fue “probabilístico y multietápico”, y de allí resultó información nacional y provincial de 32.365 personas de 18 años y más, residentes en localidades de más de 5 mil habitantes.
La mayor diferencia negativa del informe en relación a las cifras anteriores se registró en las respuestas sobre peso corporal: seis de cada diez personas tienen exceso de peso y dos de cada diez, obesidad. Dicha enfermedad aumentó en un 42,5% su prevalencia en los últimos ocho años (pasó del 14,6% al 20,8%), y tuvo un incremento menos significativo desde 2009 (18%). La prevalencia de obesidad es mayor entre los varones y a menor nivel educativo. Esta semana, el nutricionista Alberto Cormillot había advertido en Tiempo Argentino que el exceso de peso en la población “viene subiendo 1% cada año y va a seguir así porque falta prevención”. El viceministro Lazovski consideró que “hay una desaceleración en el nivel de aumento” y llamó a “la participación de la sociedad en el cuidado de su salud”. El país cuenta con una ley de obesidad pero aún no fue reglamentada.
La Organización Mundial de la Salud estableció metas para el año 2025 en todas las enfermedades no transmisibles. En el caso del sobrepeso, la ambición es que no haya ninguna diferencia negativa. Es decir, ya no se pretende una reducción de las estadísticas pero sí que no aumenten los casos. Hasta el momento, ningún país del mundo consiguió estabilizar la curva de crecimiento. La organización considera que la obesidad es “la enfermedad epidémica no transmisible más grande del mundo”.
Para Edwin, el resultado “no es sorpresivo y tiene que ver con los hábitos alimentarios”. Según le detalló a este diario la titular del INDEC, “no es un fenómeno de Argentina sino de los países en desarrollo”, y habló de la situación en los Estados Unidos, donde “hay mucha gente en silla de ruedas porque no puede trasladarse a raíz de su obesidad”. El aumento en estas cifras es un llamado de atención, ya que el sobrepeso puede derivar en enfermedades cardiovasculares.
Al respecto, la encuesta también apuntó a la alimentación en el país. El promedio diario de porciones de frutas o verduras consumidas es del 1,9% por persona, lo cual no muestra diferencias sustanciales desde 2009, pero está lejos de las cinco porciones recomendadas. Lo que sí disminuyó es el porcentaje de la población que siempre les agrega sal a las comidas después de la cocción o al sentarse a la mesa: pasó del 25,3% al 17,3 por ciento.
Entre los resultados, surgió el dato de que dos de cada diez personas evaluaron su salud como mala o regular, una percepción similar a la de las dos encuestas anteriores. La cifra es mayor entre las mujeres y las personas con menor nivel de ingresos. La diferencia significativa en ese aspecto fue la reducción del porcentaje de quienes están ansiosos o deprimidos, que pasó del 19,3% en 2009 al 16,3% en 2013. Más de la mitad de la población percibe que su actividad física es baja (55,1%), lo cual para los autores del informe no marca un contraste importante respecto de la cifra de 2009 (54,9%) y también resultó mayor entre las mujeres.
Sobre el tabaquismo, que es la principal causa de enfermedad, discapacidad y muerte en el mundo, una de cada cuatro personas reconoció consumir tabaco en la actualidad. El consumo está bajando desde 2005. Era del 29,7% y se redujo al 25,1 por ciento.
La exposición habitual al humo de tabaco ajeno bajó de manera progresiva entre los tres relevamientos. Fue del 52% en 2005, 40,4% en 2009 y el 36,3% en el último. En el medio, en 2011, la ley nacional de control del tabaco resolvió que se prohibiera fumar “en todos los espacios cerrados de uso público o privado” e incluyó lugares de trabajo. Los especialistas coinciden en señalar la influencia de esa norma y de otras leyes municipales en el actual resultado: la exposición en espacios de trabajo bajó del 34% al 25%, y en bares o restaurantes disminuyó del 47,2% al 23,5%, entre 2009 y 2013. La encuesta reveló, además, que mucha gente consideró dejar de fumar a partir de ver en sus atados de cigarrillos las imágenes de lo que provoca el tabaco en el cuerpo, algo que fue incorporado a partir de la ley. Los analistas del ENFR aseguran que el resultado es aún más contundente si se considera que, en la encuesta anterior, con un sueldo promedio se podía comprar la mitad de los atados que se pueden comprar hoy, dado que el aumento en el precio fue más lento que el de los salarios.
“Se puede usar el término ‘epidemia’ para las enfermedades crónicas porque una costumbre alimentaria o de uso del cigarrillo pueden incidir en millones de personas”, subrayó ayer Pier Paolo Balladelli, representante de la Organización Panamericana de la Salud en la Argentina.
La ENFR, realizado en las 24 jurisdicciones con 600 técnicos del INDEC, también apunta a relevar si la población se realiza controles médicos sobre presión arterial, colesterol y diabetes, que pueden facilitar la prevención de las enfermedades mencionadas.
La conclusión fue que nueve de cada diez adultos se controlaron la presión arterial en los últimos dos años, proporción mayor a la registrada en 2009, aunque se mantuvo estable la prevalencia de hipertensión entre quienes se controlaron (34,1%). En el caso del colesterol, ocho de cada diez personas –varones mayores de 34 años y mujeres mayores de 44– se midieron alguna vez el colesterol plasmático. Allí tampoco hubo cambios respecto del resultado de 2009. De los que se controlaron, un tercio manifestó tener colesterol elevado. El control de glucemia también se mantuvo estable en relación a la última encuesta, lo que alcanza a ocho de cada diez adultos, y uno de cada diez presentó diabetes o glucemia elevada, cifra que podría subir de manera considerable si siguiera aumentando el número de obesos.
El Ministerio de Salud de la Nación, desde 2009, tiene una serie de programas para reducir la prevalencia de los factores de riesgo que pueden derivar en estas enfermedades no transmisibles. Las estrategias apuntan a la promoción de la actividad física, conseguir una alimentación saludable en la población, reducir la ingesta de sodio, controlar el riesgo cardiovascular, controlar el consumo de tabaco, y prevenir el cáncer cérvico-uterino, el de mama y colorrectal.
Sobre los hábitos alimentarios, Edwin señaló que el combate a la ingesta de sal “logró garantizar que baje el riesgo de hipertensión, que puede derivar en un accidente cerebrovascular”, y propuso que algo similar ocurra con el consumo de azúcar, “sobre todo en las golosinas que consumen los chicos”.
Los resultados ampliados sobre la encuesta y sus precisiones divididas en regiones serán difundidos en las próximas semanas, según anunciaron desde el INDEC.
TIEMPO ARGENTINO