Sólo la mitad de los pediatras registran si los padres fuman

Sólo la mitad de los pediatras registran si los padres fuman

 

Por Fabiola Czubaj
A pesar de que la mayoría de los pediatras dice que durante la consulta les pregunta a los padres si sus hijos están expuestos al humo del cigarrillo, apenas el 50% consigna la respuesta en la historia clínica de sus pequeños pacientes.
Eso, que parece una omisión menor, pero debería hacerse hasta los ocho años, impide intervenir a tiempo para que los chicos crezcan en un ambiente 100% libre de humo y no desarrollen enfermedades propiciadas por el tabaquismo de sus padres.
“Al estar marcado como problema, en cada consulta el pediatra puede volver sobre el tema y en un minuto hacer una intervención breve: «Lo mejor que puede hacer por la salud de su hijo es mantener su casa y su auto libres de humo de tabaco». Si no lo tiene escrito, en cambio, es más probable que no hable sobre el tema, a menos que el chico tenga una enfermedad respiratoria grave, a partir de la que generalmente casi todos los pediatras se «acuerdan» de preguntarles a los padres si alguien fuma en la casa”, señaló a LA NACION la doctora Paola Morello, colaboradora del Area de Prevención del Tabaquismo de la Fundación para la Investigación y la Prevención del Cáncer (FUCA) y miembro de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP).
Junto con otros especialistas en salud pública, Morello integra un grupo que está trabajando para mejorar el registro de la exposición al humo del tabaco ajeno (HTA). Una nueva encuesta, dirigida por el doctor Julio Kaplan, de la FUCA, revela que los 1126 pediatras consultados consideran que aquella exposición es “un tema de importancia para la salud pública y la salud de los niños”, y el 87% considera que hay que indagar sobre ella en la consulta, pero sólo uno de cada dos se toma menos de un minuto para consignarlo en la historia clínica de cada paciente.
Además, apenas el 54% dijo que había leído el Consenso sobre Tabaquismo de la SAP, un documento de once páginas al que se puede acceder vía Internet (www.sap.org.ar/docs/profesionales/consensos/A5.464-475.pdf ). Allí, el Grupo Tabaquismo de la sociedad científica detalla qué debería hacer un pediatra para abordar la exposición infantil al humo de tabaco de segunda mano. Y entre esas acciones, según la edad del paciente, figuran estrategias para reducir la exposición al humo de tabaco ambiental.

Padre, madre, tío o abuelo
La primera es justamente “registrar en la historia clínica el consumo de tabaco de los padres y convivientes”. Le siguen informar “sistemáticamente” sobre los riesgos de esa exposición; fomentar que no se fume cerca de las embarazadas “ni niños de cualquier edad”, y motivar y orientar a los padres para que dejen de fumar, entre otras.
“El cómo se pregunta es muy importante; si sólo se les pregunta a los padres, es posible que el médico nunca se entere, si ninguno de los dos fuma, que sí lo hace el abuelo o el tío que vive con ellos. Por eso, la pregunta que debería hacer el médico o que deberían hacerse los padres es «¿Alguna de las personas que viven en la casa fuma adentro?»”, agregó Morello, que participó en la encuesta junto con el doctor Bruno Linetzky, también de la FUCA.
Por otro lado, atribuyó el bajo porcentaje de médicos que entregan material informativo a que no está disponible. “Eso era esperable, ya que casi no hay materiales disponibles, salvo algunos folletos «caseros» que prepararon en algunos hospitales (como el Posadas) o algunos pediatras muy motivados”, precisó la investigadora.

En el auto, también
Una segunda fuente muy importante de exposición al humo de tabaco ajeno es el automóvil y, como en los hogares, no es suficiente con abrir la ventanilla.
“Los pediatras serían los agentes ideales para difundir la noción de que ventilar no alcanza y de que los desodorantes de ambiente sólo sacan el olor, porque las 4000 sustancias tóxicas del humo (del cigarrillo) se pegan en la alfombra, los tapizados, las colchas, la ropa, y siguen contaminando a los chicos. Por eso, la única manera de proteger a los chicos es no fumando dentro de la casa o el auto”, insistió Morello, que presentó los resultados de la encuesta en el V Congreso Argentino Tabaco o Salud.
Hoy, el tabaquismo es considerado una enfermedad pediátrica: el 90% empieza a fumar antes de los 18 y los chicos son la población más perjudicada por la exposición al HTA, que produce otitis reiterada, asma recurrente, eczema, aumento del riesgo de muerte súbita del lactante, trastornos del aprendizaje y caries, además de estar demostrado que eleva el riesgo de tener problemas con las adicciones en la adolescencia y de que sufran de cáncer en la edad adulta.
“El porcentaje de pediatras que contestan que la exposición al HTA es causa del síndrome de muerte súbita del lactante o de enfermedad del oído medio no es del 100%, aunque esos datos están disponibles desde 2006 por lo menos”, dijo Morello.
“Los pediatras son importantísimos agentes de salud y si pudieran usar un minuto de la consulta para preguntarles a los padres si fuman, y aconsejarles que el hogar y el auto sean 100% libres de humo, ayudarían mucho a disminuir el número de chicos expuestos al HTA -indicó Morello-. El mensaje para la comunidad es valorar la importancia de los hogares y los autos 100% libres de humo para la salud de los chicos y la familia en general.”
LA NACION